Para la productora y distribuidora española Onza, mantenerse en forma durante los próximos años pasa por dominar el arte de la financiación, expandirse de la mano de socios estratégicos y diversificar negocios sin dejar (casi) ningún camino sin explorar.
Corría el año 2018 cuando recibí un email desde Onza pidiéndome una corrección en una noticia que había escrito sobre ‘Pequeñas coincidencias’. La productora española acababa de coproducir con Atresmedia Studios (hoy Buendía) y MedioLimón la primera serie de Prime Video en España y me pedían referirme a ella como una ‘Amazon exclusive’ y no una ‘Amazon original’.
Lo que al principio me sonó a tecnicismo, luego decantó como algo que iba bastante más allá: en ese cambio de palabras se escondía, además de un modelo de negocio, una declaración de intenciones. En un momento en que los streamers asentaban el modelo de originales que durante los siguientes cinco años dominó el mercado, Onza licenciaba su contenido y conservaba los derechos de explotación comercial.
“Somos creativos y productores, pero tenemos vocación empresarial”, define el fundador y presidente de Onza, José María Irisarri. “Y eso nos anima, nos impulsa y nos llena de posibilidades”.
Si en el último año los productores de medio mundo se han tenido que armar con un kit de supervivencia (cuyos ingredientes suelen incluir coproducción, alianzas y acceso a fondos públicos y privados), en el caso de Onza esto no parece haberlos tomado por sorpresa.
“Pasamos de un pico a otro, son dientes de sierra. Hay una explosión donde se necesita captar clientes a un gran coste, luego viene un reestructurador que reduce los costes, y vuelven a empezar. Como productores nuestro deber es adaptarnos: dar flexibilidad, permitir al cliente ser más prudente, disminuir riesgos. Tener mucha, mucha cintura. Este es un negocio de corredores de fondo”.
Irisarri cuenta con 33 años en el sector del entretenimiento y una lista de hitos que incluye la fundación de compañías como Globomedia (una de las productoras más prolíficas de España, hoy parte de The Mediapro Studio), Vértice 360º y Notro Films, posicionándose como uno de los grandes nombres de la industria televisiva española.
Desde que en 2014 lanzó Onza junto con Gonzalo Sagardía y Nicolás Bergareche, la productora con sede en Madrid produjo más de 100 horas de ficción y más de 250 de entretenimiento y documentales, además de distribuir contenidos propios y de terceros. Entre sus proyectos figuran la serie histórica y fantástica ‘El Ministerio del Tiempo’, la coproducción española-mexicana ‘Hernán’ sobre el conquistador Hernán Cortés, el thriller ‘Parot’ y su reciente spin-off ‘Perverso’, además de contenido factual como ‘Comerse el mundo’ y recientemente su incursión en cine con la producción de sus primeras tres películas.
Con una facturación anual que ronda los € 25 millones (US$ 27,7 millones), Onza se coloca en esa zona intermedia de productoras españolas que ni son boutique ni están dentro de los gigantes que controlan los grandes formatos de la TV. Sin embargo, en 2022 Onza se unió a ese extensísimo grupo de productoras locales que tienen detrás inversión extranjera, cuando entró en su accionariado la italiana Garbo Produzioni, liderada por Maite Bulgari.
¿Por qué el movimiento? “Porque el tamaño importa”, responde Irisarri.
“Esto es una carrera de fondo que tardas en consolidar. Queremos que Onza siga siendo una marca de referencia e ir construyendo. Como ya lo hicimos con Garbo, podemos evaluar otro movimiento inorgánico a través de adquisición o de una entrada en el capital que sume al proyecto en su conjunto. No estamos cerrados a nada. Lo que tenemos es vocación de permanencia”.
Probablemente la mayor diferencia de Onza respecto a la mayoría de sus pares sea ese mindset empresarial, y en él la expansión internacional juega un rol central.
En el caso de Garbo, la asociación implica el trabajo conjunto en “modelos en los que nos optimicemos”, dice Irisarri. Eso significa por un lado llevar al mercado italiano IPs del catálogo de Onza, entre ellas la serie de comedia ‘Atasco’, la docuserie ‘Adictos a la pantalla’ o “un gran show de entretenimiento de prime time”. Por otro, Onza trabaja en la adaptación española de la serie policíaca ‘La porta rossa’, que lleva tres temporadas por el broadcaster italiano Rai 2.
El otro gran mercado estratégico para la expansión de Onza es naturalmente Latinoamérica y US Hispanic, para el que en 2021 lanzó en Miami su filial Onza Américas. Desde entonces, produjo para la plataforma de TelevisaUnivision ViX dos temporadas de la serie de suspenso ‘Isla brava’ y la comedia ‘Papá soltero’; se asoció con la productora mexicana BH5 Studios de Rodrigo Trujillo para desarrollar y coproducir series para España y México; y trabaja en proyectos como la adaptación de ‘Atasco’ para América Latina.
Sin embargo, Irisarri es contundente al describir el trabajo en el territorio latinoamericano: “Durísimo”.
“Es un camino muy, muy difícil, pero que se puede ir ganando con el paso del tiempo”, agrega. “Venimos hace años picando piedra y ya hemos creado equipos, vienen aquí equipos mexicanos y nosotros damos soluciones allí. Tenemos que dar con ese desarrollo concreto, local, en México. Acabará viniendo, no tengo duda, pero no es inmediato”.
Mientras tanto, Onza rodó la playa mexicana del thriller ‘Isla brava’ en la isla canaria de Tenerife, y el País Vasco está siendo sede de dos temporadas de ‘Papá soltero’, cuya historia y actores son mexicanos. Se trata de una tendencia cada vez más habitual dadas las ventajas fiscales que está ofreciendo España (que pueden alcanzar el 70% de devolución sobre el gasto realizado en el territorio) y las muy insuficientes de México, que sigue sin concretar un plan nacional de incentivos al audiovisual.
Irisarri pone cifra al beneficio: “Gracias a los incentivos fiscales, desde España somos capaces de prestar servicios para producciones de América Latina que logran abaratar casi un 40% sus costes”.
Ante la creciente competencia entre países en el terreno de tax y cash rebates, el gran desafío que tiene España para los años que vienen, según el ejecutivo, pasa por la calidad. “Parece evidente al decirlo, pero no lo es: si no das ese servicio en tiempo y en forma, con un control administrativo minucioso y transparente, no es rentable ni óptimo para nadie. No es la venta, es la capacidad de ejecución lo que marca la diferencia”.
Curiosamente en el contexto de producción europea, la única especie de línea roja para la compañía al abordar la financiación pasa por las ayudas públicas.
“A mí la política me cuesta mucho. Nosotros no vivimos de los fondos europeos, no hemos vivido de subvenciones nunca”, afirma Irisarri.
Lo que sí aparece en la hoja de ruta de Onza es, obviamente, la coproducción. Aunque en su caso toma formas no tan obvias.
En una práctica poco frecuente en España, la productora lleva años cerrando acuerdos de coproducción con creadores, guionistas, directores o actores, en los cuales el talento maneja la parte creativa y es partícipe de los rendimientos económicos del producto.
Onza es también una de las pocas productoras españolas que ha logrado materializar proyectos en coproducción internacional. De nuevo adelantándose a lo que hoy se ha convertido en norma y en necesidad, en 2018 afrontó la ambiciosa serie ‘Hernán’ junto al estudio mexicano Dopamine con un estreno multiventana que incluyó SVOD (Prime Video), TV paga (History Channel) y TV abierta (TV Azteca).
Y si hablamos de modelos creativos de copro, hay que detenerse en el caso ‘Atasco’. Creada por Rodrigo Sopeña y estrenada por Prime Video en España en mayo, la serie está protagonizada por 25 reconocidos comediantes locales y narra historias que ocurren en un gran atasco en las afueras de Madrid. ¿El socio de Onza? Publicis Rebellion, la nueva división dedicada al contenido de la agencia global de comunicación y medios Publicis Groupe.
“Ya estamos desarrollando dos temporadas más de ‘Atasco’ para España, que es un dato muy relevante, y planteando versiones en Italia y en América Latina. El éxito de esta primera experiencia con Publicis Rebellion nos está llevando a otros proyectos juntos”, dice Irisarri en un momento donde las marcas y agencias de medios componen uno de los players más buscados para financiar proyectos. “Yo creo que es una tendencia clara: las marcas quieren estar en los contenidos de una manera cada vez menos explícita y más en profundidad”.
Y todo este acercamiento hacia la retención de IP tiene como natural beneficiario a Onza Distribution, brazo de ventas que comercializa las latas y formatos en territorios y ventanas de todo el mundo. Esta unidad no es ajena a la diversificación de líneas de negocio de la compañía, y en su caso se traduce en una notable apertura en los últimos 18 meses a nuevos géneros y territorios.
Así, Onza Distribution ha sumado las docuseries deportivas de la productora española Wakai, series italianas como el thriller ‘Flowers Over the Inferno’, portuguesas como la telenovela ‘Cacao’, chilenas como la miniserie histórica ‘Los mil días de Allende’ o incluso checas, con la serie de época ‘Golden Swan’.
Al preguntarle a Irisarri dónde ve oportunidades en el contenido, la respuesta es inmediata: más feel good.
“Yo creo que hay que sofisticar menos el contenido. Sin ser ñoño, cuando vamos a un gran público hay que trabajar mucho más un feel good que abarque mucho, que aborde los temas con rigor y con diferentes perspectivas. Creo mucho en eso y lo planteo en todas las reuniones que tenemos con directivos de cadenas y de OTT”.
¿Y qué le gustaría ver más en esas reuniones?
“Creo que va a primar que los programadores y los que compran los contenidos tengan una capacidad mayor de arriesgar”, responde. “Veo que falta un poquito decir: voy a subir un riesgo, voy a jugar, no voy a ir a la tendencia sino que voy a romper tendencias”.
