
La industria independiente del streaming en Argentina se encuentra en conversaciones avanzadas para la creación de una “cámara del streaming”, una entidad que trabaje para consolidar el nuevo y creciente sector de canales de streaming en vivo.
Es que, en los últimos años, Argentina viene viendo crecer un fenómeno peculiar y masivo, con diversos canales de streaming con programación en vivo, transmitidos principalmente en YouTube, ganando popularidad como alternativa a la oferta televisiva local.
Entre los canales con mayor audiencia se encuentran Blender, Luzu TV, Olga, Bondi, Gelatina, Carajo, Vorterix y Neura. Su programación varía, pero se caracteriza por contenido fresco, informal y ágil, enfocado en la conversación entre sus conductores, generalmente influencers y figuras mediáticas, y en la interacción con la audiencia.

“El objetivo de crear una cámara es construir las reglas del juego y desarrollar esta industria para que sea sustentable y perdurable en el tiempo”, dijo en conversación con Cveintiuno Diego Abatecola, director general de Blender y uno de los impulsores de la iniciativa.
Según aseguró, el plan está “bastante encaminado”.
Emilio Laszlo, coordinador de contenidos y programación del canal Gelatina, agregó que se trata de un rubro que “recién está empezando” y es necesario que sus protagonistas establezcan una vía de diálogo.
“Aunque tenemos tensiones y disputas, es una competencia distinta a la de los medios tradicionales. Tenemos que aprovechar eso e intentar no caer en las mismas desventajas que ha tenido la televisión argentina a lo largo de los años”, dijo Laszlo.
Uno de los principales debates en torno del tema es la medición de audiencias en estos canales, que transmiten en distintas redes sociales como YouTube, TikTok, Twitch o Instagram, que a su vez generan métricas dispares: audiencia en vivo, número de reproducciones, impresiones, interacciones o likes.
De hecho, el crecimiento del fenómeno ha llevado a la startup En Directo Stream a desarrollar un sistema de ratings específico para estos canales bautizado índice de métricas de streaming (IMS). El IMS incluso cuenta con el visto bueno institucional de la Universidad de Buenos Aires, que avala estas mediciones como “datos certificados”.
“Todavía necesitamos revisar la metodología y encontrar el punto común para generar métricas más sinceras”, comentó Abatecola, y ejemplificó: “Si me centro en las visualizaciones totales de un medio, claramente va a haber una disparidad en la metodología. No se puede comparar un medio que tiene cinco horas de programación en vivo contra otro que tiene 14, que naturalmente se va a posicionar más arriba, solo por la cantidad de horas”.
Otro punto sensible es que, al ser canales alojados en plataformas de terceros como YouTube, los propietarios de los canales solo acceden a los datos que estas ponen a disposición entre 48 y 72 horas luego de las emisiones.
“¿Cuál sería el lugar ideal?”, agregó el ejecutivo de Blender. “Todos deberían abrir su YouTube Studio y decir ‘estos son mis números’. Pero no todos los canales van a estar dispuestos a hacerlo. Hay que encontrar un actor externo que, sin acceso a la plataforma, pueda establecer un modelo de medición razonable”.



















