Desafío a cualquier persona que esté leyendo estas palabras a que me convenza de que las cosas hoy no están rotas.
Si le preguntas a 25 personas al azar si todavía aman este negocio, 20 te dirán que lo odian y las otras cinco te estarán mintiendo. Y eso no es porque haya menos energía creativa o porque las personas que componen esta industria hayan perdido su amor por crear, vender, realizar o distribuir grandes ideas.
Todos los elementos que nos atrajeron a esta industria todavía existen. Y, sin embargo, estamos atravesando una era tan repleta de cambios que se hace difícil recordar qué fue lo que nos hizo llegar a la industria de la TV en el primer lugar.
Tal vez, fue el deseo de crear algo duradero o algo que pudiera entretener a muchas personas. O, quizás, fue la pasión por contar una historia nueva, arrojar luz sobre temas que necesitan mayor atención o por algo mucho más básico que eso. Creciste viendo televisión, disfrutaste con gameshows aquellos días que no ibas al colegio por estar enfermo, viviste grandes aventuras en las series y en las películas y simplemente quisiste unirte a este tren. “¡Mamá, quiero contar historias! ¡Necesito hacer esto!”.
Cualquiera que haya sido la chispa que nos condujo hasta nuestras carreras actuales estoy convencido de que sigue brillando en todos nosotros. Si no, no estarías leyendo esto. No serías un miembro de esta comunidad si no tuvieses un profundo impulso creativo.
Una vez escuché a un coach de actuación hablar sobre lo que implica ser actor. Y se resumía básicamente a esto: lo tienes que hacer porque lo amas tanto que no te podrías ni imaginar haciendo otra cosa. Será duro, tendrás que derribar puertas, lograr lo imposible y poner a prueba tu optimismo. Pero lo haces porque lo amas.
Como dijo Hyman Roth en ‘El padrino 2’: “ESTE es el negocio que hemos elegido”. ¡Así que hazlo!
Y, sin embargo, ¿qué significa ser productor, escritor, creador o distribuidor en un tiempo de tantos cambios en el ecosistema del entretenimiento? ¿Cómo se hace para no ahogarse, perderse o abandonar las esperanzas?
Durante estos últimos meses me he encontrado con muchas personas preocupadas por su futuro. Productores y escritores no paran de crear conceptos nuevos y brillantes y sin embargo los buyers solo le dan luz verde a reboots de viejas ideas. Equipos increíblemente talentosos están sufriendo por lograr encargos de cualquier tipo.
Mucho se ha escrito sobre la falta de trabajo para muchos. Los guionistas llevan meses en huelga ya. Y el problema ya se vuelve existencial cuando las personas no pueden ni mantener un estilo de vida modesto haciendo lo que aman.
Pero, cuando una puerta se cierra, otra se abre. Un “no” es el comienzo de un “si”. Si la pasión te trajo a este negocio, la pasión te tiene que mantener luchando. Explota de creatividad y empuja esa maldita piedra hasta arriba de la colina.
Primero fue el cine mudo, luego llegó el sonido. Y los que hacían películas mudas decían: “Solo necesitamos una buena película muda para que los espectadores vuelvan a las salas”. ¿Te suena de algo?
Luego vino el broadcast, el cable, las redes sociales, los streamers…y no para.
El punto es que siempre habrá un cambio radical en la sociedad, y en especial en el mundo de las artes y el entretenimiento. Así que, amigos míos, aunque sigamos escuchando noticias de inmensas dificultades y amenazas existenciales globales en nuestro negocio, mientras los encargos se siguen disminuyendo, mientras hay cada vez menos trabajo, animo a todos a remangarse las camisas, subirse los pantalones y embarrarse los zapatos y seguir creando.
Sin importar cuáles son los sistemas de distribución que existen allí afuera, todos necesitan contenidos. Reinventa tu modelo de negocios si puedes o si debes. Sobrevive como puedas, pero por favor, crea, crea y crea.
¡Es tu deber, maldita sea! ¡Tu país te necesita! Sigue alimentando ese fuego y permite que brille con fuerza. Entre la locura y la niebla que domina el mundo hoy esa es lo única cosa segura que podemos ver.