Netflix asegura que 60 millones de hogares en todo el mundo sintonizaron su primer evento de boxeo el viernes por la noche, aunque los problemas técnicos volvieron a poner en duda la capacidad del gigante del streaming para manejar eventos en vivo a gran escala.
El consumo alcanzó un pico de unos 65 millones de streams simultáneos durante el combate principal, que enfrentó al influencer Jake Paul contra el excampeón de peso pesado Mike Tyson, de 58 años, en el AT&T Stadium de Arlington, Texas.
El otro gran evento, la pelea por el título femenino entre Amanda Serrano y Katie Taylor, fue visto por casi 50 millones de hogares, según Netflix, lo que “probablemente” la convierte en el evento deportivo profesional femenino más visto en la historia de Estados Unidos.
En términos de audiencia, el evento del viernes puede considerarse un éxito rotundo para Netflix, que ha convertido los deportes en vivo en una parte clave de su estrategia mientras busca fortalecer su negocio publicitario. El streamer anunció que publicará más datos de audiencia, incluyendo los espectadores totales, en los próximos días.
Sin embargo, la transmisión en vivo se vio afectada por múltiples problemas técnicos, y espectadores de todo el mundo compartieron online su frustración fruto de fallos que iban desde interrupciones por buffering hasta la caída total del stream.
La pelea Tyson-Paul fue considerada una prueba clave de las capacidades de Netflix para transmitir en vivo de cara a la emisión de dos partidos de la NFL en Navidad y el inicio en enero de su emisión semanal en vivo de ‘WWE Raw’.
En el terreno técnico, donde el año pasado la plataforma ya enfrentó problemas con la transmisión en vivo de la cuarta temporada de ‘Love Is Blind’, los resultados no fueron los esperados. Habrá que ver si esta situación tendrá un impacto en los anunciantes y las organizaciones deportivas.
Es que, por un lado, el hecho de que Netflix haya tenido problemas significativos con la transmisión en vivo en dos ocasiones diferentes seguramente generará preocupación en la NFL y la WWE.
Pero por otro, la capacidad de Netflix para llegar a 60 millones de hogares (con un pico de 65 millones de streams simultáneos el viernes por la noche) será enormemente atractiva tanto para los anunciantes como para futuros socios deportivos.
Si Netflix se adentra en el mundo de los deportes de combate y, por ende, en la promoción de peleas, también deberá considerar cuidadosamente el tipo de combates que organiza.
En teoría, el espectáculo de un excampeón como Tyson, 31 años mayor que Paul, recuperando parte de su antigua magia en el cuadrilátero era tentador. Esto, combinado con el poder de convocatoria de Paul entre el público joven, fue suficiente para atraer a una audiencia masiva.
Pero la realidad, que muchos anticipaban antes del combate, fue que no se trató de una pelea competitiva y, de manera realista, no debería haberse llevado a cabo. La falta de acción en el enfrentamiento generó abucheos del público y críticas online.
Más allá de las audiencias, el evento organizado por Netflix y Most Valuable Promotions (MVP), empresa de Jake Paul, también fue un éxito en términos de asistencia. Según ambas compañías, generó el mayor ingreso de taquilla en Estados Unidos (US$ 18 millones) para un evento de boxeo fuera de Las Vegas. También fue el mayor registro para un evento deportivo de combate celebrado en Texas, duplicando el récord anterior de una pelea encabezado por la estrella del boxeo mexicano Canelo Álvarez.
El evento del viernes también destacó por la cantidad de promoción que Netflix dio a sus próximos contenidos, incluyendo la segunda temporada de ‘El juego del calamar’ y los nuevos episodios de ‘Cobra Kai’, con la cámara enfocando a las estrellas Ralph Macchio y William Zabka entre el público.
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