La industria audiovisual global podría haber recibido un salvavidas tras el fallo de una corte federal en Estados Unidos, que bloqueó los aranceles internacionales propuestos por Donald Trump al considerar que el presidente excedió su autoridad.

El fallo del Tribunal de Comercio Internacional, con sede en Nueva York, parece haber debilitado las controvertidas políticas comerciales de Trump, que amenazaban con tener un impacto significativo en la industria global del contenido.
La decisión llega tras una serie de demandas que argumentaban que el presidente había excedido su autoridad y que sus amenazas arancelarias habían causado caos económico a nivel mundial.
Este tipo de aranceles suele requerir la aprobación del Congreso, pero Trump había ignorado esa regulación alegando que el déficit comercial de Estados Unidos representaba una emergencia nacional.
El fallo del tribunal afirmó que las órdenes arancelarias de Trump “exceden cualquier autoridad otorgada al presidente (…) para regular importaciones mediante aranceles”. Y añadió que su uso es “inadmisible, no porque sea imprudente o ineficaz, sino porque [la ley federal] no lo permite”.
El fallo responde a una demanda presentada por cinco pequeñas empresas importadoras, que argumentaron que los aranceles ponían en riesgo su supervivencia. Además, una coalición de gobiernos estatales también cuestionó la legalidad de la medida de Trump.
El presidente reaccionó con dureza tras conocerse el fallo, que representa un golpe a su estrategia del llamado “Día de la Liberación”.
Minutos después del anuncio, su administración presentó un aviso de apelación, lo que podría desembocar en una eventual batalla en la Corte Suprema. Mientras tanto, la Casa Blanca emitió un comunicado en tono combativo: “No corresponde a jueces no electos decidir cómo abordar adecuadamente una emergencia nacional”.
A inicios de mayo, Trump alarmó al sector audiovisual internacional con su intención de imponer aranceles del 100% a las películas producidas fuera de Estados Unidos, y muchos temían que la medida se extendiera también a la televisión.
Esas preocupaciones solo se aliviaron levemente días después, cuando el actor estadounidense Jon Voight, quien a pedido de Trump lidera un grupo de trabajo repleto de celebridades para revivir Hollywood, propuso una serie de medidas para ayudar a restaurar el esplendor de la industria.
Entre ellas figuran un incentivo fiscal federal, aranceles a producciones filmadas en el extranjero, tratados de coproducción internacional y el regreso de la regla FIN-SYN, que antaño impedía que las cadenas fueran propietarias de los programas que emitían.
Aunque Trump ha retrocedido parcialmente en sus amenazas arancelarias, el tema ha generado un intenso debate en la industria global del entretenimiento, con ejecutivos, sindicatos y productores preocupados por su posible impacto.