La “democracia económica” del short-form y la construcción de comunidad ante la fragmentación, tendencias detectadas en el BAM

Panel “Estrategias de Alianza Internacional: AVOD, FAST y el Futuro del Streaming Gratuito” realizado durante el Bogotá Audiovisual Market 2025

BAM: Uno de los principales impactos de las microseries o contenidos short-form que han llegado con fuerza a la industria audiovisual es la instalación de una “democracia económica”, donde la capacidad de un productor de escuchar al público puede darle resultados “exponenciales”, dijo Miguel Wiernes, CEO de We Latam

“El short-form trae una especie de democracia económica. Hay que confiar en las historias: si escuchás a la audiencia y generás comunidad, se vuelve exponencial. Y en torno a ella se pueden sumar un montón de negocios, desde editoriales hasta eventos en vivo”, comentó el ejecutivo de la productora especializada en contenidos para redes sociales, que también acaba de lanzar la plataforma de dramas verticales Vyco.

Estas palabras, expresadas el último día del Bogotá Audiovisual Market (BAM), refieren a un cambio de hábitos que debe darse en varias líneas del negocio para adaptarse a los tiempos que corren, lo que el experimentado especialista en negocios digitales, Eddy Arias, denominó “un movimiento sísmico” en la industria.

“Una de las batallas más grandes que tenemos en este momento es aceptar que las audiencias están fragmentadas y aprovecharlo de alguna manera. La clave hoy es la necesidad de crear una comunidad que se pueda monetizar”, dijo Arias, quien fuera responsable de lanzar y operar innovadoras plataformas como Pluto TV, Crackle o Claro Video.

A diferencia del cine y la televisión, donde la conversación era más uniforme, la fragmentación digital hace que un influencer de YouTube o TikTok pueda tener 20 millones de seguidores y que alguien de fuera de su comunidad ni siquiera sepa quién es. De esta forma, la comunidad pasa a ser el ancla dentro de este mapa mediático atomizado.

Así las cosas, la experiencia short-form sugiere que el formato de los contenidos, como número de episodios o temporadas deseadas, deja de tener la importancia que tenía en la industria lineal.

Por el contrario, el formato se definirá en interacción permanente con la comunidad. Por eso, la generación de contenidos verticales pone el foco en posicionarse como “dinámico y emocional” para conectar con el público desde el “minuto uno”, afirma Wiernes.

“Ya no tenemos que preguntarnos si buscamos 30 o 60 capítulos. En este tipo de formato tenemos que pensar primero en hacer una buena historia, porque luego la propia audiencia va retroalimentando el contenido. Es lo bueno de este tipo de formato”, agregó.

Sebastián Torterola 21-07-2025 ©cveintiuno

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