Un método “dinámico” para financiar ficción internacional

Jordan Pinto 19-08-2025 ©cveintiuno

El fundador de Dynamic Television, Dan March, explica cómo los incentivos internacionales han ayudado al estudio independiente a construir la mayor grilla de producción y distribución de su historia y sus planes de producción en España y América Latina.

Dan March

En medio de una recesión sostenida en la industria, marcada por menos encargos, parálisis estratégica entre los compradores, recortes de empleos y el cierre de productoras independientes, Dynamic Television vive el mejor momento de sus 12 años de historia.

Dirigida por su fundador y managing partner Dan March, la compañía está actualmente produciendo, coproduciendo o distribuyendo 12 series en ocho países. Entre ellas se encuentran ‘Ginny & Georgia’ (Netflix), ‘Revival’ (Peacock), ‘Drops of God’ (Apple TV+), ‘The Twelve Dates of Christmas’ (Hallmark), ‘Art Detective’ y ‘Harry Wild’ (Acorn TV), así como ‘Ms X’ para Three de Nueva Zelanda y ‘The Sommerdahl Murders’ para ZDF de Alemania y TV2 de Dinamarca.

Y parte de este buen momento se debe a los cambios en el mercado, que han llevado a streamers y estudios a adoptar un enfoque menos rígido con respecto a los derechos, según March, tras la doble huelga de Hollywood en 2023 y el fin de la llamada peak TV.

“Irónicamente, hemos podido capitalizar la retirada de los estudios y/o streamers que antes querían quedarse con los derechos globales de las series. Una oportunidad de esa retirada es que ciertos canales ahora buscan diversificar su inversión y quedarse solo con determinados derechos. Ahí entramos nosotros para cofinanciar y coproducir a costos algo menores”, dice March a C21.

Sin embargo, el éxito reciente de Dynamic también se debe a su experiencia trabajando con créditos fiscales internacionales, algo que hoy es según el ejecutivo un requisito de supervivencia para los productores de drama. Canadá, Irlanda, Australia, Nueva Zelanda y los países nórdicos son territorios clave para la compañía en este mercado encogido.

“Todos estos territorios tienen incentivos robustos y cruciales, y sin esos programas no podríamos financiar estas series”, asegura.

En Australia, Dynamic lanzó el año pasado un programa de desarrollo scripted para productores y guionistas locales en alianza con la agencia federal Screen Australia, que resultó en la financiación de la comedia original ‘How to Kill a Client’, de Easy Tiger Productions.

‘Ginny & Georgia’

La empresa también dio sus primeros pasos en el mercado en español, asociándose con la española Plano a Plano para la serie ‘Innato’, cuyos derechos exclusivos para España fueron adquiridos por Netflix, mientras que Dynamic gestiona la distribución en el resto del mundo.

Tras esta experiencia, March reconoce que Dynamic quiere ahora hacer más en los mercados de España y Latinoamérica, aunque no es fácil.

En Brasil, por ejemplo, han intentado abrirse camino sin éxito hasta ahora. “Desarrollamos una serie fantástica pero no hemos logrado financiarla, en parte porque hay menos compradores en Brasil. No siempre tenemos éxito en todos los territorios. Al final, depende de la calidad del socio y de que el proyecto pueda viajar globalmente”, explica.

Mientras tanto, el dinero sigue siendo limitado en todos los mercados, lo que obliga a los independientes como Dynamic a apoyarse en créditos fiscales y otros incentivos.

“Hay muchísima presión sobre los presupuestos cuando produces fuera del ecosistema de alto valor de los streamers. Tenemos socios que quieren un producto concreto a un precio concreto y nuestro trabajo es entregarlo. Los incentivos y el soft money nunca han sido tan importantes para cerrar presupuestos en un momento en que el valor del contenido está cayendo”, dice March.

Consultado acerca de ese declive, March ofrece dos razones. La primera es que, lógicamente, las audiencias lineales se han reducido y con ellas los ingresos publicitarios.

‘Drops of God’

La segunda es lo que describe como la “comoditización” del contenido: series cuyo valor se mide casi exclusivamente por el número de suscriptores que atraen y retienen, en contraste con el modelo de ventanas.

“Los estudios y streamers han tomado el contenido que antes monetizaban mediante transacciones (venta de entradas, ventanas, publicidad) y lo han puesto todo detrás de muros de pago. Así hemos pasado de un modelo transaccional a uno de comoditización”, sostiene.

Así, ese cambio macroeconómico ha convertido al contenido en una commodity, desafío con el que deben lidiar tanto majors como independientes como Dynamic.

“Hace 10 o 15 años, si ABC producía una serie, tenía los derechos en Estados Unidos, el estudio tenía los derechos mundiales y podía explorar ventanas nacionales y en broadcasters de todo el mundo. Se buscaba crear activos de alto valor para monetizar lo máximo posible y construir grandes librerías”, explica.

Hoy, según March, la inversión hace que el producto se quede 15 años “detrás de un servicio de streaming, sin generar valor adicional”. Esto es: no se crea “valor específico para la explotación” de ese contenido, porque solo sirve “para vender suscripciones”.

March cree que este desafío para hacer series rentables explica el renovado interés en el cine, donde hay más vías de monetización tras el paso por salas. “Con el valor del contenido en declive y los costos siempre al alza, los incentivos son clave en casi todos, si no en todos, los proyectos que producimos”, añade.

En televisión, Dynamic ha peleado por retener derechos en un momento en que eso se hace cada vez más difícil, especialmente para los independientes. La empresa nació como distribuidora, así que la propiedad intelectual está en su ADN. Salvo ‘Ginny & Georgia’ y ‘Drops of God’, ha distribuido todas las series que produce o coproduce. Esa estrategia le ha permitido construir valor a largo plazo.

‘Revival’

Aun así, March reconoce que hay un equilibrio. Prefieren producir y distribuir sus propias series, pero también trabajan con streamers globales que suelen financiar íntegramente y quedarse con la IP.

“Nos gustaría producir más para streamers. ¿A quién no? Los números pueden ser atractivos y los presupuestos mayores, pero lo compensamos con el modelo independiente, donde retenemos la IP y construimos valor patrimonial”, apunta.

En este difícil contexto, los productores internacionales han tenido que desarrollar proyectos que respondan a lo que quieren los compradores. En el caso de Dynamic, eso ha significado priorizar propuestas con atractivo comercial evidente y dejar en segundo plano géneros más ambiciosos o costosos como la ciencia ficción de gran presupuesto.

“Hemos experimentado mucho, pero hace un par de años nos dimos cuenta de que, con el mercado más ajustado, debíamos apostar por series comerciales que puedan viajar. Todos los compradores, ya sean streamers o broadcasters, necesitan atraer audiencia, y es más fácil hacerlo con géneros amplios como thrillers, suspenso, misterio o incluso comedia romántica”, dice March.

“Al volver a esos géneros comerciales, conseguimos más greenlights, pues logran alcanzar una audiencia más amplia y, en un mercado complicado, eso es una buena estrategia”, agrega.

Entre sus próximos proyectos están la segunda temporada de ‘Drops of God’ y el drama policial ‘Allie & Andi’ (Acorn TV), protagonizado por Brooke Shields. March adelanta que tienen varios títulos que seguramente se confirmen para principios de 2026.

Gracias a su amplia red global de creadores, coproductores y compradores, Dynamic ha afinado su proceso de desarrollo para maximizar sus posibilidades de éxito. Todo depende de la fortaleza de la idea, señala March, pero la compañía ha adquirido un gran conocimiento sobre dónde aprovechar incentivos internacionales que permitan armar un plan financiero viable.

“Nos gusta desarrollar con socios específicos en mente. Muchas veces los broadcasters nos expresan una necesidad concreta, y al desarrollar para esa necesidad sabemos qué presupuesto buscamos y dónde podría ubicarse la historia, ya sea en Norteamérica, Europa o Australia”, concluye.

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