Combinando storytelling clásico con viralidad, el microdrama se está expandiendo en América Latina tanto en consumo como en producción. Qué hay detrás del fenómeno y por qué hay quienes aseguran que el formato vertical es el futuro de las series.
Cuando hace algunos años, y aún trabajando como asistenta de dirección en Bogotá, la colombiana Maritza Castro comenzó a aficionarse a los microdramas verticales, múltiples preguntas técnicas asaltaban su mente: ¿por qué ese tipo de planos? ¿Por qué esa iluminación? ¿Por qué tantos cliffhangers?
Difícilmente Castro se podía imaginar que, apenas unos años después, no solo tendría esas respuestas, sino que sería la encargada de explicarlas.
Es que, como project manager en la compañía estadounidense especializada en storytelling digital Crazy Maple Studio, Castro lidera desde 2024 la expansión de la app de microdramas ReelShort hacia la producción original en Latinoamérica.
Fundada en 2022 en California, ReelShort es una app propiedad de Crazy Maple Studio, compañía de capitales chinos elegida el año pasado como una de las 100 empresas más influyentes del mundo según la revista Times y que cuenta con la app de ficción escrita MyFiction y la de historias interactivas Chapters.
Y cuando en 2022, y replicando el fenómeno ya surgido en China, Crazy Maple Studio produjo su primer microdrama vertical, la ausencia de aplicaciones especializadas en el género en Occidente la llevó a lanzar su propia iniciativa.
Desde entonces, ReelShort no ha parado de crecer, produciendo y lanzando cientos de microseries originales, liderando no solo la expansión del formato en Estados Unidos sino creando también por el camino las bases de una nueva industria. Aunque hoy abundan propuestas como FlickReels, DramaBox, BingeFlick, Kuaishou o Douyin, muchos ya bautizan a ReelShort como “el Netflix de los contenidos verticales”.
Según sus propios datos, ReelShort cuenta ya con más de 45 millones de usuarios mensuales y algunos de sus títulos en Estados Unidos, como ‘Breaking the Ice’ o ‘Money, Guns and Merry Christmas’, han superado la barrera de las 200 millones de visualizaciones.
Y ahora, el fenómeno se está expandiendo en América Latina.
Efectivamente, y tras comprobar la popularidad de sus títulos entre la audiencia de la región, desde el año pasado ReelShort viene impulsando un plan de producciones originales en Latinoamérica: ya ha producido unas 17 microseries verticales entre Colombia y México y está por estrenar sus primeros títulos en Brasil.
“La idea es en el segundo semestre del año también comenzar a producir en Argentina”, revela Castro, que adelanta conversaciones también en marcha en Perú y planes de eventualmente llegar a España.
El método de esta expansión ha estado hasta ahora dominado por la adaptación local de IPs de Crazy Maple Studio como ‘La heredera contrataca’ o ‘La virgen y el multimillonario’ en un modelo de originals. In-To Films, liderada por la colombiana basada en México Ivonne Niño, es una de las productoras pioneras en ese sentido.
Junto a su filial colombiana Dos que Tres, In-To Films ha producido hasta ahora los microdramas ‘La doble vida de mi esposo multimillonario’, ‘Nos amaremos una y otra vez’, ‘Destinada a mi alfa prohibido’ y ‘Destinada al alfa’, y ya prepara al menos cuatro más.
“Los microdramas son como si Netflix y TikTok tuvieran un hijo: tienen todo lo mejor de la viralidad, todo lo mejor del melodrama de la televisión clásica y todo lo mejor del teatro, porque las actuaciones tienen que llevarse hacia la teatralidad”, explica Niño de In-To Films.
Esta teatralidad tiene una razón de ser, añade, y es que, con unos 80 episodios de uno a dos minutos de duración y un tiempo total de emisión de alrededor de una hora, no hay tiempo para plantear el background de los personajes: los malos son muy malos y los buenos son muy buenos.
El hecho de que ReelShort esté adaptando sus propias IPs también tiene una explicación: a base de ensayo y error, la app ha llegado a un método que asegura que funciona, con puntos de giro muy estudiados, cliffhangers estratégicamente colocados y una técnica de producción ensayada al detalle que tiene en cuenta hasta el brillo automático de las pantallas de los teléfonos, el principal medio de consumo para este tipo de historias.
“Empecé a saber que todo tenía un porqué”, recuerda Castro sobre aquellas dudas que la asaltaban como espectadora y que hoy debe evacuarles a las productoras locales con las que trabaja.
“Ha sido muy interesante sentarnos y tener reuniones con todas las cabezas de equipo y decir: ‘Vamos a hacerlo así, bajo estos parámetros, porque es como mejor funciona’. Es todo un reaprendizaje de lo que es una novela normal de capítulos de 45 minutos en los que no pasa nada. En los nuestros pasa de todo en un minuto”.
Hasta ahora, el proceso viene demostrando funcionar en América Latina, donde la microserie ‘La doble vida de mi esposo multimillonario’ obtuvo desde su estreno en diciembre 240 millones de reproducciones y contando.
“Eso es una brutalidad. Plataformas como Netflix, Disney o Amazon se pelean por cuatro millones”, destaca Ivonne Niño sobre la serie, que viene además de ser nominada en los Premios India Catalina, que destacan lo mejor del audiovisual colombiano.
Con una larga trayectoria en compañías como BTF, Estudios Teleméxico o Sony, Niño ha producido decenas de series tradicionales en la región. Hoy, de hecho, está involucrada en la serie que Disney+ prepara sobre Frida Kahlo.
“A mí me gusta decir que los microdramas son microseries, micromanagement y micropresupuesto”, resume sobre el seguimiento pormenorizado que recibe por parte de ReelShort y los valores de producción de las series, que suelen moverse entre los US$ 100.000 y US$ 130.000. “Con lo que cuesta producir un episodio de 30 minutos para Disney, puedes hacer cinco microdramas de más de una hora”, agrega.
Con títulos muy volcados al melodrama más clásico de “la damisela en apuros y el hombre caballeroso”, la audiencia de ReelShort es mayoritariamente femenina (70%, según sus propios datos). Y, aunque sus contenidos relacionados a hombres lobos o vampiros son más consumidos entre los jóvenes, sus novelas son especialmente populares en mujeres de entre 30 a 65 años.
Las peculiaridades del género también aplican a su forma de visionado, con una combinación de SVOD, pay-per-view, micropagos y gamification. Normalmente, los primeros seis episodios de sus títulos están disponibles en abierto y de manera gratuita. Los usuarios pueden luego suscribirse o adquirir monedas virtuales con las que pagar los siguientes capítulos. Un episodio puede costar 20 monedas, y 500 monedas (que permiten ver unas tres series completas) pueden costar US$ 4,99.
Pero, además, los usuarios pueden obtener monedas viendo publicidad, invitando a usuarios, vinculando sus redes sociales o jugando videojuegos promocionados dentro de la app. Según Martiza Castro, hasta el 70% de sus usuarios eligen alguno de los diferentes métodos de pago.
Y si In-To Films fue una de las productoras pioneras del género en Colombia, The Eleven Hub lo está siendo en Argentina, con la producción de su primera serie en formato vertical: ‘Bon vivant’, que tendrá 20 episodios de entre uno y tres minutos y será dirigida por el ex Polka Jorge Bechara (‘Bia’, ‘Farsantes’).
Lanzada en alianza con la propia Ivonne Niño, The Eleven Hub es liderada por la ex Disney y actual directora de SDO Entertainment, Loli Miraglia, quien no duda sobre el potencial del formato vertical.
“Es una fórmula que hace que caigas, que quieras saber qué está pasando y que quieras continuar viendo. Yo siento que este formato vertical en un corto plazo va a ser requerido por las plataformas”, señala, destacando que la propia Netflix ya tiene por ejemplo juegos en formato vertical.
Maritza Castro tampoco lo descarta, aunque explica que los targets de ReelShort y plataformas como Netflix son muy diferentes.
“A mí tampoco me parecería raro, pero ¿cuál es el objetivo y el target de Netflix? Porque el nuestro es gente que mira contenidos en su celular. Y en ese sentido le llegamos a muchas más personas. Seamos honestos: ya no todo el mundo tiene un televisor en su casa. Y no porque no puedan, sino porque no quieren o no tienen tiempo de sentarse a verla”, argumenta la ejecutiva. “Nuestro contenido lo puede ver cualquier persona esperando su vuelo, en el tren, en el taxi o hasta en la ducha”.
A la espera de lo que pueda hacer Netflix, otros grandes de la industria como TelevisaUnivision o Caracol ya han tomado nota del fenómeno. La primera trabaja en sus primeras microseries, según reconoció en Content Americas la VP de programación de ViX, Arelys Carballo. Y la segunda ya ha firmado un acuerdo de coproducción con la propia ReelShort para producir títulos desde Colombia.
“Todo es una evolución. Claro que el cine o la tele no van a dejar de existir. Pero también hay que ver la realidad de las cosas. La gente ya no tiene tiempo o no quiere dedicar horas a sentarse a ver una serie. O, si las ven, lo hacen con su celular en la mano”, dice Castro. “El celular se volvió más importante que la tele”, remata.
