América Televisión está dando pasos para dejar de ser un canal peruano y convertirse en una compañía internacional, con una estrategia donde la productora argentina Kapow es pieza clave. Fernando Muñiz Bethancourt y Agustín Sacanell explican cómo trabajan con la meta de ser “el estudio más grande de Latinoamérica”.

Con un objetivo claro de crecimiento, pero con el mercado local dominado y casi sin margen para expandirse, el plan de la compañía peruana América Televisión pasa por cruzar fronteras y fortalecer su impronta en el escenario internacional, donde admite tener una “deuda pendiente”.
Desde que asumió como CEO en junio del año pasado, Fernando Muñiz Bethancourt comenzó a implementar una estrategia orientada a convertir a América, consolidado líder de la TV abierta de Perú, en un “referente a nivel internacional” y mostrar al mundo que son “producto de exportación”.

Eso empezó por entender a la compañía no como un canal, sino como un ecosistema multimedia. Así, en noviembre se lanzó la marca América Multimedia para abarcar sus cuatro grandes pilares: el canal de TV abierta América Televisión, las facilidades de producción América Estudios, la unidad América Digital y la productora argentina Kapow, de la que posee una participación mayoritaria desde 2021.
Y aunque Muñiz reconoce que hoy en esta industria hablar de futuro es casi una osadía, de la intersección entre este ecosistema y una estrategia internacional definida emerge un plan ambicioso de cara a los próximos años.
“En tres años podemos ser el estudio más grande de Latinoamérica. O al menos, sin contar los americanos que abren sedes en la región, estar entre los cinco primeros”, se anima a proyectar Agustín Sacanell, cofundador y director creativo de Kapow.
“Y no solo estudios”, apunta Muñiz. “También entre los primeros cinco proveedores de contenido de habla hispana más importantes. En eso estamos muy enfocados”.
Es que uno de los caminos de este crecimiento internacional pasa por capitalizar su gran capacidad de producción dando servicios a otras televisoras de América Latina que no cuentan con los mismos recursos.
“Cuando vives de contenidos enlatados, no tienes la posibilidad de sobrevivir del mismo modo que una empresa que genera su propio producto, como nosotros”, razona el CEO. “Hay televisoras que tienen una limitación en el costo de lo que pueden invertir, donde la publicidad también está limitada, y son mercados que por ser más pequeños reciben más duro el impacto. Nosotros podríamos ser quienes les entreguen ese contenido propio”.
Para eso, la clave está en la consolidación de los América Estudios, al que definen como el “punto de encuentro” entre el canal América y Kapow.
Localizados en Lima, los estudios antes conocidos como Pachacámac constan de un complejo de más de 54.000 m2 de infraestructura y tecnología de última generación, con tres estudios de 1.000 m2 y dos de 500 m2.

Allí se fabrica la mayor parte de la grilla de América Televisión, cuyo 90% es de producción propia. Eso incluye noticieros, programas periodísticos y de actualidad, programas de entretenimiento y series de ficción. De hecho, es una de las pocas emisoras latinoamericanas con dos franjas diarias de ficción original al aire y ambas en prime time (hoy ‘Al fondo hay sitio’ y ‘Eres mi sangre’, producidas por Del Barrio Producciones).
Por el otro lado, Kapow inyecta creatividad y una mirada “más boutique” a ese músculo de producción.
Fundada en Buenos Aires hace 22 años por Sacanell y Lucas Rainelli, Kapow tiene un track record en producción de programas de entretenimiento y, sobre todo en la última década, también en ficción premium. Entre sus créditos figuran títulos como ‘El presidente’, coproducción con la chilena Fabula y la francesa Gaumont para Prime Video, ‘Diciembre 2001’ para Disney+, ‘Felices los seis’ para Max o el reciente fenómeno de Netflix ‘Envidiosa’.
La hoja de ruta para América Estudios es convertirlo en un hub internacional donde producir contenidos que trasciendan la pantalla local.
“América Estudios pretende trabajar para la pantalla de broadcast, pero también que sus contenidos crucen fronteras y empezar a atraer partners de diferentes lugares, ya sean otros broadcasters o plataformas”, explica Sacanell.
El ejemplo más reciente en este sentido es ‘The Auction’, formato que está llegando al mercado fruto de una colaboración entre América, Kapow, la argentina Open Kimono y las israelíes Abot Hameiri y Dori Media Group.
La primera versión del game show, que enfrenta a familias en subastas de piezas misteriosas de alto valor, se producirá este año en las instalaciones de América Estudios y se estrenará en América Televisión. Dori Media, a cargo de la distribución internacional, ya lo está mostrando al mercado.
“Originales, servicios, coproducciones… estamos abiertos a todos los modelos. Si hoy no lo estás, mejor que te dediques a otra cosa”, bromea el productor argentino.

El movimiento de América no es sorpresivo. El mercado de habla hispana lleva ya años viendo un goteo de broadcasters lanzando sus estudios para producir para terceros, entre ellos Atresmedia en España, Telemundo en Estados Unidos, Caracol y RCN en Colombia, o recientemente Mega en Chile.
Sin embargo, los ejecutivos matizan que el caso de América es distinto: no se trata de un canal abriendo un estudio por sí solo, sino a través de la adquisición de una productora. Y eso aporta varias ventajas.
“Lo que nosotros sumamos con Kapow es un management ágil y un timón bastante más liviano, con una toma de decisiones muchísimo más rápida, que nos permite ir moviéndonos de modelo de negocio a otra velocidad y relacionarnos con otros jugadores del mercado”, enumera Sacanell. “Y dejamos que el broadcaster, que tiene un liderazgo muy pronunciado en Perú, siga su camino”.
Con estilos y niveles de producción distintos entre las telenovelas de América y las series de Kapow, ¿en qué tipo de proyectos se puede materializar entonces ese punto de encuentro?
“No creo que ni América ni Kapow tengan que abandonar sus respectivas líneas. Es decir, ni la pantalla de América tiene que dar un timón hacia algo que pueda defraudar a su audiencia, ni Kapow tiene que bajar su estándar de producción”, responde el productor.
El cruce lo encuentran en un fenómeno de consumo que vuelve a tender hacia contenidos más largos, al que las plataformas ya están respondiendo con series de 20 a 30 episodios, principalmente en comedia y melodrama.

Kapow ya está desarrollando un catálogo en esa línea, “comprando propiedades intelectuales importantes” que buscan convertir en series de 50 o 60 episodios que puedan funcionar tanto en la pantalla de América como en un streamer.
“No es fácil”, avisa Sacanell. “Es un trabajo que se desarrolló mucho. Implica un diseño de producción claro, de no demasiadas locaciones, y levantar el estándar de calidad en escritura, en realización o en los tópicos que estemos abordando”.
Y aunque el checklist de esos proyectos es muy amplio, para pasar a desarrollo deben cumplir con dos requisitos obligatorios: ser historias locales que conecten con el público peruano y tener alguna capacidad de viajar.
“Creemos en el localismo para crecer. Hay un compromiso con la audiencia peruana, donde el canal es líder y no se puede dar el lujo de traicionarla. Pero para nosotros también es muy importante la distribución, ya sea de la lata misma o como formato”, dice el productor.
Muñiz agrega que la entrada de Kapow a la familia América ha desembocado en que el canal haya ya elevado las exigencias para sus ficciones, y pone como ejemplo ‘Nina de azúcar’, telenovela que terminó su emisión en abril y donde Del Barrio dio un evidente salto de calidad en la producción. “Pretendemos seguir creciendo en este sentido, creemos que no hay límites”, afirma.
Pero para que el plan de América avance con éxito y logre responder a la demanda de un mercado donde las reglas cambian de un mes a otro, hay varios desafíos que tendrán que sortear.
Del lado de Kapow, los esfuerzos están puestos en ser tan eficientes como creativos.
“Hoy, competitividad está a la misma altura de creatividad. Tenés que ser creativo, pero tenés que ser sumamente eficiente en cuanto a costos”, dice Sacanell.
Y agrega: “Pero incluso, la creatividad sola no alcanza y la eficiencia sola no alcanza. Hoy en tus equipos tenés que tener trabajando a ejecutivos de primera línea, tanto en modelos de negocio como en creatividad, en gestión de la creatividad… Y eso implica muchas horas de trabajo y es algo que nos ocupa muchísimo”.
Para el CEO de América, las preocupaciones tienen que ver con las fuentes de ingresos y la monetización de los contenidos, con optimizar el viaje de cada producto.
“El ventaneo no es un tema sencillo. Porque si no ventaneas bien, no monetizas”, señala Muñiz, quien acumula décadas de experiencia en áreas de distribución y alianzas internacionales.
“También es un reto el mantener el balance entre el ahorro y la calidad. Porque el ahorro mal entendido es pan para hoy y hambre para mañana”, añade.
Sin embargo, afronta el desafío con optimismo.
“Con la infraestructura que tenemos, el contenido que producimos, el expertise generando entretenimiento, la vida que podemos darle con la parte digital y el apoyo de Kapow para hacer coproducciones y contenidos que van más allá, estamos en el buen camino. Tenemos todo para construir una empresa realmente multimedia y tener presencia internacional de primer nivel”.