El director de la serie original de Max ‘Cuando nadie nos ve’ opina sobre cómo es posible correr riesgos incluso en un thriller policial creado para una gran plataforma.

Este viernes 7 de marzo Max España estrenó su serie original ‘Cuando nadie nos ve’, un ambicioso thriller policial producido por Zeta Audiovisual (‘Élite’) y pensando para el público de una gran plataforma.
Pero el director de sus ocho episodios, Enrique Urbizu, cree que incluso un contenido de este tipo, creado con las grandes audiencias en mente, puede (y debe) asumir riesgos.
Urbizu es uno de los directores más reconocidos de España y ganador de dos premios Goya (Mejor dirección y Mejor guion original) por ‘No habrá paz para los malvados’.
Su trayectoria incluye además títulos como ‘La caja 507’ o ‘La vida mancha’ y las series ‘Gigantes’ y ‘Libertad’ de Movistar Plus+.
Y en el caso de ‘Cuando nadie nos ve’ el director bilbaíno vio que el proyecto era ideal para empujar los límites del thriller en plataformas. “Creo que no hay que copiar estándares ni fórmulas que funcionan. A mí esa televisión no me interesa para nada”, opina el director.
“Muchas cadenas entienden que pueden producir producto estándar. Pero de vez en cuando hay que intentar algo que sea más arriesgado o más novedoso. Nuestra obligación es correr riesgos”, agrega.
Basada en la novela homónima de Sergio Sarria, ‘Cuando nadie nos ve’ es un thriller policial protagonizado por Maribel Verdú, Mariela Garriga y Austin Amelio, creado por Daniel Corpas y escrito por un equipo de guionistas liderado por Arturo Ruiz, con la colaboración de Luis Caballero, José Antonio Valverde, Germán Aparicio e Isabel Sánchez.
La serie se ambienta en el pueblo andaluz Morón de la Frontera y su trama entrecruza varios interrogantes (un harakiri, la desaparición de un militar norteamericano y la de otro joven del pueblo, además de una droga que provoca visiones a quien la toman) con un componente muy local (elementos folklóricos como la Semana Santa, acentos regionales) y otro muy internacional (hay personajes extranjeros e incluso se habla en inglés).

“La palabra clave aquí es mezcla. Me parecía muy sugerente y difícil como cineasta trabajar esos materiales. Supongo que Max pensó que, para ventas al exterior, una serie bilingüe, al mismo tiempo muy localista, muy andaluza y muy inaudita —el fervor de Semana Santa no es fácil de encontrar en el resto del mundo— era muy interesante para lanzarse con el material”, opina Urbizu, que insiste no obstante que el potencial de la serie, más que su trama, son sus personajes.
“Son los personajes quienes hacen que nos interese el misterio y no al revés. Yo les decía mucho a los actores: olvidaos de la trama. Sí, la trama tiene su camino, pero el tono general, el ritmo y la atmósfera los marca vuestra soledad, vuestros momentos, lo que va pasando que es casi vida leve. Eso no es fácil. Ese era el reto”.
En lo que respecta a la toma de riesgos, Urbizu destaca que la serie se aleja de los ya tradicionales (y efectivos) cliffhangers, una decisión que le costó más de alguna discusión con el equipo creativo.
“Intuí enseguida que no era una serie de cliffhangers; al contrario, era una serie de continuidad suave”, cuenta el director. “Evitamos acabar con un misterio en cada capítulo. No es ese el tono ni el ritmo. Aprovechamos los finales de capítulo para acercarnos de puntillas a la vida privada solitaria de los personajes, para ya en el siguiente capítulo volver a la actividad profesional”.

“Las cadenas y los productores están acostumbrados a lo otro, a algo que enganche y que sea potente, por ese miedo a que los espectadores no sigan viendo. Yo tengo fe en que si interesan los personajes, la gente va a seguir viendo”, expone.
Y para que la serie logre además una personalidad propia es necesario escapar de ciertos clichés del género, opina Urbizu, que enumera algunos: “Los personajes monolíticos, el exceso de maniqueo, las explicaciones psicológicas, los excesos románicos… De todo eso huyo como de la peste. Me gusta presentar los acontecimientos y que sea la intuición del espectador la que vaya comprendiendo a los personajes, en su soledad, en sus silencios… Y si comprendes, puedes compartir”.