La directora de O2 Filmes junto a Fernando Meirelles destaca el rol de la industria audiovisual brasileña y asegura que con mayor “seriedad” y “continuidad” en las políticas públicas Brasil podría explotar a nivel internacional, tal cual ya lo hizo Corea del Sur.

Con una inyección al Producto Interno Bruto (PIB) brasileño de US$ 4.800 millones y como una plaza clave para las plataformas de streaming debido al tamaño de su mercado local, la industria audiovisual de Brasil debería seguir el modelo coreano, opinó en diálogo con Cveintiuno Andrea Barata Ribeiro, directora de O2 Filmes.
Encabezada por Barata Ribeiro junto al reconocido director Fernando Meirelles, O2 Filmes es una de las productoras más importantes de Brasil, creadora del género de las “favela movie” con ‘Ciudad de Dios’ y hoy reconvertida en una de las principales aliadas del streaming en el país, con producciones como ‘Manhãs de Setembro’ para Prime Video (nominada al Gran Premio de Cine Brasileño como Mejor Serie de TV) o ‘Irmandade’ para Netflix.

En streaming, de hecho, O2 se alió recientemente con Warner Bros. Discovery (WBD) para producir una continuación de su megahit ‘Ciudad de Dios’ en formato serie para Max, proyecto que se encuentra en etapa de posproducción.
Y a la espera de este lanzamiento basado en un IP que sostiene el récord de ser la película latinoamericana más vista de la historia, O2 continúa impulsando películas y series con casi todas las plataformas.
Según reveló Andrea Barata Ribeiro, de hecho, la productora tiene actualmente entre manos 20 producciones en curso.
“Estamos finalizando dos series: ‘Ciudad de Dios’, para Max, y la biopic de Raul Seixas para Globoplay (‘Raul Seixas: metamorfose ambulante’). También estamos preparando tres nuevos largometrajes, entre ellos la nueva película de Iberê Carvalho y una gran coproducción internacional”, detalla la socia de O2 Filmes.
La productora, que posee estudios de una superficie total de 16.000 m2 ubicados en Río de Janeiro y San Pablo y la casa de postproducción O2 Pós, desarrolla además la próxima película de Fernando Meirelles para Netflix, titulada ‘Brumadinho’, y que contará la historia de la peor catástrofe ambiental de la historia de Brasil.
Y hasta 2025, el pipeline de contenidos de O2 incluye tres series y dos películas, todos filmados en diferentes partes de Brasil, además de una segunda temporada de ‘Cangaço Novo’ para Amazon Prime Video.
“Pero tampoco queremos hacer volumen. Queremos hacer buenos contenidos que lleven a las personas a pensar. Los brasileños leemos poco y en lo audiovisual nos vemos, nos reconocemos y entendemos quienes somos”, explica la ejecutiva.
Con 33 años de actuación en el sector, O2 Filmes se consolidó como usina creativa a partir del cine independiente local, pero con la coproducción internacional como “estrategia fuerte”, con claros ejemplos como ‘Blindness’, adaptación al cine del bestseller ‘Ensayo sobre la ceguera’ de José Saramago.

Esta trayectoria la posicionó junto a productoras como Conspiração y Gullane para convertirse en los principales socios de los grandes streamers internacionales en su llegada a Brasil.
“Los streamers llegaron para fortalecernos, reforzar la musculatura de los equipos en el proceso de realización de los contenidos. Pasamos a tener más proyectos para hacer, aprendimos más. Y también representaron el sustento de varias empresas durante la pandemia y el gobierno de Jair Bolsonaro”, agrega.
Tras un 2023 de reactivación del financiamiento público para producciones, Barata Ribeiro destaca el papel la industria audiovisual brasileña en la economía del país y señala el modelo coreano como caso de éxito.
“O2 tiene proyectos muy rentables. Somos una industria que emplea a miles de personas e inyectamos inyección más de R$24.000 millones [US$ 4.800 millones] al PIB brasileño solo en 2019, según un estudio reciente de Oxford Economics”, detalla.
“Corea invierte seriamente en audiovisual háce más de 20 años. ¿El resultado? Estamos recibiendo chorradas de contenidos coreanos. En Brasil necesitamos esa política de forma más madura, con continuidad y seriedad”, opina.
Brasil, de hecho, impulsa en estos momentos un proyecto para regular a las plataformas de streaming en su mercado local y establecer cuotas de producción de contenido brasileño e independiente.
El nuevo Gobierno del país está llevando adelante además una política de incentivos al audiovisual local, con inversiones que superan los US$ 1.000 millones.