Los incentivos y la larga vida de los contenidos son claves en el mercado de hoy, afirman productores en el BAM

Panel “El cambio de negocio de las plataformas” durante el BAM 2025

BAM: Los programas de incentivos fiscales a la producción, así como la apuesta a extender el ciclo de vida de los contenidos, son elementos que no solo ayudan a “levantar” buenas ideas desde el papel, sino que son determinantes para el desarrollo saludable del mercado, aseguraron productores durante el Bogotá Audiovisual Market (BAM).

“El negocio está en la posibilidad de que el producto tenga larga vida, y me parece fundamental poder seguir contando con incentivos, porque no solamente permiten financiar contenidos, sino también acercar industrias de distintos países, lo cual ayuda a profesionalizar el sector”, dijo David Barraza, director ejecutivo de desarrollo y contenido para América Latina en Sony Pictures Television.

En cuanto a los incentivos, mientras que Colombia está posicionada como referencia regional, Uruguay se ha vuelto muy competitivo y Brasil se encamina a tenerlos, países como México o Argentina tienen “una deuda con la industria” que los productores resienten.

Ya como ejemplo de un ciclo de vida virtuoso, Barraza mencionó el caso de la telenovela colombiana ‘Rosario Tijeras’, producida en 2010 para el Canal RCN, que, además de contar con una versión mexicana en 2016 y una versión india actualmente desarrollada por Banijay Asia, este año su cuarta temporada se encuentra disponible en Netflix y acaba de estrenar también en TV Azteca en México.

“No debemos tenerle miedo a lo no exclusivo. Históricamente, el negocio de la televisión empezó a crecer cuando los productores se dieron cuenta de que el contenido tenía otras vidas y eso les permitía aumentar la inversión”, coincidió Patricia Jasin, SVP de distribución internacional de TV para América Latina de Warner Bros. Discovery (WBD).

La ejecutiva opinó que la fase de exclusividad impulsada por los streamers a inicios de esta década “corrompió” la salud de un negocio que se apoya mucho en el retorno de la inversión a lo largo de décadas, como lo muestran títulos longevos del catálogo de WBD que continúan vendiendo y son “un gran complemento” de la producción original, como las franquicias de Looney Toons y Hanna-Barbera o las películas clásicas.

“Podemos compartir derechos y eso no significa que nos canibalicemos: un producto que está en Youtube y también está en un canal lineal va a alcanzar audiencias distintas. La clave para que un producto sea exitoso es que pueda vivir en muchas plataformas, canales y espacios para que genere más revenue”, agregó Jasin.

Por otra parte, los ejecutivos abordaron cómo la industria afronta actualmente el dilema del riesgo, un elemento clave a la hora de empujar los negocios audiovisuales.

Por un lado, ante la aversión al riesgo que se respira actualmente a la hora de encargar y apostar por contenidos, Barraza sostuvo: “Hemos entendido que el riesgo moderado es fundamental en nuestra industria, en el sentido de elegir productos que, si bien nunca estás seguro de que van a funcionar, sabes que pueden contar con elementos con los que el público pueda conectar”.

El restante corolario del dilema lo trajo Marcelo Tamburri, director de contenidos internacionales de Zeta Studios. Aunque coincidió con Barraza en la necesidad del riesgo controlado, defendió que la capacidad de arriesgar parece estar inevitablemente en el ADN del negocio.

“Es difícil lo que voy a decir, pero está llegando un momento en el que hay que volver a arriesgar. Es complicado porque el dinero no lo pongo yo, entonces tengo que convencer a otro de que arriesgue con mi idea, y eso es difícil. Pero nuestra industria es una industria de riesgos”, afirmó.

Sebastián Torterola 18-07-2025 ©cveintiuno

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