Loren Baxter de Off The Fence invita a la industria de la televisión a unirse y encontrar maneras de salir del ciclo vicioso actual, que supone una plaga en la producción y distribución de contenidos factual.
Aquellos que me conocen saben que acabo de volver de un maravilloso (y agotador) permiso de maternidad después de mi primer hijo. Habiendo trabajado en esta industria, y en distribución específicamente, desde que salí de la universidad hace más de 15 años, fue extraño dejar los negocios por un tiempo.
Una de las cosas que más me impactó en este tiempo fue descubrir el nivel de conexión que sentía con la gente que conocí por mi trabajo. Mis compañeros por supuesto, pero, por encima, verdaderos amigos que me enseñaron su cariño fuera del espacio de trabajo. Lo que más eché de menos en mi ausencia fueron las personas.
Y es ese sentido de reciprocidad y conexión lo que me gustaría que nuestra comunidad valorase por encima y por delante de todo lo demás.
Mirando a nuestro mundo con unos ojos diferentes, es fácil comprender las quejas, los temores y, en este momento, los tangibles colapsos. He hablado con cientos de productores en el mercado non-scripted y sé que hay una sensación real de desmotivación debido a los desarrollos interminables, los agotadores pitchings, el aislamiento y el rechazo. Y, sin embargo, todavía hay unos pocos afortunados que siguen anunciando encargos.
Nuestro negocio siempre ha prosperado y prosperará por las relaciones que construimos, y esas relaciones son infinitas. Entonces, ¿por qué sentimos como si la industria se estuviese volviendo más pequeña?
Me senté en una reunión la semana pasada a escuchar lo que podía ser un contenido factual increíble. Tenía una buena historia y un estilo editorial muy imaginativo. Y, sin embargo, no se me ocurría ni una sola pantalla donde colocarlo. ¿Por qué? Es que la mayoría de la televisión está dentro de un círculo de repetición de ideas que parecen nuevas, pero que en su mayor parte siguen siendo lo mismo. En distribución, eso da cierta fiabilidad, claro.
Pero esos shows considerados fiables caen en un espacio medio muy abarrotado donde necesitan cuatro o cinco socios para dar luz verde al proyecto y lograr un retorno por debajo del promedio, con un precio usualmente alto para el distribuidor.
Por otro lado, el contenido ha evolucionado y ha salido de su cascarón gracias al boom del contenido. Pero, lo que antes era un mercado muy simple, ahora es un ecosistema dinámico y cambiante con tantas opciones para el espectador que no es de extrañar que los canales tengan miedo de hacer un movimiento equivocado: no hay margen de error.
Los productores necesitan tener LA historia, EL acceso y otros muchos requisitos para llegar lejos. Y eso tiene un alto precio.
Convertirse en padres exige un rápido crecimiento, y me pregunto si nuestra industria podría madurar hacia un sistema más sostenible que distribuya oportunidades más justas. La responsabilidad no recae únicamente en los compradores, o en los distribuidores. Los productores deben hacerse cargo de sus mercados locales, seguir las tendencias y comprender realmente para qué segmento están desarrollando sus productos y quién más está en el mercado internacional que podría querer sumarse a la fiesta.
Distribuidores como Off The Fence pueden ayudar y dar consejo al respecto, pero entender cuál es tu mercado local y, más aún, conocer realmente a esos compradores, es vital. La confianza es clave en cualquier relación, y es quizás esto lo que se necesita volver a recuperar.
Los productores necesitan un poco más de orientación por parte de los canales no sólo para guiarlos en la dirección correcta, sino también para tratar de darles plazos claros en torno a la toma de decisiones.
En cambio, cada vez más productores cuentan que han visto retrasar sus rodajes o perder permisos para filmar por que el canal interesado ha tenido que cancelar dos reuniones de su junta directiva.
Y si Estados Unidos no empieza a invertir pronto, la producción de contenidos, por decirlo de manera clara, no prosperará.
El acceso y el talento son caros y los programas simplemente no están alcanzando su máximo potencial sin la financiación que ofrece Estados Unidos. Sin duda, estamos viendo un aumento en la financiación alternativa a través de marcas e incentivos fiscales de los gobiernos, pero no hay suficiente para todos y, a menudo, los productores necesitan aproximarse a un canal para que esas nuevas opciones sean viables.
La familia de la televisión es disfuncional, como la mayoría, pero la incertidumbre es la nueva norma, mantener la cama y la resiliencia al cambio requiere una comunidad sólida que mire por el otro, que se comunique, que sea compasiva y honesta, tal y como somos en la vida real. Tenemos la responsabilidad de garantizar que nuestra querida comunidad de la televisión no solo sobreviva, sino que prospere.
Quizá la industria entera esté de permiso maternal y uno solo puede esperar que después de un gran número de noches sin dormir, cierta movilización y algunas conversaciones de adultos, tendremos un brillante futuro que hará que todo valga la pena.
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