Cómo la industria acabó en la encrucijada vertical

Si el contenido que la gente consume en el transporte público sirve de indicador para saber hacia dónde va el negocio del entretenimiento, entonces esta edición de Content London podría ayudar a subir la vara.

Estoy obsesionado con lo que mira la gente en el transporte público. Por suerte, vivir en Londres me da muchas oportunidades para husmear las cosas raras, y no tan maravillosas, que la persona sentada a mi lado en el metro está viendo en YouTube.

Puede que incluso lo hayas notado en tu camino a Kings Place estos días. Pero mientras la mayoría se queja del ruido insoportable del rage bait o pseudo-true crime generado por IA que sale de YouTube Shorts, TikTok o Facebook para todo un vagón, yo no puedo evitar intentar descifrar qué está viendo. Pero, inevitablemente, pasan unos segundos y un pulgar insatisfecho se mueve para lanzar otra joya de contaminación mental, y mis esfuerzos espías vuelven a empezar.

Jack Conte, CEO de la plataforma de membresías Patreon, publicó recientemente una videocolumna en el canal de YouTube de The New York Times titulada I’m Building an Algorithm That Doesn’t Rot Your Brain (Estoy creando un algoritmo que no te pudra el cerebro), lo más reciente en su cruzada por ordenar internet para servir mejor a los creativos y a las audiencias, en lugar de a los tech bros.

Irónicamente, llegué a su video gracias a un algoritmo, pero Conte tiene un punto cuando dice que las empresas tecnológicas “priorizan la fijación a corto plazo por encima de la conexión a largo plazo, porque valoran más los ingresos publicitarios que nuestra humanidad”.

No se puede decir que no nos hayan advertido. Cualquiera que haya estado en Content London 2024 recordará al analista Adam Cunningham diciendo a los delegados que se prepararan para una ola gigante de “contenido basura generado por IA” en redes sociales.

Hoy es casi una rareza ver a alguien mirando algo en Netflix, Disney+ o BBC iPlayer mientras se desplaza, algo que a principios de este año realmente me deprimió respecto al futuro de nuestra industria. Sin embargo, luego recordé que el consumo en on-the-go nunca fue una parte central del modelo de negocio de la TV, que sigue centrado en el hogar, y eso me devolvió cierta esperanza.

Y entonces llegó la fiebre del microdrama.

El año comenzó con un informe que decía que Netflix les estaba pidiendo a sus showrunners simplificar las tramas (algo que el streamer negó) para facilitar la comprensión a quienes “miran” mientras doomscrollean. Ahora las plataformas de microdramas vienen a resolver ese problema trayéndonos contenido con tanta profundidad narrativa como un video de soft porn.

Por supuesto, es fácil mirar por encima del hombro títulos como ‘Pregnant by My Ex’s Dad’, ‘Stripper Nanny’ y ‘Selling My Virginity to the Mafia King’. Hasta donde puedo ver, la mayoría de los microdramas parecen escritos por una versión de ChatGPT entrenada únicamente con clickbait y revistas sensacionalistas como Chat o Take a Break.

No digo que un microdrama no pueda ser de alta calidad. Solo digo que no he visto uno todavía. Quizás eso cambie después de este Content London, que el martes acogió su primer concurso de guion de microdramas, tal vez marcando el momento en que la vara empezó a subir.

Mi colega Michael Pickard hizo esta semana un reconocimiento a la serie en galés ‘Yr Alwad’ (‘The Call’), del canal social Hansh de S4C, que sugiere que es posible que las televisiones públicas aporten sustancia al formato. Hasta ahora, sin embargo, la tendencia ha parecido más bien una carrera hacia abajo. Y en más de un sentido.

Si 2025 ha sido el año en que muchos canales y distribuidores finalmente abrazaron YouTube y empezaron a subir a la plataforma episodios completos, quizá mis viajes en metro vuelvan a estar llenos del reconfortante sonido de Morgan Freeman, en lugar de una inquietante imitación asistida por IA.

Pero si quieres ver el futuro del consumo masivo de medios, tienes que mirar a India, como hicimos en C21 este año durante nuestra primera edición de Content India, que regresará a Mumbai del 16 al 18 de marzo del año que viene. Los microdramas creados con IA –algo que hasta hace poco parecía lejano– ya están estrenándose en plataformas premium como JioHotstar (copropiedad de Disney). Y, tal vez afortunadamente para el futuro de nuestra industria, no están siendo bien recibidos.

En Reddit, los comentarios incluían “Esto es basura generada por AI” y “Esto es una falta de respeto para literalmente todo el mundo”. Aun así, en un país con uno de los costos de datos móviles más bajos del mundo, puedes estar seguro de que muchos contenidos hechos con IA (y cricket) seguirán sonando en los trenes de Agra a Zirakpur.

Mientras tanto, aunque puede ser tentador centrarse en lo mal que está la TV, los últimos 12 meses consolidaron el regreso de esos momentos culturales compartidos en el Reino Unido, ya sea con el final de ‘Gavin & Stacey’ o con ‘The Traitors’ en la BBC. La gran televisión, con verdadero alcance masivo, se sigue haciendo.

Y si algún día eso se acaba, quizá todos podamos reconvertirnos en coordinadores de intimidad, anticipándonos a la inminente Edad de Oro del microdrama.

Redacción Cveintiuno 05-12-2025 ©cveintiuno

LA FIRMA DE HOY

Nico Franks
Editor de Channel21 International
C21 Media

Nico escribe noticias diarias, artículos y notas de análisis para C21Media, la compañía británica que provee noticias de última hora y análisis de la industria a la comunidad internacional del entretenimiento. Antes de convertirse en editor de la revista Channel21 International en 2021, fue editor de la revista C21Kids. También forma parte del equipo que organiza y modera la galardonada conferencia Content London de C21. Se incorporó a C21 en 2012, después de trabajar para BBC online y la revista musical Clash.

Puedes escribirle a nico@c21media.net

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