Fiebre por los microdramas: ¿plata o FOMO?

Gonzalo Larrea 27-11-2025 ©cveintiuno

El miedo a perderse el próximo gran negocio impulsa a productoras, plataformas y marcas a lanzarse de cabeza a las series verticales. Pero, ¿estamos ante un fenómeno duradero o ante la próxima gran burbuja?

‘Mi boda es una trampa’ es la primera serie vertical de Canal 13 de Chile

Un reconocido productor televisivo latinoamericano admitía hace poco en una charla informal que, en medio de las noticias negativas que rodean al sector, lo único que le hacía ilusión últimamente era el proyecto de series verticales que su compañía está impulsando.

Y aunque la frase pueda causar sorpresa o incluso estupefacción, hay que reconocer que no es ninguna locura.

Por un lado, los números la respaldan. Según Omdia, solo en 2025 el sector de los microdramas generará ingresos globales por US$ 11.000 millones, más del doble que los canales FAST.

Nadav Palti

Y las proyecciones son aún más optimistas. En China, donde se concentra hoy el 83% de los ingresos, los microdramas generarán este año más dinero que toda la taquilla cinematográfica combinada. Según Media Partners Asia, las cifras se duplicarán además de aquí a 2030, hasta alcanzar los US$ 16.200 millones. Fuera de China, el fenómeno se multiplicará casi por siete, con US$ 9.500 millones proyectados para ese mismo año.

A nivel creativo y de formato también hay fundamentos. Tal como señaló recientemente Erick Opeka, presidente y chief strategy officer de la productora estadounidense Cineverse, el mundo de los contenidos no veía la creación de un formato tan revolucionario desde hacía por lo menos 25 años.

“Lo veo como el primer nuevo gran formato en el mercado desde los realities. Y te guste o no, los realities cambiaron las reglas del juego para siempre”, dijo Opeka a C21. “Crearon una multitud de compañías y un ecosistema completo que hoy mueve decenas de miles de millones de dólares al año entre producción, desarrollo, distribución y su propio star system. Exactamente eso es lo que va a pasar con el espacio del microdrama”, pronosticó.

La profecía de Opeka ya se percibe en la práctica, con cientos de lanzamientos de nuevos contenidos, productoras y plataformas apostando por este segmento. Y América Latina no solo no es ajena, sino que figura entre las regiones protagonistas.

Ben Odell

Solo en el último año, ReelShort comenzó a producir contenido original en la región, ViX estrenó la primera tanda de los 40 títulos que anunció, Telemundo lanzó sus primeras series y gigantes como Caracol y Globo también se sumaron al segmento. A esto se suma el reciente acuerdo entre Holywater -la compañía de microdramas adquirida por Fox Entertainment- y Elefantec Global para producir series verticales en Latinoamérica.

Pero, con tantos jugadores lanzándose a esta nueva fiebre del oro, cabe preguntarse si estamos ante una oportunidad generacional, un agudo caso de FOMO (fear of missing out) o una nueva gran burbuja.

Como escribió recientemente el productor Ben Odell en su Substack Open Gardens, casi toda gran innovación tecnológica sigue un ciclo predecible: primero un avance que genera entusiasmo y atención, luego una escalada en la que el dinero fluye y el futuro parece inevitable, y finalmente una corrección que ajusta el fenómeno hasta encontrar su tamaño real. El propio Odell se preguntaba en qué punto de esa curva se encuentran los microdramas.

Odell es el CEO de la productora 3Pas Studios. Y aunque él mismo admite sus dudas sobre el fenómeno, su compañía ya está produciendo desde México sus primeras series verticales.

Más cauto se muestra Nadav Palti, CEO de Dori Media Group, un gigante de la producción en Israel con una larga trayectoria en telenovelas latinoamericanas.

“Es imposible negar lo que está sucediendo con los microdramas verticales, pero no tengo claro si son una moda pasajera o algo que permanecerá. Desde Dori preferimos tomarnos más tiempo para evaluar si entrar o no en este espacio”, admite en diálogo con Cveintiuno.

Según Palti, para que Dori se sume al sector primero debería producirse una mejora en la calidad de estos contenidos, conocidos por su bajo costo de producción y por tramas y actuaciones exageradas: como las describe el CEO de Dubhub, Fredrik af Malmborg, son “telenovelas en esteroides”.

“Hay mucha competencia en este momento, con más de 150 compañías lanzándose a este espacio y todas convencidas de que van a ganar la batalla. Pero para ganarla es necesario aumentar la calidad. Cuando eso ocurra, será el momento en que nosotros entremos”, explica Palti.

‘La doble vida de mi esposo multimillonario’ se estrenó en ReelShort

El ejecutivo israelí pone como ejemplo el caso de los canales FAST, que hace algunos años se presentaban como una mina de oro. “Sonaban bien, todo el mundo hablaba de ellos, pero no veíamos dónde estaba el dinero. Al final no lo hicimos, y fuimos afortunados de no haber invertido en ellos”, afirma.

Pilar Blasco

En el otro lado del espectro se encuentra Pilar Blasco. Como CEO de Banijay Iberia, Blasco es una de las mujeres más poderosas de la industria de la televisión en España. Y como millones de personas en todo el mundo, ella también está enganchada al fenómeno de los dramas verticales.

“Me encantan y estoy mirando muchos. Me gusta la manera de consumirlos, que sean tan cortitos y la verticalidad. Son un consumo maravilloso para el autobús, el metro o cuando tienes un ratito entre reuniones”, confiesa.

Tanto es así que adelanta que Banijay Iberia ya impulsa la producción de este tipo de contenidos, con planes de tener algún estreno pronto antes de fin de año. Pero la razón no es solo personal, sino estratégica.

“No me gusta hacer pronósticos, pero no creo que esto sea una burbuja, porque el consumo de contenidos a través del móvil es cada vez mayor. Hoy el teléfono es tu vida. Lo usamos para todo: pagar el banco, chequear la salud. Entonces, ¿por qué no usarlo también para el ocio?”, resume Blasco, que admite no obstante dudas sobre la forma de monetizar estos contenidos.

En China, las plataformas de microdramas ofrecen algunos episodios de manera gratuita y para ver el resto es necesario adquirir “tokens” o monedas virtuales que los usuarios pueden canjear por episodios o series completas. Desde Estados Unidos, ReelShort aplica la misma lógica.

Javier Pons

En cambio, desde Canal 13 de Chile -el broadcaster pionero en América Latina en producir series verticales- entendieron que ese modelo no era viable para la región, principalmente por dos razones: la falta de volumen suficiente de títulos y el comportamiento del público local.

Por eso, el canal optó por una estrategia que definen como “innovadora”: ofrecer las series gratis en todas las plataformas y monetizar a través de la integración de marcas en el contenido.

Hasta ahora, Canal 13 estrenó dos títulos, ‘Mi boda es una trampa’ y ‘El obrero que me enamoró’. Y según Cristian Hernández, director digital del canal, la unidad ya resulta rentable.

Al igual que Blasco, Hernández cree que el consumo de series verticales “vino para quedarse”. Lo mismo opina Javier Pons, chief content officer y head de Telemundo Studios: “Queremos consolidar los microdramas verticales como una nueva forma de narrar en español: ágil, emocional y adaptada al consumo móvil. Vemos este formato como un espacio creativo para reinterpretar títulos conocidos, lanzar historias originales y explorar nuevos géneros”.

Para Patricio Hernández, CEO de Megamedia, los microdramas son además un reflejo de los tiempos actuales. Y por eso la compañía chilena se lanzará también a producir en este espacio. “Este fenómeno responde a lo vertiginosa que es hoy la vida. Todo es corto, todo es breve, todo es telegráfico, con descargas de dopamina instantánea. Y si eso es una tendencia y un hábito, ahí vamos a estar”.

Erik Barmack

La monetización es también la gran duda del CEO de Wild Sheep, Erik Barmack, quien advierte sin embargo que pensar únicamente en cómo hacer dinero en este espacio es un error de enfoque.

“Creo que va a ser mucho más difícil ganar dinero con esto de lo que la gente imagina. Hay un ejemplo que está funcionando, que es ReelShort, pero no es necesariamente replicable a escala”, opina.

“Da la sensación de que mucha gente se lanza a este espacio no por interés creativo, sino como lemmings desesperados por encontrar la próxima fuente de ingresos. En mi caso, sin duda me interesa experimentar, pero no creo que esa decisión deba estar impulsada por la esperanza de descubrir una nueva vía de negocio”, sostiene Barmack. “Debería surgir de preguntarse: ¿cómo está evolucionando realmente la forma de contar historias?”.

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