Brasil “tiene todo” para atraer rodajes, pero aún debe mejorar sus incentivos, señala el CEO de O2

Paulo Barcellos, CEO de la productora de ‘Ciudad de Dios’, destaca que Brasil ya cuenta con una gran infraestructura, un huso horario cercano a Estados Unidos y una cercanía cultural ideal para atraer rodajes internacionales. “Ahora solo nos falta el financiamiento”.

Estudios de O2

Liderada por Paulo Barcellos como CEO junto al cineasta Fernando Meirelles y la productora Andrea Barata Ribeiro, O2 Filmes es una de las productoras independientes más reconocidas de Brasil.

Y tras la buena experiencia de haber abierto sus instalaciones de posproducción al resto de la industria brasileña, la productora de ‘Ciudad de Dios’ y ‘Ensayo sobre la ceguera’ está abriendo ahora sus tres estudios en Río de Janeiro y San Pablo para que sean utilizados en producciones nacionales e internacionales.

“Tenemos tres estudios, incluyendo uno con pantalla de producción virtual, los cuales poseen una tasa de ocupación del 70% solo con producciones de O2. Estamos comenzando a abrir esos estudios a otros players”, explica Paulo Barcellos, CEO de O2 Filmes.

El movimiento forma parte de la apertura de una nueva línea de negocio dedicada a la infraestructura.

Paulo Barcellos

Actualmente, la productora tiene la capacidad de producir ocho proyectos in-house por año, además de decenas de piezas publicitarias y alrededor de 20 servicios anuales de posproducción de series y películas, un área clave para la compañía.

Y ahora el plan estratégico de O2 incluye combinar su reconocida calidad, que le permite estar trabajando en proyectos como la serie continuación de ‘Ciudad de Dios’ (a estrenarse en agosto en Max), la segunda temporada de ‘Cangaço Novo’ (Amazon Prime Video) o la miniserie ‘Pssica’ (en rodaje para Netflix); con una infraestructura técnica fortalecida para “convertirse en un verdadero estudio latinoamericano”.

Aunque O2 Filmes es reconocida internacionalmente por sus películas y series, no se dedica solo al entretenimiento. ¿Qué otras líneas de negocio priorizan?

Comenzamos hace 32 años con una productora dedicada a la publicidad. Diez años después se inició el área de entretenimiento y, para poder cubrir la demanda, creamos la unidad de posproducción O2 Pós. En 2014 incorporamos la distribuidora O2 Play y ahora estamos poniendo en marcha una quinta unidad de negocio que es infraestructura.

Así, no somos una rentadora, pero tenemos estudios, equipos, un acervo de objetos y vestuario que queremos rentabilizar al igual que lo hicimos con la posproducción. Porque O2 fue la primera en abrir sus capacidades de posproducción a otras productoras, incluso competidoras. Y eso nos ayudó a invertir en tener tecnología de última generación.

¿Trabajan con todo tipo de clientes? ¿Del exterior también?

Principalmente productoras independientes de entretenimiento. También trabajamos para productoras internacionales: hacemos muchas cosas con socios de México y de Estados Unidos que vienen a filmar aquí.

‘Ciudad de dios’ se estrenará este año por Max

¿Tienen planes de tener oficinas en el exterior?

Aún no. O2 siempre ha trabajado con mucha cautela y si decidimos abrir oficinas en el exterior será cuando estemos convencidos de que podamos aportar de la mejor manera.

Incluso porque consideramos muy estratégica nuestra base en Brasil. Por ejemplo, hicimos ‘Ensayo sobre la ceguera’ (coproducción con Canadá y Japón dirigida por Fernando Meirelles), una producción con grandes nombres internacionales filmada en su mayoría en San Pablo.

Nuestra principal idea es traer cada vez más producciones internacionales a filmar a San Pablo si es posible y, cuando no lo sea, ir a filmar a donde sea necesario.

¿Qué desafíos presenta Brasil para recibir producciones internacionales?

La parte buena es que hoy tenemos la certeza de que, no solo O2, sino todo Brasil, tiene capacidades de producción de calidad mundial. Ya no existe una limitación técnica, como quizás la había en el pasado. Desafortunadamente, el mercado de producciones internacionales depende mucho de programas de incentivos como cash rebates y son políticas que aún no están presentes en Brasil.

Sí se están implementando a través de SP Cine y RioFilme, pero suceden más a niveles locales y municipales. Eso no es suficiente para que grandes producciones vengan a Brasil como lo hacen en Malta o República Checa. Brasil tiene todo para que algo así pueda funcionar: un huso horario cercano a Estados Unidos, una cultura parecida, además de estudios y gran estructura. Pero hoy los proyectos internacionales que vienen están vinculados a una historia que transcurre en Brasil. Sería ideal poder transcender eso y atraer producciones más globales.

‘Cangaço Novo’ (Amazon Prime Video)

Pero O2 tiene varias experiencias de producciones con socios internacionales. ¿Cómo ha sido su estrategia para mirar hacia afuera de Brasil?

Creo que O2 ha tenido mucha presencia internacional como consecuencia de su calidad, de su trabajo y su nombre. Pero nunca fue una estrategia activa de la empresa. Y ahora sí lo es. Estamos comenzando a buscar socios, porque ya tenemos capacidades de desarrollo, producción y distribución. Nos falta el financiamiento.

El día que aprendamos a financiar, no solo O2, sino todo el mercado brasileño, tendremos la posibilidad de convertirnos en un estudio latinoamericano. Hoy, las principales fuentes de financiamiento son las políticas públicas o los grandes streamers, que se quedan con las IPs de los contenidos. Necesitamos migrar de ese modelo de work-for-hire y, en ese sentido, aún tenemos varias limitaciones en Brasil, como la incapacidad de obtener créditos bancarios decentes para producir o la ausencia de incentivos internacionales, entre otros.

¿Tienes expectativas con la regulación del streaming que está actualmente en proceso legislativo?

Es necesaria y ya está sucediendo en otros países, pero debemos entender qué es lo que realmente queremos con eso. Hay una confusión con el concepto de streaming: ahí se mezclan otras cosas como YouTube o TikTok… y cuanto más le agreguemos a la ley, más difícil será aprobarla.

Creo que deberíamos concentrarnos en un objetivo claro. Por eso yo defiendo la pauta de la industria. Lo que nosotros hacemos es cultura, pero es la industria lo que genera una recurrencia: si todo el tiempo se hacen más películas, todos los años habrá empleo y los profesionales podrán perfeccionarse. Por eso, necesitamos aprobar una regulación rápidamente: prefiero algo menos completo hoy que algo completo en cinco años.

Sebastián Torterola 23-07-2024 ©cveintiuno

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