Los estudios de Estados Unidos verán sus costos anuales aumentar entre US$ 450 y 600 millones una vez que hayan cerrado acuerdos con el Writers Guild of America (WGA), el gremio de los actores SAG-AFTRA y el gremio de los directores Directors Guild of America (DGA).
Eso, al menos, es lo que estima un reciente reporte de la agencia de calificación Moody’s.
“Creemos que el conflicto será relativamente largo y que las consecuencias que están en juego son las más trascedentes que ha habido en años”, comentó Neil Begley, VP senior de Moody’s.
Según Begley, el hecho de que el WGA y SAG-AFTRA estén en huelga de manera simultánea (la primera vez que pasa en Hollywood desde 1960) le dará tanto a escritores como actores mayor poder de negociación, lo que se traducirá en “costos más elevados para los estudios”.
Ese aumento de los costos, no obstante, será según el analista transferido a los compradores y, en última instancia, a los consumidores.
A nivel de consecuencias de las huelgas, si terminan antes de fin de año, según Begley el impacto no será “serio a nivel de ingresos y cashflow” para los estudios, especialmente para aquellos que están más diversificados.
Las compañías que se verán más afectadas serán los operadores cinematográficos y aquellas que están en plena transición hacia el streaming. Los gigantes que nacieron directamente en el streaming, como Netflix, están menos expuestos a las consecuencias y hasta podrían ver una mejora en su cashflow, tal como sucedió durante la pandemia, agrega el reporte.
Eso sí, si las huelgas se extienden hasta el 2024, según Moody’s el impacto negativo ya será generalizado.
“Las consecuencias de una huelga muy larga pueden llegar a ser molestas e incluso terribles para las diferentes compañías que componen la cadena que depende de los contenidos que producen los estudios y que no tienen muchos derechos deportivos o programación de noticias”, opina el analista, quien señala que una huelga de por los menos seis meses afectará a las productoras más pequeñas, a los canales locales y los proveedores de servicios.
SAG-AFTRA inició su huelga oficialmente la semana pasada cuando venció el plazo de negociaciones con la AMPTP (Alliance of Motion Picture and Television Producers), que representa a los estudios en sus asuntos laborales.
Y, aunque la mayoría de las producciones ya estaban afectadas por la huelga de los guionistas, el conflicto de los actores paralizó definitivamente la producción audiovisual en todo Estados Unidos.