Las redes sociales de hoy no están integradas solo por adolescentes con videos grabados desde sus teléfonos móviles. Cómo el contenido digital-first puede ofrecer una valiosa fuente de nuevos formatos de TV.
Las productoras y estudios de contenido están constantemente rebuscando en todo el mundo nuevas ideas para formatos de entretenimiento. Desde un segmento de un show de variedades en Japón, al reboot de un quizshow de los años 50 o la adaptación de un popular juego de caja, todo puede ser una fuente de inspiración para lograr el próximo ‘MasterChef’, ‘Got Talent’ o ‘Love Island’.
Pero un área que aparentemente sigue sin estar en el radar de las principales factorías de formatos es el creciente mundo de los contenidos digital-first. Pese a dominar el consumo entre las audiencias más jóvenes, las plataformas sociales solo se utilizan para ampliar los contenidos de formatos ya consolidados.
Una razón clave para esto es que, en la industria de los formatos, todavía muchos perciben las redes sociales como una combinación de contenidos poco profesionales y de “culto a la personalidad”. A la distancia, todo el ecosistema digital parece estar construido en torno a creadores, influencers y celebridades, sin ideas independientes que puedan funcionar al margen de ellos.
Pero una búsqueda más profunda permite ver que los pioneros del contenido digital-first también están explorando IPs con potencial de formatearse.

Y existen varios ejemplos, como ‘Agree to Disagree’ de LADbible Group, ‘Glow Up Your Grades’ de Future Media, ‘Engaged’ de Jungle Creations, ‘This Interview Will Self Destruct’ de StudioB, ’20 vs 1′ de Sidemen o ‘Does the Shoe Fit?’, ‘Secret Sauce’ y ‘Worst In Class’ de Wall of Entertainment.
Todos tienen mecánicas y motivos comúnmente asociados a los formatos.
Es que las redes sociales de hoy no están integradas solo por creadores adolescentes con videos grabados en sus teléfonos móviles, sino que existen también potentes fábricas de contenidos que están lanzando grandes ideas desde internet que llegan a la audiencia como productos muy pulidos.
El año pasado en Alemania, por ejemplo, apareció un contenido llamado ‘7 vs Wild’ a cargo de un creador de contenidos de aventura llamado Fritz Meinecke, que debía nominar a otros seis creadores para una competencia en la que cada participante debía sobrevivir estando solo en una isla remota y con un máximo de siete elementos de su elección.
Aunque la idea general no es nueva, su “estructura de emisión” sí lo es: no hay un broadcaster asociado. El show se estrenó en el canal de YouTube de Meinecke y logró una gran repercusión gracias al ruido generado por los participantes con contenidos relacionados en sus propios canales e incluso en canales de terceros.
Así, el show logró a través de todos los canales más de 200 millones de reproducciones.
Otro ejemplo es el canal de YouTube de Foot Asylum, una marca que ha entendido muy bien el poder que el entretenimiento tiene para el marketing. Pero en lugar de utilizar a un broadcaster, Foot Asylum simplemente creó su propio canal con formatos digitales como ‘Locked-in’, ‘Truth Asylum’ y ‘Does the Shoe Fit?’.
Hasta la fecha ha logrado atraer a 2 millones de suscriptores.
¿Qué significa todo esto para desarrolladores, productores y estudios de contenidos? Que, además de los broadcasters tradicionales, existe todo un mundo repleto de potenciales clientes a los que ofrecerles formatos e ideas. Una marca con sus canales sociales bien puede adoptar el rol del broadcaster clásico, al igual que un creador con muchos seguidores o, incluso, un grupo de canales descentralizados.
¿Esto significa que los broadcasters quedarán obsoletos? No. O al menos no por ahora. De hecho, existe hoy una gran oportunidad para los broadcasters y streamers de utilizar las redes sociales como una pantalla complementaria.
¿Qué tan poderoso es para un broadcaster o un streamer asociar su marca con más de 200 millones de personas? Y, al mismo tiempo, ¿qué tan poderosas son las décadas de experiencia en storytelling, sus potentes infraestructuras de producción y los presupuestos que pueden llevar a la mesa los broadcasters?
En Quintus Studio hemos construido un modelo de negocio que une el ecosistema tradicional de producción y distribución con las oportunidades emergentes de los servicios digitales. Según nuestra experiencia, creo que pronto veremos una rápida expansión de formatos digitales o híbridos (el enfoque complementario entre digital y lineal, o entre streamers y plataformas sociales). Y esto beneficiará a ambos mundos.
Es cierto que existen aún choques culturales entre el digital y la TV que podrían hacer fracasar esta profecía. El mundo digital se mueve más rápido que la televisión, y los creadores digitales podrían decidir no expandirse más allá de sus plataformas sociales ante los lentos procesos de decisión de la TV. Si eso sucediera, entonces los próximos ‘Masked Singer’, ‘Traitors’ o ‘Too Hot To Handle’ podrían llegar a ser 100% digitales.
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