Cómo Canal 13 de Chile está logrando hacer rentables sus microdramas verticales

Gonzalo Larrea 24-10-2025 ©cveintiuno

Cristian Hernández, director digital de Canal 13 de Chile, explica la estrategia detrás de las miniseries verticales y detalla cómo el canal está logrando que esta nueva unidad ya sea rentable.

‘Mi boda es una trampa’

El pasado 2 de octubre Canal 13 de Chile se convirtió en el primer broadcaster de América Latina en producir y estrenar un microdrama vertical, el nuevo formato que ha tomado a la industria por sorpresa y que se ha consolidado como la gran novedad del 2025.

Y según Cristian Hernández, director digital de Canal 13 de Chile, la nueva unidad ya está siendo rentable para la compañía, que tras haber estrenado su primer título ‘Mi boda es una trampa’ se prepara para estrenar su segunda microserie el 28 de octubre.

Con un elenco de figuras reconocidas nacionalmente como Matías Assler, Catalina Silva, Piamaría Silva y Diego Gougain, ‘Mi boda es una trampa’ cuenta la historia de Magdalena, una mujer que a punto de casarse ve tambalear su vida perfecta con el regreso de su gran amor, Rodrigo.

Cristian Hernández

Fiel a lo que marca el género, se trata de un melodrama clásico, lleno de giros y fuertes emociones, con episodios cortos pero intensos que invitan a consumirlos uno detrás de otro.

De hecho, según datos de la compañía, en apenas 12 horas la serie logró 2 millones de reproducciones y, desde su estreno hace tres semanas, ya acumula más de 9 millones de visualizaciones entre Instagram, 13Go, TikTok, Youtube Shorts y Facebook, plataformas en las que está disponible de manera gratuita.

“La recepción ha sido realmente muy potente y nos tiene muy entusiasmados con lo que va a ser el próximo estreno”, resume sobre las cifras Hernández.

Pero de acuerdo al ejecutivo, el resultado está lejos de ser casual y se debe en gran medida a un profundo trabajo previo de investigación en el que el canal dedicó cientos de horas a “decodificar” el fenómeno surgido en China para poder adaptarlo localmente.

‘Mi boda es una trampa’ cumple además según Hernández con los tres pilares que se fijaron antes de lanzarse a producir: calidad, masividad e innovación.

“Decidimos lanzarnos a los dramas verticales, pero bajo tres pilares fundacionales. El primero es que sea masivo, porque queremos empujar el género. El segundo, es hacerlo con un alto estándar de calidad, que es lo que la gente espera de nosotros. Y el tercero fue innovar con el modelo de monetización”, detalla el ejecutivo.

Efectivamente, el modelo de monetización de los microdramas verticales surgido en China está ligado a modalidades de pago, con algunos episodios disponibles de manera gratuita y la necesidad de pagar para ver el resto a través de “tokens” que los usuarios pueden adquirir en las plataformas.

‘El obrero que me enamoró’ será la segunda microserie de Canal 13

En el caso de Canal 13, sin embargo, entendieron que este modelo no era viable para Chile o América Latina, por dos razones: la ausencia de un volumen suficiente de títulos en el mercado y el comportamiento de los usuarios en la región.

Por eso, el canal optó por una solución “pionera” según Hernández, que pasa por ofrecer las series gratis en todas las plataformas y monetizar a través de la integración de marcas en el contenido.

“En China, las plataformas de microdamas tienen cerca de 37.000 historias. Entonces, el modelo de pago les funciona. En América Latina todavía no hay un inventario similar”, explica.

“Por eso lo que nos propusimos fue tocarle la puerta a las marcas, que están dispuestas a estar presentes en estos formatos, que son muy masivos”, agrega Hernández, que se muestra convencido de que este tipo de consumo “vino para quedarse”.

Con episodios tan cortos, sin embargo, el desafío tanto para los productores como para las marcas era insertar el mensaje de manera orgánica, sin recurrir a interrupciones publicitarias.

“Pero al ser los pioneros y al ser ideas originales, es más sencillo adaptar los guiones, de una manera u otra, para que resulten atractivos tanto para la audiencia como para las marcas, integrándolas en la historia”, destaca.

De hecho, según adelanta, la segunda miniserie del 13 (‘El obrero que me enamoró’) ya cuenta con numerosos acuerdos de integración de marca cerrados, incluyendo uno con Mercado Libre.

“Las marcas están ávidas de este contenido. Y hoy tenemos más marcas interesadas en participar que historias que grabar, por lo que ya estamos trabajando rápidamente en nuevos guiones”, asegura.

Tanto es así que, aunque la monetización en las plataformas sociales es “mínima” según revela Hernández, a través de la integración de marcas la unidad ya está siendo rentable para la compañía.

“Esta unidad no solo va a ser rentable para el 13, sino que ya lo está siendo. Y nos pone muy felices haberlo hecho innovando en el modelo, por que en América Latina siempre tenemos que buscar soluciones creativas. Desde el fin del mundo estamos mostrándole a la industria que había otro camino de monetización y ese camino era trabajar con las marcas”.

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