En una industria donde los streamers incorporan cada vez más contenidos de la tradición lineal y las televisiones abiertas ya operan sus propias plataformas de streaming, ya no quedan géneros unscripted que las plataformas no puedan abordar, opinó el veterano de la industria Diego Guebel.
Para el productor, que se desempeña como presidente de la productora Boxfish, ambas ventanas siguen no obstante produciendo productos “muy distintos” ya que crear un contenido “nativo para el streaming” implica pensar en consumo de maratón, una lógica que aplica tanto para la ficción como para los realities o los talent shows.
“En la televisión aún influyen elementos como la frecuencia, el horario y perfilar un desenlace para el final. En el streaming, el desenlace tiene que estar en el episodio que sigue”, explica Guebel, quien también estuvo del otro lado del juego como director de programación del broadcaster brasileño Band.
Esa lógica, sin embargo, también parece estar cambiando con la incorporación de cada vez más estrenos semanales en las plataformas, una situación que, según él, responde más a factores económicos que a estrategias de programación.
“Es incómodo decirlo, porque los streamers son nuestros clientes, pero no todos tienen la capacidad financiera de poner un programa entero a disposición del consumidor, que es lo deseable para la audiencia”, opina Guebel, para quien los estrenos semanales funcionan también como una forma de minimizar el churn al darle a los suscriptores “un poco más de tiempo” para que cambien de idea con respecto a una posible cancelación de sus servicios.
Boxfish se lanzó a producir unscripted para streaming en un momento en que el 80% de los contenidos de las plataformas se orientaban a la ficción. Aunque la jugada le salió bien, apuntar a otro lado no era una posibilidad, señala Guebel.
“Decidimos hacerlo porque era nuestra fortaleza: somos tope de línea unscripted y eso incluye no solo entretenimiento, sino también documentales”.
La compañía ha producido desde entonces contenidos como la adaptación española de ‘Celebrity Bake Off’ para Prime Video, el dating show ‘¿A quién le gusta mi follower?’ para Netflix España o la docuserie ‘Locomía’ para Movistar Plus+.
Sin embargo, un género que aún no ha encontrado su lugar en el streaming según Guebel es el de los realities diarios.
“Pero pueden aparecer mañana, porque ya no hay ninguna restricción para tenerlos, como en otro momento podía ser el ancho de banda”, opina.
Guebel se incorporó a Boxfish en 2018, compañía que tiene oficinas en Argentina, Brasil y España. La razón de esta estructura trinacional, explica, es el operar cerca de los centros de encargos de las plataformas, que pese a tener presencia global comisionan sus contenidos de manera local.
“Cada oficina de Boxfish opera localmente con las televisoras abiertas y el streaming por la simple y sencilla razón de que los presupuestos de streaming se adjudican por país. Fuera del licensing, no hay nadie que busque comprar ‘porque esto va a pegar en Argentina, Perú y Colombia’. El dinero sale de cada país”, sostiene.
Además de la creación de formatos originales, Boxfish se ha especializado en la adaptación de ideas internacionales, como las versiones argentinas del formato de Armoza ‘Still Standing’ o del de Fremantle ‘Family Feud’, ambos para El Trece.
‘Still Standing’, además, estrenó en agosto una versión brasileña en Record producida también por Boxfish desde sus estudios en Argentina en la temporada pasada y desde Chile en la nueva.
Otras producciones de este año de la compañía incluyen un dating reality para Globoplay/GNT, la adaptación del formato de Red Arrow ‘Beat the Channel’ para Antena 3 de España (‘López y Leal contra el canal’), además de trabajar con RTVE en una temporada de ‘Bake Off’, la adaptación del game show británico ‘A League of Their Own’ (‘Invictus, ¿te atreves?’) y una versión de su formato original ‘El gran premio de la cocina’.
Sean ideas originales o formatos de otros, la misión de Boxfish según Guebel no cambia: “Hacerlos bien”.
“Nuestro negocio también es tratar de ser los que trabajan con el mejor estándar de calidad, tanto desde el punto de vista del contenido como de lo visual. Siempre hay que pensar que la persona que está mirando la televisión abierta tiene múltiples referencias de altísima calidad como para que se decepcione diciendo: ‘Ah, esto tiene menos calidad porque es gratis’”, termina.