
El algoritmo de YouTube y su impacto en el descubrimiento de nuevos contenidos infantiles es un tema que el sector kids critica de forma recurrente, pero los expertos que participaron el viernes en Cartoon Business, en Bruselas, defendieron que “no es el enemigo”.
En un panel titulado ‘The Great YouTube Debate’, Alfonso De Ascanio, director de operaciones del estudio español de animación Amuse Studios, señaló que, contrariamente a la idea de que los creadores y productores son “esclavos” del algoritmo, en realidad es la audiencia quien manda.
“El algoritmo es complejo; no se frustren intentando entenderlo, porque es casi imposible. Pero no es el enemigo. Somos esclavos de la audiencia, no del algoritmo en sí. Hay que entender a la audiencia y lo que quiere, y si logras eso y creas una IP y un concepto que les guste, el algoritmo actuará simplemente como viento a favor. Si es al revés, tendrás viento en contra. No es una máquina perfecta, pero en la mayoría de los casos funciona así”, dijo el ejecutivo.
Jiella Esmat, CEO de 8 Lions Entertainment, desarrolladora británica de IPs, coincidió con De Ascanio y subrayó: “La audiencia es lo primero, y el algoritmo viene después. Si la audiencia mira el contenido o lo comparte, eso es lo que va a impulsar el algoritmo. No es que el algoritmo impulse y luego llegue la audiencia”.
“Lo que pasa hoy respecto al mundo de ayer es que eres esclavo de tu audiencia. Ellos te guían. Tienes una narrativa directa con ellos. Tienes que servirles, mientras que antes servíamos a los commissioners y a los ejecutivos de adquisiciones, intentando que nuestro pitch les resultara atractivo a personas de nuestra edad, en lugar de directamente a los niños de cuatro, cinco, seis o siete años”, agregó.
“No creo que el algoritmo sea el problema; creo que es nuestra mentalidad como industria, que necesita acostumbrarse al riesgo y a la incomodidad”, sentenció Esmat.
Una de las grandes preocupaciones del sector respecto a YouTube es cómo financiar contenido para la plataforma si el público lo recibe gratis y la plataforma no lo paga. Pero la ejecutiva aseguró que esta percepción de gratuidad es un error común, comparándolo con la televisión tradicional, donde “el consumidor ve un anuncio y, a cambio de ver el anuncio, accede al contenido”.
“Es esencialmente el modelo de la TV gratuita, pero en base a demanda”, señaló.
Respecto a la idea de que YouTube “no paga”, Esmat argumentó: “YouTube sí paga. No son las cifras a las que quizá estábamos acostumbrados con los grandes acuerdos globales llenos de restricciones, que básicamente te ponen las manos esposadas sobre lo que puedes hacer con tu contenido. Pero paga, y paga de muchas maneras”.
La CEO de 8 Lions destacó que, además de la vía financiera, la plataforma ofrece data. “La data tienen un enorme valor. Vas a Parrot Analytics, compras datos muy caros y a nadie le molesta porque entendemos su valor. Los datos que obtienes de YouTube son específicos de tu audiencia y de tu contenido, así que son casi más valiosos para lo que puedes hacer internamente”.
“Además, te da acceso a una audiencia global sin un gatekeeper. Puedes tener una narrativa directa con tu usuario final. Puedes hacerles preguntas, invitarlos a dar feedback. Ofrece muchas cosas que nunca habíamos tenido en esta industria, y verlo como una plataforma que va más allá del retorno financiero es un enfoque sensato”, añadió.
En la sesión también participó Charles Courcier, fundador de la distribuidora digital parisina Soupir, que ayuda a las compañías a distribuir sus marcas en YouTube.
Courcier instó a los productores a pensar en YouTube como un laboratorio, no como un financiador.
“YouTube no es la plataforma en la que pensar en términos de financiación. Es realmente para descubrimiento y para afinar el contenido que quieres hacer. Lo veo más como un laboratorio donde el creador prueba algo, quizá itera y encuentra lo que funciona. Y a partir de ahí puedes empezar a pensar cómo vas a financiarlo”, sostuvo.
“La gente viene y me dice: ‘¿Cómo hago un original en YouTube?’ Mi respuesta es: no hagas un original en YouTube. Deja que el creador lo haga y luego ayuda al creador a potenciar ese contenido. Ese es hoy el valor añadido del productor: llevar ese contenido al siguiente nivel”.



















