Cómo la tormenta perfecta en Hollywood está impulsando un nuevo mindset en los indies

Pina Mezzera 05-06-2025 ©cveintiuno

La inédita crisis que ataca a Hollywood está dejando al sector independiente en un hilo, pero también impulsando a muchas productoras y estudios a cambiar su estrategia y su mentalidad.

Los incendios de enero fueron los más destructivos de la historia de LA (Foto: Cal Fire Official vía CC)

Era para guionistas osados aventurar que, a una seguidilla ininterrumpida de pandemia, huelgas de escritores y actores, contracción post Peak TV e incendios forestales se sumaría un presidente imprevisible imponiendo aranceles desorbitados a medio mundo, incluyendo un 100% a producciones audiovisuales hechas fuera de Estados Unidos. Aunque aún nadie sepa bien qué significa eso ni en qué acabará.

Hollywood se encuentra hoy en el punto más lejano desde su edad de oro como meca mundial del cine y la televisión, con una caída brutal de la ocupación media de sus estudios (63% en 2024 frente al más del 90% de entre 2016 y 2022) y de los puestos de trabajo (25% menos que antes de la pandemia), según datos de la oficina de rodajes de Los Ángeles, FilmLA.

Rob Lowe

Los factores detrás son múltiples, pero tienen una consecuencia común: se ha vuelto desproporcionadamente caro rodar en la City of Dreams. Mientras, otros estados como Georgia y países como Canadá, España o Reino Unido ofrecen ventajas cada vez más competitivas.

“Es más barato llevar a 100 estadounidenses a Irlanda que cruzar el lot de Fox, pasar por los estudios y grabar ahí”, dijo el actor y presentador Rob Lowe en su podcast ‘Literally! With Rob Lowe’ en referencia al game show ‘The Floor’ que Fox filmó en un hub en Irlanda.

Lo mismo podrían decir los productores de ‘Raid the Cage’ de CBS, grabado en México, o los de series como ‘House of the Dragon’ de HBO, cuyo equipo viajó por territorios como Reino Unido, España o Portugal.

“No hay incentivos fiscales, mientras que en otros lugares están ofreciendo el 40%”, continuó Lowe. “Y eso sin hablar del tema sindical. Es solo una cuestión de impuestos y de economía. Es criminal lo que California y Los Ángeles han permitido que ocurra. Deberían despedir a todos”.

Su clip se viralizó y trajo mucha cola en Los Ángeles. Y a fines de abril se enviaron a Sacramento más de 100.000 cartas pidiendo aprobar los dos proyectos de ley complementarios que buscan modernizar el Film & Television Tax Credit Program de California, aumentando a US$ 750 millones anuales los incentivos a la producción, desde los actuales US$ 350 millones.

Sony grabó ‘Raid the Cage’ para CBS en Ciudad de México

Mientras todo esto sigue su complicado curso, el sector independiente intenta recomponerse del fuerte sacudón. Y aquellos con suficiente suerte para no estar conduciendo un Uber o atendiendo en Trader Joe’s están protagonizando una ola de rebelión y creatividad, implementando en sus empresas cambios para afrontar un futuro de reglas muy distintas.

¿Cuáles son esos movimientos? ¿Pueden ser replicables a otras compañías y territorios con desafíos no tan distintos? El primer gran aprendizaje es que, ahora más que nunca, los huevos no pueden ir a la misma cesta.

Nando Vila

“Ha sido un proceso muy traumático para toda la industria”, resume Nando Vila, head de estudio de Exile Content Studio, basado en Los Ángeles. “Y quedó claro que no puedes depender solo de vender proyectos de televisión. Como productora tienes que diversificarte. El mercado cambia muy rápido y si no te adaptas constantemente, te mueres”.

Esa diversificación no solo abarca tipos de contenido y géneros, sino también territorios, una necesidad que el impredecible impacto de las medidas proteccionistas de la administración Trump solo ha acentuado.

“Para productores que tienen una mirada internacional, hay ciertas oportunidades”, dice el ejecutivo de Exile, cuyos principales mercados de producción son Latinoamérica y España. “Y el modelo de coproducción internacional va a ir creciendo cada vez más. Son proyectos más eficientes a nivel financiero y que creativamente te pueden abrir unas avenidas que no tienes en un modelo de original”.

Sin embargo, quizás la diversificación más importante y necesaria esté un paso antes. Es que la crisis de Hollywood coincide con los retos del negocio televisivo global, que en el último año por fin ha reconocido que no le conviene mirar hacia la creator economy con desdén. Más bien al contrario, debe acercarse cuanto antes a ella.

El productor Benjamin Odell, cofundador junto a la estrella mexicana Eugenio Derbez de la productora con sede en Los Ángeles 3Pas Studios, defiende que hay que buscar el “espacio en blanco” que existe en la intersección entre el sector de la producción premium, en descenso, y el de los creadores digitales, en crecimiento imparable.

El 2023 fue protagonizado por las huelgas de guionistas y actores

Como argumentó Odell en una reciente columna para Cveintiuno, los productores tradicionales no están condenados, pero sí tienen que evolucionar.

“Para buscar ese white space donde se pueden hacer cosas premium y a la vez estar en YouTube o la plataforma social donde esté la audiencia, hay que estar dispuesto a cambiar. Y no estamos hablando de girar 90 grados, sino de girar 180. De ir en otra dirección, con otros modelos y con otra gente”, dice el también autor de Open Gardens, un Substack donde explora estos temas.

Ben Odell

Algo que demuestran las compañías que están trabajando con éxito en este espacio es que gran parte de ese giro empieza por adoptar un mindset de creadores. En este universo, sellos como la calidad y el buen hacer son necesarios, pero no suficientes.

Como empresa, es clave saber cuál es tu voz, qué te hace única y recordable, cuál es tu audiencia. Y a partir de ahí, construir esa comunidad alrededor de tus contenidos.

Pero a la mayoría de los productores tradicionales de Hollywood (y del resto del mundo) pensar en que para sobrevivir tienen que meterse en YouTube y no en la oficina de un commissioner les genera pánico. O, cuando menos, el agobio de no saber por dónde empezar.

Sin embargo, justamente ahí puede radicar otra clave para este giro: tener mentalidad de principiante, desempolvar la curiosidad y osadía de cuando empezaste en esta industria. E incluso hay quienes ofrecen ideas concretas para lanzarse.

Sam Barcroft, emprendedor de medios y fundador de la consultora Creatorville, generó recientemente un animado debate en LinkedIn con un post donde declaraba la muerte del negocio televisivo como lo conocemos.

“El commissioning de TV está muerto. Los broadcasters ya no llenan parrillas: están construyendo plataformas. Eso significa que no quieren pitches. Están comprando cosas que ya funcionan. Éxitos. Shows con cifras detrás. Necesitan éxitos probados”, comenzaba su texto.

Y luego proponía una solución: “¿La jugada inteligente hoy? Lanzarlo tú. Usa las redes para testear, aprender y crecer. Muestra que hay una audiencia. Haz un piloto de tu show en TikTok. Pruébalo en YouTube. Y recién ahí, véndelo a los streamers. Olvídate de los encargos. Empieza a construir franquicias escalables”.

Odell coincide: “Hoy en día hacemos 10 episodios de una serie, con millones de dólares invertidos. Y recién después invertimos tiempo para buscarle un público, que no sabemos si existe, y ver si le gusta. Y entonces quizás hacemos cambios en la segunda temporada”.

Es evidente lo lejos que ese paradigma está de una lógica digital donde los ciclos de feedback son de apenas horas y los creadores interactúan con sus seguidores en tiempo real sobre qué contenido les gustaría ver.

Todo el rodaje principal de ‘House of the Dragon’ se realizó fuera de Estados Unidos

Ahora bien, ¿quién financia esas pruebas? Los que apoyan esta senda insisten en olvidarse de las inversiones enormes: se trata de producir con un poco de dinero, lanzar, fracasar, aprender y volver a experimentar. Y confiar en que todo lo que te ha hecho ser bueno en el legacy media te servirá también aquí.

Y aunque los commissioners de plataformas encuentran “mucho interés y curiosidad” en estas conversaciones, los productores explican que, por la forma en que las corporaciones están estructuradas y manejan sus presupuestos, no pueden adaptarse tan rápidamente.

“Las mismas plataformas deberían empezar a jugar más con pruebas”, propone Odell. “Como en los viejos tiempos hacían las cadenas con los pilotos, que los producían y los emitían con publicidad para testear si al público le gustaba o no. Hay que modernizar los modelos de producción para adaptarlos más al prueba y error”.

Es que, cuando la prueba sí funcione, te encontrarás aplicando otra máxima de los creadores digitales: te vendrán a buscar a ti. Y el ejecutivo de TV no será quien ponga las reglas. Ni los precios.

“El problema fundamental de la industria del cine y televisión no está en la demanda. Es un problema de oferta y de modelo de negocio”, asegura Vila de Exile. “¿Que hoy es más complicado o es más competitivo? Pues sí, pero hay series y pelis que les encantan a la gente joven. La demanda está ahí”.

Hace tiempo, Ben Odell escuchó algo que se quedó consigo para siempre: “Si miras lo mejor que has hecho en la vida, lo que más felicidad te dio, seguro tuviste que superar obstáculos muy grandes. Entonces, ¿por qué evitas los obstáculos?”.

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