En un momento de transición para la industria audiovisual, Screen Capital ajusta su estrategia y amplía su abanico de herramientas financieras, explican sus cofundadoras Tatiana Emden y Joyce Zylberberg.

El año que viene llegará a las pantallas de TVN en Chile y de streaming en América Latina la serie chilena ‘El peligro de quererte’, una producción de Parox que se ambienta en los orígenes del narcotráfico en los años 50.
Y el proyecto es un buen ejemplo de la apertura hacia nuevos modelos del fondo de inversión latinoamericano Screen Capital, que participó en la serie adelantando los fondos del Consejo Nacional de Televisión de Chile (CNTV).
“Lo que hemos aprendido es que cada proyecto es único e irrepetible y no hay fórmulas cerradas. Hoy somos capaces de otorgar financiamiento en distintos formatos”, explica Joyce Zylberberg, cofundadora de Screen Capital.
Screen Capital nació en 2020 con un fondo de US$ 20 millones destinado a invertir en equity en proyectos audiovisuales.
Las aún por estrenar ‘&Sons’ (Pablo Trapero), ‘The Letter’ (Rodrigo H. Vila) o la serie ‘AMIA’ son algunos de los proyectos más recientes en los que han invertido “a riesgo”.

Y tras haber participado en siete películas y dos series, y ejecutado un tercio de su fondo, sus cofundadoras se han dado cuenta de que también pueden ser útiles satisfaciendo otras necesidades de financiamiento de la industria.
“Hay mucha incertidumbre, pero más necesidad de financiamiento de contenido que nunca”, resume Zylberberg.
“Partimos con el corazón muy abierto y nacimos con la intención de abrirnos al riesgo. Pero, así como ha evolucionado la incertidumbre de la industria en los últimos años, hemos puesto a disposición otros instrumentos financieros que hoy en día nos encajan más”, agrega Tatiana Emden, cofundadora de Screen Capital.
Emden se refiere a fórmulas financieras como loans, senior loans o adelantos de cash flow respaldados en contratos. Se aplican a proyectos que ya están vendidos o financiados con fondos públicos y cuyas productoras tienen “una necesidad de cash flow gigante” para ponerlos en marcha.
“Son proyectos donde nosotros sabemos que no vale la pena invertir en equity, porque o están vendidos o están financiados en su mayoría con soft money, por lo que no van a tener un upside gigante. Pero sí que hay una necesidad y una posibilidad de poder facilitar esa producción con un adelanto”, detalla Zylberberg.
“Seguimos creyendo firmemente que estamos en el camino correcto, pero estamos un poco menos románticos en ese sentido, porque vemos que la industria tiene una necesidad profunda”, agrega Emden.

Otra fórmula que Screen Capital está explorando es la de invertir junto a los distribuidores en MGs (mínimos garantizados). “Vemos ahí una oportunidad enorme de invertir junto al distribuidor y tomar esa posición en conjunto o de manera única. Estamos hablando ya con posibles socios distribuidores para eso”, revela Emden.
El pivot estratégico de Screen Capital responde justamente a la dificultad de acceso al crédito de la industria audiovisual en Latinoamérica y a la falta de instrumentos como completion bonds o sociedades de garantía recíprocas, tan frecuentes en otras regiones.
“Es una industria que, a diferencia de otras, tiene una asimetría enorme en sus mecanismos de financiamiento. La banca no presta activamente, no existen intermediarios financieros y el sector resulta bastante incomprendido, con muy pocas herramientas para los productores”, opina Zylberberg.
En América Latina, el problema es aún más pronunciado, coinciden ambas.
“La industria anglosajona tiene un sistema donde los bancos prestan porque hay completion bonds y todo un sistema de resguardo de la inversión, que en nuestra industria no se conoce, no se juega. Entonces, hay mucho menos flexibilidad”, agrega Zylberberg.
“En América Latina estamos súper atrasados. En otros países esto ya se resolvió hace años. Lo bueno es que no tenemos que inventar nada, ya hay un camino claro de cómo hacerlo”, dice Zylberberg.
Según Zylberberg, los productores de Iberoamérica tienen sin embargo más habilidades que sus pares de otros territorios para levantar soft money y son más eficientes en el armado de presupuestos y el ahorro de costos.
“Hay una hélice de estos tres puntos que hemos ido identificando y sistematizando, y que puede dar lugar a un modelo mucho más eficiente”, destaca. “Ese camino ya existe: solo hay que atreverse, y ojalá aparezcan más agentes financieros para la industria”, agrega.
Es que, lejos de ver a otros fondos como competidores, desde Screen Capital animan a más agentes de capital privado a ingresar al audiovisual, un camino que según sus dos fundadoras “es el futuro del financiamiento” en la región.
“Es un modelo que queremos consolidar y que cada día es más necesario. Ya no son solo los productores, sino también distribuidores, agentes, agencias o incluso las propias plataformas las que se están abriendo al modelo del capital privado”, dice Emden.
“Sin duda van a aparecer más agentes y eso es positivo. Siempre decimos que un financista no compite con otro: cuantos más haya, mejor para todos. Más manos, más gente participando, más financiamiento, más producciones”, agrega.
No obstante, Joyce Zylberberg también reconoce el “momento bisagra” que atraviesa la industria, marcado por la consolidación del modelo del streaming y la expectativa sobre la revolución que pueda traer la inteligencia artificial (IA).
“Es un momento complicado porque no hay muchas ventanas de exhibición ni mucho riesgo. Todo está muy estandarizado y el modelo tradicional en el que hemos jugado durante tantos años está agotado y limitado”, opina la ejecutiva.
“Hace 10 años, en un plan comercial uno veía 10 ventanas distintas, ahora, como mucho, hay dos”, resume.

Esa rigidez, añade, debería llevar a las plataformas a repensar sus estrategias y volver al modelo de ventaneo: adquirir más contenidos, pero con menos derechos.
“En la medida que se vuelva más al sistema de explotación de ventaneo para nosotros es más fácil: es menos rígido, hay más oportunidades y más ventanas. Se diversifican los huevos en la canasta y se evita depender de una única venta global, que termina ahogando a los proyectos”.
Esa apertura, combinada con los cambios tecnológicos, podría aliviar la tensión del mercado, agrega.
“Estamos en un punto de inflexión. La cadena de costos va a reinventarse con la IA y debiesen empezar a abaratarse un montón de procesos, desde el doblaje hasta la postproducción. Pero todavía no se aplica masivamente: sigue siendo caro producir no porque la tecnología no exista, sino porque los equipos y las productoras aún tienen que dar el salto. Es una bisagra que se viene anunciando hace años, pero hoy ya hay elementos concretos que obligan a reacomodar toda la cadena”, señala Zylberberg.
Siguiendo esa tendencia, Screen Capital ya ha puesto en marcha un segundo fondo, Screen Two, también con US$ 20 millones y orientado a compañías de entretenimiento con foco en negocios tecnológicos con potencial de escalar rápido.
Su primera inversión fue en Mórbido TV, un ecosistema digital especializado en terror que ya opera en México y que ahora planea expandirse a Estados Unidos.
Pero el fondo no se restringe al audiovisual puro, sino que abarca el entretenimiento en un sentido amplio: desde deportes hasta gastronomía, siempre con un componente audiovisual de base. Funciona bajo la lógica del venture capital: invertir en compañías que ya están operativas, con ingresos y potencial de multiplicar su valor, para luego salir en un plazo de diez años. “No son ideas, son negocios que ya funcionan y que pueden crecer rápido”, resume Emden.
Entre las tendencias en observación destacan los dramas verticales y las aplicaciones de inteligencia artificial a la producción. “Claramente es un formato hacia el que tendremos que estar atentos; es el futuro del entretenimiento y tenemos que estar ahí”.



















