Perú crece como destino de rodajes internacionales de la mano de locaciones que van desde valles andinos hasta la Amazonía y la costa del Pacífico. Y desde Film In Peru impulsan también su “diversidad” de escenarios menos conocidos.

En un mercado global cada vez más competitivo por atraer rodajes, Perú emerge como un destino en alza, tal como reflejan las cifras de Film In Peru.
Es que solo en los últimos meses, el país ha recibido rodajes de gran impacto internacional como ‘Paddington en Perú’ (Reino Unido), ‘A Machu Picchu Proposal’ (Estados Unidos) o el reality ‘Amazing Race’ (Israel).
Y detrás de este buen momento aparece una política enfocada en dar a conocer las locaciones icónicas del país, junto con escenarios menos conocidos y diversos.
“A nivel de imagen, buscamos que Perú sea asociado con diversidad, autenticidad e inspiración. Nuestro eslogan, ‘Locaciones inesperadas donde todas las historias son posibles’, refleja precisamente esa riqueza”, subraya María del Sol Velásquez, directora de Promoción de Turismo de PromPerú.
La diversidad es efectivamente el sello distintivo. El país ofrece un mosaico único que va desde la selva amazónica, hasta desiertos y playas en el Pacífico, montañas nevadas, cañones profundos y ríos y lagos. A ello se suman la historia milenaria, la riqueza cultural y una gastronomía reconocida mundialmente.
“Todo ello hace del país un lugar donde confluyen culturas, colores y sabores, y donde cada historia puede encontrar el escenario perfecto para cobrar vida”, destaca Velásquez.
En lo que va de 2025, de hecho, 71 proyectos ya han recibido asistencia especializada de Film In Peru, con Estados Unidos, Alemania y Países Bajos entre los países más activos.
Cada proyecto que llega al país, explica Velásquez, tiene un doble efecto: impulsa la industria audiovisual y al mismo tiempo refuerza la promoción turística del país.
“Impulsamos la promoción internacional de Perú como destino turístico de locaciones fílmicas, llevando nuestra estrategia a festivales y mercados internacionales. También, desarrollamos una mayor articulación entre las instituciones públicas y privadas y los productores a fin de facilitar una experiencia positiva de filmación”, explica Velásquez, que adelanta planes en cuanto a la creación también de incentivos fiscales.
“Como parte de nuestras áreas de mejora, continuamos articulando con entidades clave responsables de la creación de incentivos fiscales para atraer grandes producciones”, destaca.

Y en esa estrategia, Film In Peru actúa como un aliado esencial para los productores internacionales. El organismo facilita la gestión de permisos de rodaje, visas, ingreso temporal de equipos mediante carné ATA o visado de periodista, y conecta con servicios logísticos locales.
También articula con instituciones privadas para presentar proyectos fílmicos de interés para los servicios conexos adicionales en un proyecto audiovisual. El valor añadido está en la cercanía y en acompañar a cada producción en sus necesidades concretas.
Perú ofrece además una industria local cada vez más desarrollada, como lo demuestran los propios números del cine nacional: en 2024, el país alcanzó un récord con 95 largometrajes estrenados, frente a 81 en 2023 y 75 en 2022.
Entre los estrenos recientes en salas peruanas figuran ‘No te mueras por mí’ (abril), ‘Kayara’ —coproducción con España distribuida por Tunche Films—, ‘Mistura’, y ‘Ramón y Ramón’, coproducción con España y Uruguay.
A ellos se sumó ‘Zafari’, en agosto, y en el Festival de Cine de Lima también se presentaron varias producciones nacionales e internacionales, y aún se esperan al menos tres estrenos más en lo que resta del año.
Pero en un momento en que la inteligencia artificial permite recrear escenarios virtuales, la pregunta sobre su impacto en los rodajes es inevitable. Para Film In Peru, la respuesta está en el equilibrio.
“Vemos a la IA como una herramienta complementaria: puede ayudar en la previsualización de escenas, en la recreación de espacios imposibles de filmar o en la reducción de costos de producción (…) Para un destino como Perú, con toda la diversidad natural y patrimonial que poseemos, la IA representa una oportunidad: cuanto más avance lo digital, más se valorará lo auténtico. Y ahí está nuestro mayor diferencial”, afirma Velásquez.
“El contacto con la cultura, la luz natural, los paisajes irrepetibles y la interacción con comunidades locales generan una riqueza que ninguna tecnología puede replicar por completo”.



















