No esperes a que otro decida qué producirte: esa idea impulsó a 3Pas Studios y la familia Derbez a lanzar Studio DRBZ, un estudio digital-first donde la luz verde ya no viene de un ejecutivo, sino de 180 millones de seguidores.

Cuando Eugenio Derbez comenzó su carrera, decidió que quería valerse por sí mismo y se cambió de nombre a Eugenio Salas. Es que en un México donde solo existía un canal de televisión, el tráfico se paraba cada vez que Silvia Derbez salía a la calle. Su madre era la reina de las telenovelas.
“Pero cuando llegaba a los castings me decían: ¡Eugenio Salas, el hijo de doña Silvia Derbez!”, recuerda el hoy consolidado comediante, actor y productor, que aprendió entonces a convivir con un apellido que “a veces fue un lastre” y no un abridor de puertas.
La historia de cierto modo se repitió años después cuando sus hijos mayores emprendieron sus carreras artísticas. Aunque entendieron que el paso de cambiarse el apellido se lo podían saltear, Aislinn Derbez, Vadhir Derbez y José Eduardo Derbez tuvieron que lidiar con las etiquetas derivadas de ser los hijos de Eugenio, y lo hicieron de una manera bastante drástica.
“Ninguno se apoyó en mi papá. Nunca. Nadie le preguntó cómo hago para ser actor o con quién me junto. Cada uno se buscó su camino”, asegura Vadhir. Y su padre salta: “¡Si me entero de lo que hacen por las revistas! Los regaño porque no me dicen absolutamente nada, como si me quisieran sorprender”.
Pero en la historia hubo un plot twist llamado ‘De viaje con los Derbez’ y hoy, por primera vez, la familia se está lanzando a un gran proyecto empresarial conjunto, incluido un cierto guiño al asunto del apellido: Studio DRBZ.
Lanzado en unión con 3Pas Studios, la productora de Eugenio y Ben Odell, Studio DRBZ es un estudio digital-first dirigido a audiencias de Latinoamérica y el mercado hispano de Estados Unidos.
Supone la primera vez que Eugenio, su mujer Alessandra Rosaldo, Aislinn, Vadhir y José Eduardo trabajan bajo un mismo sello, cada uno liderando proyectos en cine, televisión, formatos digitales, espectáculos en vivo, podcasts e iniciativas de comercio que reflejan su propio estilo y conexión con su público.

Pero detrás de lo que podría ser un emprendimiento familiar como tantos, radica un análisis profundo del momento que vivimos como industria. Ben Odell lleva desde inicios de año explorando en el Substack Open Gardens la convergencia entre la industria tradicional y la creator economy. Y Studio DRBZ, del que también es CEO, parece una primera materialización de todas sus conclusiones.
“El consumo de medios migra a lo digital, y Studio DRBZ está en una posición única para tender un puente entre la narrativa de Hollywood y la inmediatez, autenticidad y poder comunitario de las plataformas sociales”, resume Odell.
“Todas las plataformas han producido demasiado”, agrega Eugenio. “Están saturadas, nos dicen que no están produciendo nada hasta el 2027. ¿Y entonces te quedas como desempleado? Ahí entra el concepto de Studio DRBZ: no tenemos que esperar a que nadie nos produzca”.
El diagnóstico podrían compartirlo la mayoría de los productores, pero no la solución. Es que la mayoría de los productores no cuenta con una comunidad de más de 180 millones de seguidores y una oferta tan polifacética de intereses y talentos. Eugenio Derbez (90 millones) es uno de los nombres más rentables del entretenimiento en español; Aislinn Derbez (30 millones) es actriz, empresaria e influencer en estilo y bienestar; Vadhir Derbez (25 millones) es actor, cantante y creador de estilo de vida; José Eduardo Derbez (20 millones) es comediante y narrador digital con gran alcance en audiencias jóvenes; y Alessandra Rosaldo (15 millones) es cantante, actriz y conductora con un fuerte vínculo con comunidades de maternidad y vida cotidiana. Y aquí no contamos los 482.000 seguidores de Aitana, la pequeña hija de Eugenio y Alejandra, ni los 145.000 que tuvo mientras vivió Fiona Derbez, la bulldog inglés de la familia.
“Nos dimos cuenta de que ahora el valor es como creadores”, afirma el protagonista de ‘How to Be a Latin Lover’. “Queremos ser nuestros productores, desarrollar nuestro producto y luego ir a venderlo afuera. Y no al revés. Ahora, el creador es el que manda”.
Su trayectoria le da la razón. Según él mismo relata, los mayores parteaguas de su carrera fueron cuando decidió “dejar de pedir trabajo y empezar a ofrecerlo”: primero con su hit en Televisa ‘Al derecho y al Derbez’ que supuso su salto a la fama en México, y más tarde en su paso a Hollywood, cuando después de 10 años intentándolo decidió hacer “lo que mejor sabía hacer”, y en 2013 sacó adelante la comedia en español ‘No se aceptan devoluciones’. Con más de US$ 100 millones en ingresos globales, todavía ostenta el título de la película en español más taquillera en la historia de Estados Unidos.
“Lo valioso es que cada uno viene de un camino distinto, con intereses y pasiones muy diferentes. Eso se refleja en nuestras comunidades: el público que me sigue a mí es el opuesto del que sigue a José Eduardo, por ejemplo. Al juntar esas audiencias se genera algo muy poderoso”, sostiene Aislinn.

Y en esa diversidad, coinciden, está la riqueza de Studio DRBZ, que combinará el expertise de cada uno en sus respectivos terrenos con la infraestructura de producción de 3Pas Studios, responsable de proyectos protagonizados por Eugenio, como ‘Radical’ o ‘Y llegaron de noche’, pero también sin él, como ‘Es por su bien’, ‘La noche del diablito’ o ‘Cuando sea joven’.
“Al igual que a nuestro papá, a nosotros también nos ha pasado que nos frustran los papeles que muchas veces nos ofrecen. Queremos hacer algo distinto, a otro nivel”, explica Aislinn. “Estamos haciendo esto para, por fin, explotar todo el potencial que sabemos que está ahí”.
El timing para lanzarse a la aventura es también el correcto, reconoce Eugenio.
“Como padre, uno desea que a todos los hijos les vaya bien, pero sabe que es muy difícil que ocurra. Yo me siento bendecido y sorprendido porque cada uno ha logrado construir su propia carrera individual. Nunca me imaginé que los tres llegarían a tener sus propios estelares”.
Es que basta entrar a Disney+ y ver los estrenos mexicanos de 2025: Aislinn protagoniza la serie de comedia ‘Entre paredes’, Vadhir la película ‘Cuando cupido no está’, y José Eduardo ‘Mesa de regalos’, que llegó al streamer después de consagrarse como la película más taquillera del año en México y la segunda de esta década.
“De hecho, si no les estuviera yendo tan bien individualmente, no lo hubiéramos hecho. Porque entonces pareciera que yo los estoy rescatando de algo”, agrega el padre de familia.
Y nada de esto se entiende sin ‘De viaje con los Derbez’, el reality familiar de Prime Video (Latinoamérica) y ViX (Estados Unidos) y el verdadero punto de inflexión de esta historia.
“Lo comenzamos como un experimento, y yo creía que nos iban a hacer pedazos en redes. Que a la gente incluso le iba a doler vernos hacer viajes: ¿y a mí qué me importan?, ¿por qué tengo que verlos? Pero fue al revés. Resulta que había mucho interés por ver cómo somos realmente”, dice Eugenio.
Después de una primera temporada que los “rompió como familia” y que requirió de terapia para reconstruirse marcando reglas y límites, continuaron la aventura. Y convirtieron una familia disfuncional en un retrato de “honestidad y unión familiar”.
Seis años después, ‘De viaje con los Derbez’ es una de las franquicias de reality en español más exitosas de todos los tiempos, con cinco temporadas estrenadas y una sexta ya grabada.
“Es un proyecto que nos ha marcado. Después de varias temporadas, entendimos que nos habíamos tardado en dar ese paso. Podíamos crear, producir y experimentar con todo tipo de ideas, tanto individualmente como en conjunto. Tenemos mucho más que traer a la mesa que simplemente actuar en los proyectos de otros”, concluye Eugenio. “Hemos aprendido a sacarle jugo a ser una familia. Juntos podemos ser mucho más fuertes que por separado”.



















