
Un total de 103 entidades del cine y la televisión de todo el mundo han firmado una “petición mundial urgente” en defensa del sector independiente.
Titulada ‘A global declaration for artistic freedom, cultural diversity and cultural sovereignty’, la carta abierta pide a todos los gobiernos que se “mantengan firmes y salvaguarden los sistemas que apoyan la creación cinematográfica y audiovisual independiente”.
“Estamos siendo testigos de intentos cada vez más agresivos, por parte de actores políticos y corporativos con gran poder, de desmantelar las protecciones regulatorias que garantizan la diversidad y el acceso a la expresión cultural”, reza el documento.
Aunque no señala a nadie en concreto, se trata de una clara respuesta a los planes del gobierno de Donald Trump de imponer aranceles a las producciones realizadas fuera de Estados Unidos, entre otras medidas.
Sin embargo, también apunta a “desafíos emergentes como la inteligencia artificial, las plataformas impulsadas por algoritmos y el creciente dominio de los conglomerados globales del entretenimiento”, así como a “ataques más amplios contra el pluralismo y la libertad de expresión”.
“Durante décadas, gobiernos e instituciones de todo el mundo han apoyado la creación cinematográfica y audiovisual mediante financiación pública, políticas culturales y regulación que fomentan las producciones independientes y aseguran que las historias locales no solo existan, sino que lleguen tanto al público local como al internacional”, dice la carta.
“Más allá de enriquecer nuestras vidas culturales, las obras cinematográficas y audiovisuales son esenciales para una democracia saludable: promueven la libertad de expresión y dan voz a la diversidad de relatos y perspectivas de la humanidad”.
Según manifiestan las entidades, en los últimos tiempos se han visto “ataques directos” a salvaguardas fundamentales como la Directiva de Servicios de Comunicación Audiovisual en la Unión Europea, las obligaciones de contenido local propuestas en Australia, las cuotas de pantalla en Asia y los requerimientos para que las plataformas de streaming contribuyan a la producción nacional en Canadá, entre otros.
“Por eso, nos oponemos firmemente a cualquier iniciativa política, legal o económica que busque debilitar las normas nacionales o internacionales concebidas para proteger la libertad artística y la diversidad cultural en el ámbito audiovisual y cinematográfico”, continúa.
El texto también hace referencia a la importancia de que cada país tenga derecho a crear y mantener sus propias políticas culturales y sistemas regulatorios, que reconozcan la importancia de poseer, controlar y monetizar la propiedad intelectual de las obras.
Así, instan a los gobiernos a tomar medidas “para que pueda seguir floreciendo la cultura, la creatividad y el acceso democrático a la diversidad de las historias para la pantalla”.
Entre los firmantes figuran entidades iberoamericanas como FIPCA; españolas como ACCIÓN, AECINE, ALMA, DAMA, FAGA, GIDOI, PROA y PATE; portuguesas como APIT; y argentinas como AVACI, DAC, FESAAL.
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