Con la recién estrenada ‘Como agua para chocolate’, Endemol Shine Boomdog está dando el paso a la madurez como productora de ficción. Sin embargo, su SVP head of scripted argumenta que hay una oportunidad para volver a apostar por las ideas originales.
La productora mexicana Endemol Shine Boomdog confía en que la serie ‘Como agua para chocolate’, recién estrenada por Max, será “el pago de uso de suelo” necesario para seguir ganando libertad creativa como productora de ficción.
“La única manera de ganarse la confianza del mercado es con un buen producto que tenga éxito”, sentencia Jerry Rodríguez, SVP head of scripted de la productora de Banijay Americas.
Rodríguez viene de ver cerrarse uno de esos curiosos círculos que a veces regala la vida. Siendo un joven estudiante de Comunicaciones, decidió que quería dedicarse a hacer ficción un día al salir del cine en Puebla, México. La película que vio aquella tarde fue ‘Como agua para chocolate’.
35 años después de la publicación de la icónica novela de Laura Esquivel y 32 del estreno de la cinta dirigida por Alfonso Arau y fotografiada por Steven Bernstein y Emmanuel Lubezki, la plataforma de Warner Bros. Discovery lanzó como una original de HBO una nueva adaptación de esta historia de romance y realismo mágico, la primera en formato serie.
En seis episodios estrenados semanalmente, la serie narra desde el presente la vida de Tita, una joven en el México revolucionario de principios del siglo XX. Fue producida junto con Ventanarosa Productions y Endemol Shine North America, con Salma Hayek entre los productores ejecutivos y Julián de Tavira y Ana Lorena Pérez Ríos en la dirección.
“Yo desde un principio sabía que este proyecto nos iba a poner en otro sitio”, asegura Rodríguez, showrunner y productor ejecutivo de la serie. “Endemol Shine Boomdog es la productora más importante en non-scripted de Latinoamérica, pero este proyecto nos iba a llevar a demostrar que somos una productora muy seria también en ficción”.
El resultado parece haber estado a la altura de las altísimas expectativas. A falta de datos de audiencia sólidos, la serie ya se coloca como la cuarta serie más vista de Max en Estados Unidos y cuenta con la bendición de la crítica.
Entre varias otras cosas, ‘Como agua para chocolate’ es un gran ejemplo de la máxima ‘fewer, bigger, better’ con la que los streamers están afrontando sus inversiones en ficción.
Sin embargo, entre estas grandes IPs por las que el mercado puja y que ya escasean (¿cuántos ‘Cien años de soledad’ o ‘La casa de los espíritus’ quedan disponibles en Latam?) y los proyectos cost-effective (en español, baratos), se está generando una suerte de desaparición del rango medio, un reclamo cada vez más frecuente por parte de productores.
“El mercado se polarizó”, sostiene Rodríguez. “Vemos una preocupación de todo el mundo por atinarle al éxito a la primera”.
Este clima que es global ha tenido en América Latina una consecuencia concreta en el melodrama, con un freno a ese regreso triunfal del género del que tanto se empezó a hablar hace ya tres años.
“Siento que todavía está a punto de suceder. Tenemos que probar y ver qué tal funcionan”, dice Rodríguez sobre las telenovelas que tienen por estrenar las plataformas. “También con la extensión. Se habló mucho de los 24 episodios en tres temporadas de ocho, parecía que iba a haber esfuerzos más importantes hacia los 60 u 80 capítulos, pero no acaba de consolidarse eso tampoco”.
Si las apuestas en curso funcionan será una gran noticia, asegura, porque “ahí tenemos un modelo de producción en el que fuimos expertos durante mucho tiempo y que tenemos que retomar”.
Y aunque la espalda ancha que otorga tener una madre llamada Banijay le permite a Endemol Shine Boomdog seguir haciéndose con IPs importantes, como la novela de Arturo Pérez-Reverte ‘Revolución’, el productor confía en que el mercado pronto volverá a demandar ideas originales.
“Necesitamos buscar ese espacio. Necesitamos regresar con esas producciones enloquecidas que nadie se espera que vayan a funcionar y que son las que funcionan. Yo tengo mucha confianza de que vamos a regresar ahí. Ya se siente”.
Probablemente parte de esta tendencia esté impulsada no por los briefs de los commissioners, sino por el propio cambio de modelo, que está viendo a los productores financiar sus proyectos de maneras más creativas. Y eso muchas veces incluye no tener una pantalla comprometida y, por ende, sacudirse de ataduras y animarse a tomar más riesgos.
Pero además, según Rodríguez, esta situación está trayendo consigo una gran oportunidad para los productores latinoamericanos.
“Hacer una producción grande, que llegue a la pantalla y que tenga un relativo éxito es cada vez más complicado. Es un momento importante en el que como productores tenemos que apoyarnos y celebrar más lo que hacemos”, señala.
“Si no lo hacemos nos morimos, no tenemos para donde ir. Creo que el mercado está entendiendo eso y es seguramente el cambio más importante que ha generado esta retracción”.