Las series españolas están de moda, se repite una y otra vez, creando multitud de oportunidades para los creadores. Y cuando decimos creadores no se trata del uso del masculino genérico que recomienda la Real Academia de la Lengua: son los hombres, y no las mujeres, los beneficiados de las buenas fortunas de las series españolas.
El techo de cristal parece hecho de diamante: distrae con su brillo mientras es prácticamente indestructible.
En Estados Unidos el Writers Guild of America (WGA) realiza, desde hace un par de décadas, estudios anuales sobre la presencia de mujeres guionistas en Hollywood. Los datos, a menudo, sirven para poner en evidencia los problemas estructurales por encima de los casos individuales, y también provocar algo de vergüenza (data shame). Pero así sabemos que la explosión de producción está sirviendo para reducir brechas, aunque sea lentamente: las mujeres ya son el 33,3% de los showrunners de Estados Unidos según el estudio de inclusión más reciente del WGA.
En 2019 realicé para el sindicato de guionistas ALMA un estudio sobre la situación de la industria de la ficción seriada en España, del que salió un dato significativo: de las 92 series no diarias analizadas entre las temporadas 2015-2016 y 2018-2019, solo tres (3,3%) tenían a una mujer como creadora. Otras 18 series tenían al menos una mujer co-creadora (19,6%), mientras que ninguna serie (0%) había sido creada por un equipo formado por dos o más mujeres.
Veamos los datos más recientes, para comprobar si algo ha cambiado. De los 34 estrenos de series en cadenas nacionales y plataformas entre septiembre de 2021 y agosto de 2022, solo dos series (5,9%) han sido creadas por una mujer en solitario (‘Todo lo otro’ de Abril Zamora y ‘Ser o no ser’ de Coral Cruz), dos (5,9%) por un equipo de mujeres (‘Intimidad’ de Verónica Fernández y Laura Sarmiento, y ‘Cardo’ de Claudia Costafreda y Ana Rujas) y otras cuatro (11,8%) por mujeres en equipos mixtos (‘Jaguar’, ‘El tiempo que te doy’, la adaptación de ‘Heridas’ y ‘Now & Then’). Si algo ha cambiado ha sido testimonial: 22,9% de las series del estudio de ALMA de 2019 al más reciente 23,6% en la temporada 2021-2022.
Como siempre hay quien estará dispuesto a ver el vaso medio lleno: añadiendo ‘Supernormal’ de Olatz Arroyo y Marta Sánchez, se podría decir que al menos las mujeres ya pueden crear series en equipo. O quizás no tanto, porque las posiciones de poder, propias o de otros hombres, parecen necesarias: además de co-creadora de ‘Intimidad’, Verónica Fernández es directora de Originales de Netflix en España. Y ‘Cardo’ se vendió y promocionó bajo el paraguas de sus célebres productores, Los Javis.
Una temporada no define por sí sola la situación actual de la industria, pero sirve para entender el estado de las cosas. El principal problema de analizar la situación de desigualdad de las mujeres en la industria audiovisual es que se confunda con el victimismo. O peor, que sirva para poner un foco incómodo en las mujeres que lo consiguen, en lugar de preguntarse por aquellas que no. Pero lo primero, el foco incómodo, es imprescindible para entender lo segundo.
Hagamos una descripción de las principales características de los proyectos creados por mujeres de los últimos años.
– Muchas mujeres creadoras forman parte de equipos creativos estables con hombres, como ocurre con Gema R. Neira y Teresa Fernández Valdés con Ramón Campos en Bambú o con Esther Martínez Lobato con Álex Pina en Vancouver Media. A veces los vínculos profesionales son también personales. Ojo, hay muchos casos de parejas de creadores en la industria de las series (como Michelle y Robert King y Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino en Estados Unidos). Lo llamativo de España es su peso sobre el ya bajo porcentaje de proyectos creados por mujeres.
– Muchas de las mujeres creadoras son también actrices y protagonistas de las series, como Leticia Dolera (‘Vida perfecta’), Ana Rujas (‘Cardo’), Nadia de Santiago (‘El tiempo que te doy’), Abril Zamora (‘Todo lo otro’), Ana Milán (‘ByAnaMilán’)…
– No es fácil ser un creador joven en España, pero sí es posible encontrar series recientes de hombres sin apenas créditos previos. El plus de veteranía parece ser casi imprescindible para las mujeres. Véanse las trayectorias de Verónica Fernández (24 años desde el primer crédito), Tatiana Rodríguez (23 años), Estibaliz Burgaleta (18 años), Anna R. Costa (16 años), Laura Sarmiento (14 años de créditos), Coral Cruz (12 años)…
– Se confía en mujeres creadoras para hacer adaptaciones. Sin ser exactamente proyectos seguros, tienen una base dramática previa y contrastada, lo que parece reducir el riesgo: Susana López Rubio en ‘La templanza’, Tatiana Rodríguez en ‘La cocinera de Castamar’, Lele Portas en ‘Heridas’, Laura Belloso en ‘El internado: Las cumbres’, Anna R. Costa en ‘Fácil’…
– Se confía en las mujeres para proyectos modestos, con pocos capítulos y costes bajos de producción. No es casualidad que sean Playz/RTVE Play (‘Ser o no ser’, ‘Boca Norte’), Atresplayer (‘Looser’, ‘ByAnaMilán’, ‘Cardo’) y HBO (‘Todo lo otro’, ‘Por H o por B’, ‘Escenario 0’, ‘Foodie Love’) las plataformas que más han confiado en proyectos exclusivamente creados por mujeres.
Quitemos el foco incómodo en las mujeres que lo han conseguido, para volver a preguntarnos por las que no. Y, sobre todo, señalar las decisiones invisibles en los despachos cerrados que mantienen la situación de desigualdad.
La industria española no confía en las mujeres que presentan proyectos solas o con otras mujeres, ni en las mujeres jóvenes ni en aquellas que presentan proyectos ambiciosos. Los huecos por los que logran colarse son escasos: formar parte de equipos con hombres, ser actrices o acompañarse de actrices-creadoras, presentar proyectos pequeños o esperar a ser llamadas para hacer adaptaciones de obras, a menudo de otras mujeres.
Se dice que el audiovisual es una industria del no, por la dificultad para llevar adelante cualquier proyecto. La cuestión es que las mujeres se siguen llevando los noes, y recibiendo pocos síes. Quedémonos con el dato simple, el que habla por sí mismo, el que debería avergonzar, aunque fuera un poco, entre tanta complacencia sobre el estado de la industria de las series en España: 23,6%.