Usando la IA para reescribir el libro de la creatividad

Jonathan Webdale 13-09-2024 ©cveintiuno

Los cofundadores de Write With Laika Charlene Putney y Martin Pichmair explican por qué la inteligencia artificial (IA) no reemplazará a los escritores, sino que los ayudará en sus procesos creativos.

Martin Pichlmair y Charlene Putney

Dos semanas después del enfrentamiento de 148 días que tuvo lugar el año pasado entre los guionistas de Hollywood y los estudios a los que abastecen, un avión atravesó el cielo de Los Ángeles portando una pancarta que decía:“Pay the writers, you AI-holes” (un juego de palabras entre el insulto en inglés assholes y las siglas para la inteligencia artificial).

El eslogan encapsulaba las preocupaciones de los miembros del sindicato de escritores, Writers Guild of America (WGA), sobre el interés por parte de los jefes de la asociación de estudios Alliance of Motion Picture & Television (AMPPT) en usar la IA para reducir costos y la dependencia de los escritores humanos.

Pero también ponía en evidencia las habilidades creativas de los guionistas: ¿Habría podido ChatGPT inventar una ocurrencia tan concisa? Parece poco probable.

Cuando la huelga de escritores promovida por el WGA empezó el 2 de mayo hacía cinco meses que la empresa respaldada por Microsoft, OpenAI, había lanzado su novedoso AI chatbot, que despertó voces a favor y en contra entre los sectores más potencialmente afectados por la herramienta, que puede esbozar documentos legales, papers académicos y, si, crear guiones para películas o series de televisión en minutos – todo con el input de unos simples enunciados (prompts).

Cuando la huelga terminó el 27 de septiembre, el sindicato de escritores WGA había asegurado un acuerdo que limitaba el uso de la IA por parte de los estudios, mientras que daba a miembros del sindicato la libertad para usarla en su trabajo.

El acuerdo fue percibido por muchos como una gran victoria, preservando, por ahora, el medio de vida de los guionistas.

Para los fundadores de una herramienta de IA llamada Write With Laika, el resultado también fue positivo.

Huelga de guionistas

“Ha creado este sandbox de prueba donde los escritores entienden las situaciones donde pueden usar IA, lo que les da una sensación de seguridad”, comentó Charlene Putney, exejecutiva de Google y Facebook y escritora de videojuegos.

“Escribir libros es como el salvaje oeste – nadie dice lo que se puede y no se puede hacer. Pero existe una caza de brujas hacia los guionistas que usan la IA y nadie se anime a usarla”.

Justamente, y días antes de que el sindicato de escritores WGA y la asociación de estudios AMPTP llegasen a un acuerdo, el escritor de ‘Game of Thrones’ George R. R. Martin, el creador de ‘Bosch’ Michael Connelly, el escritor de ‘The Firm’ John Grisham y otros se sumaron a la demanda colectiva presentada por el sindicato de autores Authors Guild contra Open AI. El caso sigue abierto.

“Adoro a los guionistas porque son intensamente curiosos”, añadió Martin Pichlmair, que fue fundador del estudio de videojuegos austríaco Broken Rules y que hoy es profesor asociado en la Universidad de Copenhagen.

“Se divierten mucho trabajando cuando estás con ellos. En realidad solo están probando cosas. No son tan puritanos como otros escritores. Son pragmáticos porque están acostumbrados a que algunos de sus guiones nunca llegarán a realizarse, entonces escriben muchas cosas que no esperan que lleguen a materializarse en pantalla. Les importa mucho la técnica, es una forma más controlada de trabajar”.

Se podría decir que ese método y estructura formal hace que los guiones de cine y televisión tengan más riesgo a causa de la IA, aunque desde otra perspectiva, también están mejor posicionados para beneficiarse.

Esta es la opinión de Putney y Pichlmair, que idearon Laika durante la pandemia, inicialmente como una herramienta en donde el escritor pudiese introducir su propio texto y permitiese generar más texto con el mismo tono, o introducir tomos de otros autores libres de copyright y hacer que el sistema devolviera nuevos textos suyos.

Pero con el apoyo de Rockstar, uno de los primeros inversores en febrero de este año, Laika evolucionó para ofrecer una sala virtual de escritores con asistentes generados por ordenador que ofrecen a los solitarios escritores diferentes comentarios, sugerencias de edición, desarrollo de tramas y más cosas para ayudarles en su trabajo.

Algo importante es que los usuarios retienen los derechos sobre los guiones generados.

‘And Did Those Feet… with Alan Partridge’ fue escrita con ayuda de ChatGTP

“Nuestro punto de vista hacia la tecnología y todo lo que hacemos, sea hacer software, dar presentaciones o hacer workshops, es que queremos enriquecer la vida de la gente. Queremos impulsar su creatividad”, explicó Pichlmair.

En esa línea, la pareja con residencia en Copenhague emplea su tiempo apoyando los puntos positivos de la IA, ya sea en la National Film School de Dinamarca o durante el circuito de eventos, incluyendo Series Mania en Lille o Serial Eyes en Berlín.

“Nosotros empezamos los workshops normalmente diciendo: ‘De acuerdo, vamos a olvidarnos de la IA un momento y pensar en los bloqueos cuando están escribiendo’”, explicó Putney.

“Damos una vuelta por la habitación, haciendo una lista en una pizarra para después, pedazo a pedazo, enseñarles cómo una u otra herramienta de IA pueden ayudarles en cada caso. Normalmente, al final del día, los escritores sienten que han encontrado una herramienta que les puede ayudar. Y otros concluyen que prefieren seguir resolviéndolo por ellos mismos. Pero, en todos los casos, no se sienten amenazados, porque ven lo que la IA puede hacer, y entienden que no es de ninguna manera un remplazo de lo que hacen, que es crear historias humanas que resuenen con otros seres humanos. El miedo desaparece”, añadió.

Write With Laika está actualmente en su fase beta con más de 8.500 usuarios, mientras que ChatGPT ha reportado en torno a 200 millones de cuentas de usuarios activos.

Putney y Pichlmair no esperan competir, pero creen que su producto especializado tiene una ventaja sobre el software genérico de OpenAI. De cualquier forma, estas presentaciones demuestran cómo el uso de la IA ya está extendido.

“La gente está usando la IA muchísimo sin decírselo al público y a su audiencia, normalmente porque está visto como una carencia de espíritu creativo o algo parecido”, dijo Pichlmair.

“No tengo números de la industria del cine, pero en los videojuegos todos los programadores con los que he hablado usan de alguna manera una herramienta de IA para ayudarles. Y son muy pragmáticos sobre eso”.

Putney añadió que en un reciente workshop junto a Nordisk Film, uno de los participantes contó una anécdota sobre cómo el uso de IA en los writers’ rooms es percibido como una falta de respeto, por lo que todos se sientan en silencio a pensar hasta que uno necesita salir al baño y al volver, milagrosamente, trae una brillante idea.

Algunos como Neil Gibbons, coautor de la comedia con Steve Coogan en la BBC ‘And Did Those Feet… with Alan Partridge’ han admitido usar ChatGPT para hacer una lluvia de ideas para el guion. Y eso solo la punta del iceberg.

En computación hay una expresión llamada “generación procedimental” que Putney y Pichlmair conocen bien. Incluso, es una de las materias que Pichlmair enseña en sus aventuras académicas.

Esencialmente, es el término precursor a la IA generativa, un método de lograr que los ordenadores puedan crear sus datos aleatorios o incluso contenido, en base a algoritmos dados por una fuente humana.

Por supuesto, en televisión procedimental tiene un significado diferente y se refiere a un drama médico o policíaco con finales cerrados y estructuras narrativas familiares.

Mientras ChatGPT, como Laika, está centrado en texto, en febrero Open AI mostró las capacidades de su nueva herramienta de IA Sora, que produce video a través de inputs de texto.

James Hawes, director del drama de Apple TV+ ‘Slow Horses’, cree que en un plazo de entre tres a cinco años la IA será capaz de generar series procedimentales completas. Pichlmair no está convencido.

“No, no en tres o cinco años, eso seguro”, dijo Pichlmair.

‘Slow Horses’

Putney lo expresa en términos televisivos. Los guionistas de ‘Slow Horses’, por ejemplo, con la suficiente capacidad técnica, tal vez algún día podrían estar a cargo de un sistema capaz de hacer eso, pero una persona normal sin conocimiento narrativo no podría hacerlo.

“Tienes que ser un experto para crear el sistema y luego el sistema puede funcionar sin supervisión. Pero el azar no será capaz de crear programas de televisión creíbles tan solo pulsando un botón en un programa de IA”, agrega Putney.

Write With Laika actualmente cuesta US$ 30 al mes y la pareja, junto al otro cofundador y programador Riddhi Raj, están actualmente buscando financiación para expandir el producto.

Pero el interés del mercado de valores hacia la IA se ha enfriado recientemente, con las caídas en bolsa de Microsoft, el creador de chips Nvidia, Google y otros más. Algunas start-ups en ese ámbito, como Stability AI o StoryFile, están pasando dificultades o incluso han llegado a la quiebra.

“Parte de eso era inevitable porque hay demasiado dinero entrando demasiado rápido”, razona Pichlmair. “Otra cosa es que creo que Google y Microsoft fueron algo inconscientes en cuanto al énfasis que ponían en la IA. Apple ha sido algo más cuidadosa. Lo estaban vendiendo como algo muy grande, antes de tener ningún motivo para creer que sería revolucionario. Puede que lo sea, pero vamos a tardar otros 10 o 20 años en mi opinión. Hay un desmedido interés siendo generado que tenía que abocarse a cierta corrección”.

El cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, quien también es cofundador de Inflection AI, comentó recientemente que cree que los trabajos tradicionales con horario de oficina habrán desaparecido antes del 2034 y serán reemplazados por aún más trabajaos ocasionales de los que existen hoy.

“No hay forma de que la IA pueda remplazar al 30% de una oficina en un espacio breve de tiempo. No es suficientemente certera y no lo será hasta dentro de 10 años”, dijo Pichlmair, aunque su comentario se hace eco de la cronología de Hoffman.

Pero parte del compromiso de Laika y sus creadores con la tecnología es la noción de que la creatividad propia del ser humano sigue estando intacta, sea cual sea el ritmo de cambio.

“Estamos trabajando sobre IA, tenemos una empresa con un producto de IA, pero realmente creo que el humano es la parte más importante de todo el proceso”, dijo Putney. “Si no intercambia ideas con un humano, si no es controlado e iterado por un humano, no será arte”.

EN CONTEXTO