Latinoamérica necesita nuevos mitos, no más realismo, argumenta Julio Rojas

Pina Mezzera 30-05-2025 ©cveintiuno

Ante un escenario próximo donde la tecnología escribirá grandes historias, la respuesta del chileno Julio Rojas, uno de los guionistas más respetados de América Latina, está en no soltar el timón y abrazar los mitos locales para contar historias nuevas.

Julio Rojas

Como el héroe que ante el batallón se arma y corre decidido hacia él, Julio Rojas entiende que la industria audiovisual atraviesa un momento histórico donde “un gran tsunami tecnológico” se aproxima y, lejos de huir hacia tierras algún día seguras, él elige ponerse el chaleco salvavidas para “no ahogarse en la ola sino surfearla”. E incluso disfrutarla. “Las audiencias lo van a agradecer”, asegura.

Para el creador de ‘Caso 63’, la audioserie de ficción convertida en fenómeno global con decenas de millones de reproducciones en Spotify y adaptaciones a varios idiomas, los tejidos de ese chaleco se componen de investigación profunda, curiosidad de niño y la decisión de no tenerle miedo a lo desconocido. Si estas herramientas tecnológicas nos van a acompañar en nuestro trabajo, prefiere erradicar la sensación de convivir con el peligro.

“La mayor amenaza actual es la posibilidad de que una inteligencia no humana, artificial, genere contenido por ti debido a la apatía del creador para dirigir el proceso creativo”, afirma. “Alguien tiene que tomar las riendas de este automóvil, porque es un automóvil autónomo y aunque sueltes el manubrio va a conducir igual. Va a hacer una historia igual. Es ingenuo pensar que no lo va a poder hacer. Por eso, en vez de soltarlo, es mejor ser tú responsable completo de las directrices para que esa tecnología genere algo humano detrás y no el vacío de un algoritmo”.

‘Isla oculta’

Un universo donde la tecnología desafía las leyes humanas no es para nada ajeno a Rojas, cuya especialidad son las historias de anticipación, como él las llama. “Ciencia ficción es un término que asusta a mucha gente. Anticipación significa tomar elementos de lo contemporáneo y ponerlos como drama humano, como comedia romántica, como terror… pero siempre basado en lo que viene”.

Y son justamente esos terrenos inexplorados donde considera que existe una gran oportunidad para que América Latina se haga un mayor hueco en el mapa global.

“Latinoamérica es una región que está ávida de mitos, y la trampa es autofagocitarse en el mismo contenido, explotando nuestro realismo una y otra vez. Tenemos grandes posibilidades de crear géneros como terror, como anticipación, como fantasía. Cruzar el límite hacia el género es una buena inyección de oxígeno para que la industria salga y explote”, dice, con ‘Caso 63’ como su mejor respaldo.

Pero, además, argumenta que la propia realidad estará pronto inundada de elementos que hasta ahora nos parecían futuristas. Y eso podrá dar lugar a una nueva generación de historias.

‘I want to Billyeve’

“Desde el próximo año, alguien puede llegar a una fiesta con unos anteojos que le dirán cuál es tu nombre, quién eres, qué has hecho. Y eso puede generar un thriller, por ejemplo. O tu madre puede hacerse un tratamiento genético de longevidad y parecer de 40 años. Eso genera el conflicto de una comedia romántica o dramática. O alguien puede llevar a su casa un robot para servirle, y el robot descubre un evento de violencia intrafamiliar. Fíjate que en ningún caso es la tecnología en sí misma, sino cómo la tecnología empieza a impactar en el ecosistema humano”.

Así, entre los proyectos que Rojas tiene entre manos aparece ‘Isla oculta’, serie chilena de misterio con elementos sobrenaturales coproducida por Río Estudios y Filmo Estudios y distribuida por MGE; ‘I Want to Billyeve’, documental producido por la mexicana Máquina Vega que narra la búsqueda de la icónica foto del ovni que el agente Fox Mulder de ‘The X-Files’ lucía sobre su escritorio; o la escritura de libros sobre disrupción tecnológica, cuyas historias buscará luego convertir en guiones, series o películas.

Es que, ante commissioners cada vez más necesitados de garantías, el guionista defiende la validez de este último método de trabajo. “El ejecutivo de la plataforma puede ver en esa audioficción o novela una buena idea y comprender el potencial de la IP. Estamos en un territorio donde las IPs de soporte son vitales para la construcción de una marca”.

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