El productor ganador del Emmy Evan Shapiro, reconvertido en analista de la industria del entretenimiento, advierte del cambio que deben atravesar todos los jugadores para pasar de una ‘gatekeeping economy’ en contracción a una ‘creator economy’ en expansión. “El que no lo entienda desaparecerá”, avisa.
Evan Shapiro se define como “cartógrafo” de la industria, un rol que ha asumido estos últimos años y a través del cual se ha convertido en una de las voces más lúcidas, admiradas y apocalípticas (para los estudios de Hollywood, al menos) sobre la transformación que atraviesa la industria del entretenimiento y hacia dónde se debería dirigir si no quiere desaparecer como tal.
Profesor de la Universidad de Nueva York, Shapiro es además un reconocido productor ganador del Emmy (por ‘HitRecord’) y un Peaobdy Award (por ‘Portlandia’) además de haber sido presidente de IFC y Sundance Channel.
Y en marzo de este año sorprendió a la audiencia de South by Southwest al compartir que estaba atravesando un duro tratamiento contra el cáncer, una confesión personal poco frecuente que aprovechó como analogía de lo que está ocurriendo actualmente en la industria tradicional del entretenimiento.
¿Por qué elegiste comparar tu diagnóstico de cáncer con lo que está sucediendo en la industria?
Porque, al igual que yo, la industria de los medios es como una persona que tiene cáncer y que ha venido ignorando sus síntomas durante mucho tiempo. En mi caso, me realicé un tratamiento y ahora estoy bien. Pero los jugadores tradicionales de los medios han ignorado sus síntomas por demasiado tiempo y ahora se han lanzado a perseguir a Netflix por este modelo de negocio que, tal como se demostró luego, no es sostenible en el largo plazo. Hasta Netflix lo está reconociendo ahora con su expansión a la publicidad.
Pero todos esperaron demasiado para meterse en el streaming y lo hicieron sin estar realmente preparados. No se prepararon para los verdaderos desafíos y ahora no están tomando un tratamiento. Saben que tienen cáncer, saben que tienen problemas en el centro de sus modelos de negocio, saben qué tan enfermo está el paciente. Pero no se están tratando.
¿El proceso de recortes y búsqueda de eficiencias no es un tratamiento?
Eso es como tratarse con venditas. Disney despide a 7.000 personas, hace una inversión en Epic Games y llama a eso una estrategia. Warner Bros. Discovery combina a dos compañías gigantes, las hace un 70% más pequeñas y como resultado realiza despidos masivos en vez de buscar un tratamiento.
El cambio que necesitan hacer es monumental y puedes ver a Google y Amazon como ejemplos de compañías que están atravesando un cambio transformacional, difícil, doloroso, pero que están comenzando a ver resultados. O la propia Netflix, que cuando pasó de vender DVDs al streaming vivió un cambio lleno de sobresaltos, pero lo lograron. Transformaron la compañía. La iba a comprar Blockbuster, ¿te acuerdas? Para mí, mucho más que haber fundado Netflix, el gran triunfo de Reed Hastings y Ted Sarandos fue esa transformación.
Pero en el caso de los estudios, todos parecen estar a favor de la automedicación. Y su única solución es venderse unos a otros, realizar despidos masivos y buscar eficiencias sin una verdadera estrategia ni estar dispuestos a realizar cambios transformadores y fundamentales.
Por eso el ecosistema tradicional, que para mí también incluye a Netflix, Prime Video o Apple TV+, seguirá contrayéndose de manera dramática a lo largo de la próxima década. Veremos menos películas y series en producción. Y veremos menos películas y series interesantes producidas por el sistema de los estudios, dado que el sistema independiente no está funcionando bien en lo que respecta al cine. En cuanto a series, aún es debatible.
Veremos menos jugadores, menos plataformas y menos trabajo en el sistema tradicional para creadores, artesanos y técnicos. En cambio, habrá más trabajo en la creator economy o la community economy. Ahí es donde estará el crecimiento en los próximos 10 años.
Entonces en tu opinión las fusiones no están funcionando…
Sumar TV con TV no funciona y ya lo hemos visto muchas veces. El caso de la fusión de Warner Bros. Discovery es el peor de todos. Pero la de Disney y Fox también creó una compañía más pequeña como resultado. Fue un desastre y sin lugar a dudas la peor decisión empresarial de la carrera de Bob Iger.
Es una tentación que vemos hasta en las compañías tecnológicas: me aferro a esto que he hecho durante mucho tiempo, lo actualizo un poco y espero tener éxito. ¡Eso está completamente equivocado! Estamos en un ecosistema totalmente diferente, un ecosistema user-centric. Y solo aquellas compañías que puedan operar en diferentes negocios en torno a sus core values tendrán éxito. Las que continúen haciendo lo mismo dejarán de existir.
Mira por ejemplo lo que era el New York Times en 2010 y lo que es ahora. Ese es el tipo de transformación que debes atravesar, ese es el nivel del desafío al que se enfrentan los estudios. Y ninguna de estas grandes compañías, incluyendo a Comcast y NBC, lo están haciendo.
¿Y qué crees que deberían hacer?
Todas estas compañías siguen muy aferradas a su modelo tradicional. Entonces, siguen perdiendo dinero en el streaming. El año que viene serán rentables. ¡Felicitaciones! Pero no van a poder reemplazar esos ingresos de sus negocios tradicionales a los que se han vuelto adictos.
Y el problema es que no creen de verdad que una nueva era ha comenzado y que cualquier negocio que dependa de la relación tradicional con los consumidores estará en problemas. Necesitan otras formas de negocio, otras vías de ingreso para financiar contenidos para sus servicios.
¿Crees que esa nueva era impactará en la naturaleza de los contenidos?
Primero que nada, hay demasiados contenidos. Y se harán menos porque hay que hacer menos. Pero, además, los sistemas de descubrimiento de contenidos son un desastre. No funcionan. Entonces, encontrar el nivel adecuado de contenidos es una cosa, pero tener a la gente entrando a las plataformas y no saber qué ver una y otra vez es otro gran problema. La gente se está dando por vencida y por primera vez en mucho tiempo los consumidores están comenzando a usar menos medios. Si comparas los datos del 2022 con los del 2023, las personas están usando los medios unos 30 minutos menos por día.
A esto hay que sumarle que el mercado del cine independiente ha desaparecido por completo debido a los streamers. Y los documentales, si no son true crime, son imposibles de vender.
¿Quién comprará ahora esos contenidos arriesgados? El dinero que Netflix destinaba a series como ‘BoJack Horseman’ y otros títulos ahora la invertirá en la WWE. Y Amazon pagó US$ 100 millones por un partido de la NFL. Alguna vez escuché que es igual de arriesgado hacer una película de US$ 100 millones que una de US$ 1 millón. Entonces, ¿por qué no hacemos 100 películas de un millón? Pero no harán eso, claro. Creo que veremos cada vez menos producciones interesantes por parte del ecosistema tradicional. Pero, en cambio, muchos de estos contenidos sí saldrán de la creator economy. Los contenidos del espíritu indie de música, comedia, películas, TV o hasta literatura será financiado directamente por los consumidores.
Angel Studios es un gran caso de estudio de hacia dónde creo que nos dirigimos esta próxima década, que es pasar de una gatekeeping economy en rápida contracción a una creator economy en expansión. Y cuando digo creators no digo influencers, digo creadores.
Los Jeff Skull del mundo [el fundador de la recientemente cerrada Participant Media] van a tener que aprender cómo construir una comunidad en TikTok y vender sus películas en Patreon. No estoy exagerando. Y si no te suena nada de esa frase, estás en grandes, grandes problemas.
Taylor Swift es otro ejemplo perfecto. Rehizo toda su música para destrozar a los gatekeepers y ganó. O Reese Witherspoon, que creó un club literario por email de cuatro millones de personas y fue capaz de convertir libros de los que poseía los derechos en bestsellers para luego adaptarlos al cine y la TV. Y luego vendió su compañía por US$ 1.000 millones.
Existe un gran potencial de crecimiento en compañías lideradas por creadores. Y creo que el arte sí cambiará como resultado. Veremos películas y televisión producidas directamente para este ecosistema, vendidas de manera directa a los consumidores. El podcast es otro gran ejemplo.
¿No crees que existe una corriente para limitar el uso de los dispositivos móviles, ahora que entendemos los problemas que han traído, y que eso puede limitar lo que estás diciendo?
Hemos hecho adictos a los teléfonos móviles a los miembros de dos generaciones y eso es algo de lo que nos tendremos que hacer responsables. Pero el usuario seguirá estando en control y lo sabe. Se puede dar de alta y de baja de las plataformas cuando quiera. Y cuando la Generación Z y la Generación Y dominen la fuerza laboral, el cambio será aún más dramático. Cuando ‘Fortnite’ sea la norma y no Facebook estaremos en un ecosistema completamente diferente. De aquí a 20 años las cosas se verán radicalmente diferentes.
Pero es que, además, las personas que dirigen el ecosistema de los medios parecen no darse cuenta de que las generaciones van creciendo. Los millennials ya no son niños, tienen niños. Y la Generación Z va a ser la mayor parte de la fuerza laboral en 10 años. Prepárense.
¿Crees que este cambio será igual en todo el mundo?
Europa y otras regiones se comportarán diferente de Estados Unidos. Para estos países, las cadenas públicas representan una gran oportunidad de evitar el apocalipsis mediático al que se enfrenta Estados Unidos. Existen muchas desventajas de ser un canal público. Pero también algunas ventajas. Contar con US$ 90.000 millones proporcionados por los estados y los ciudadanos y no tener que depender del ecosistema comercial es una de ellas. Estos jugadores tienen la gran oportunidad de aprovechar su posición en el mercado y la lealtad de sus consumidores. Si deciden aprovecharlo o no ya es cosa de ellos, pero si lo hacen, serán relevantes.
¿Y qué piensas que puede suceder en América Latina?
Creo que ya es un poco tarde para América Latina. Si miras la trayectoria de la televisión en la región, suele estar una década o media década por detrás de lo que ocurre en Estados Unidos. Pero, eventualmente, todo lo que sucede en Estados Unidos sucede allí, al menos en lo que tiene que ver con las prácticas de negocio. Y como resultado, dado que las ofertas son muy similares, los hábitos de consumo son muy similares. América Latina parece estar dirigiéndose hacia el mismo acantilado del cual el tejido industrial de Estados Unidos acaba de saltar.
Y, para peor, América Latina ha recortado mucho las distancias en los últimos años entre lo que pasa en su mercado y el de Estados Unidos, por lo que si yo estuviera en esa región miraría muy de cerca lo que acaba de pasar en Estados Unidos, porque se viene. Y rápido.
¿Crees que la popularidad que está atravesando el contenido en español se mantendrá?
Cuando miras la base de usuarios de la Generación Z y la Generación Y, ves que les encanta el contenido extranjero. La mitad de los menores de 40 años aman el contenido en idioma extranjero y su disponibilidad en los catálogos es tan importante para ellos como el precio de las plataformas. Y el español es uno de los idiomas más hablados del mundo. España y México han producido además grandes éxitos estos últimos años. Entonces, creo que esta tendencia continuará. Y a medida que la Generación Y llegue a puestos de poder, la Generación Z se convierta en jefes de familia y la Generación A comience a hacer sus propios contenidos, veremos crecer más esta tendencia y explotará aún más en las plataformas de la creator community. Pero también creo que más allá del español, otros mercados surgirán en los próximos años como India y África, especialmente a través de Nigeria.