Streamers globales como Netflix, Amazon, Disney+ o HBO Max buscarán frenar en el Senado brasileño el proyecto de regulación del streaming (PL 8.889/2017) aprobado en Diputados y en tratamiento en el Senado, que en su forma actual les generaría una doble tributación en el país.

Es que el recorrido legislativo brasileño determina que el texto aprobado en Diputados deba someterse a otro proyecto de ley paralelo, el PL 2.331/2022, que ya ha sido aprobado en el Senado y deberá considerarse como base en caso de que efectivamente se apruebe una ley de regulación del streaming en Brasil.
Justamente, el proyecto ya existente en el Senado presenta dos ventajas para los streamers globales.
Primero, fija el cobro de 3% sobre los ingresos brutos de las plataformas del impuesto Condecine (Contribución para el Desarrollo de la Industria Cinematográfica Nacional), mientras que el proyecto que acaba de ser aprobado en Diputados fija un 4%.
Segundo, mientras que el PL 8.889/2017 aprobado en Diputados agrega al Condecine otro impuesto adicional que se cobraría a los streamers al momento de enviar sus dividendos a sus filiales en el exterior (denominado Condecine-Remessa), el PL 2.331/2022 del Senado exime a las plataformas extranjeras del pago de dicho impuesto adicional.
De esta manera, es de sumo interés para los streamers globales que el proyecto del Senado prevalezca, al menos en estos artículos que implicarían, por un lado, el aumento de sus contribuciones al Estado brasileño y, por otro, una mayor recaudación destinada a financiar a la producción local.
¿Y cómo pueden lograr que se ignore lo que acaba de ser aprobado en Diputados? Esto sería posible por la forma en que se estima que actuará el Senado. Como cualquier modificación del PL 8.889/2017, implicaría su regreso a Diputados y una eterna dilación del proceso, lo más probable es que el senador Eduardo Gomes, relator del proyecto original y probable designado para encabezar el tema, opte por realizar una especie de “composición de artículos” entre ambos proyectos de ley.
Esto implicaría una revisión artículo por artículo de ambos textos, eligiendo cuáles prevalecen en cada caso y abriendo una ventana a que permanezcan los artículos que determinan menores impuestos para los streamers globales, lo cual también implicaría una menor captación de recursos para la producción nacional.
Otros artículos que se también pondrán en juego en dicho proceso están relacionados con el volumen de impuestos a ser pagados por las plataformas de contenidos generados por los usuarios, como YouTube o TikTok: 3% según el proyecto del Senado, 0,8% según el de Diputados. Una diferencia nada despreciable.
En estos y otros temas, como la obligatoriedad de las plataformas de incluir mínimos de contenido nacional o el porcentaje de tax rebate que estas pueden lograr mediante inversión en producción local o infraestructura, las diferencias pueden ser significativas según el artículo que prevalezca al final.
Las negociaciones ya están en curso en la Cámara de Senadores de Brasil y el reloj marca la cuenta regresiva. El receso parlamentario comienza el 17 de diciembre y, si no dan los tiempos para lograr una votación en 2025, la regulación del streaming en Brasil quedaría para 2026, un año electoral que complicaría aún más las cosas.
Es un momento histórico en Brasil y los próximos días serán clave: la industria lleva más de una década discutiendo esta regulación y permitiéndose no recaudar millones de dólares provenientes de las grandes corporaciones internacionales. Pero nunca un proyecto de ley había estado tan cerca de aprobarse como ahora.
Tags:
Brasil Streaming



















