Comenzar su carrera como abogada resultó clave para que la actriz australiana Vanessa Coffey se convirtiera en una de las principales coordinadoras de intimidad de la industria internacional, con créditos en más de 20 producciones, entre ellas ‘Outlander’ o ‘Vikings: Valhalla’.
Abogada de profesión, Vanessa Coffey se formó luego para convertirse en un ‘amortiguador’ entre actrices/actores y directoras/directores que trabajan juntos en escenas íntimas en teatro, cine y televisión, un rol que pasó a estar en el centro del debate tras el surgimiento de los movimientos #MeToo y Time’s Up.
La inusual ruta de Coffey en la industria comenzó cuando decidió aparcar sus años en derecho corporativo para formarse como actriz en el prestigioso Royal Conservatoire of Scotland en Glasgow.
Y es en Glasgow donde Coffey ahora se desempeña como profesora de interpretación, a la vez que trabaja profesionalmente como directora y actriz, y como coordinadora de intimidad en producciones como ‘I Hate Suzie’ y ‘Outlander’.
Coffey colabora con creativos para crear y coreografiar escenas íntimas de la misma manera que se han orquestado secuencias de baile o pelea durante décadas, ayudando a los actores a sentirse seguros en entornos consensuados en el set, lo que no siempre ha sido el caso.
“Contar con un coordinador de intimidad en una producción donde hay escenas íntimas rápidamente se ha vuelto la norma en el Reino Unido en los últimos dos años”, dice Coffey, quien en ese tiempo acumuló 20 créditos a su nombre. Y aunque los enfoques difieren en otros países de Europa, cree que en general se están poniendo al día.
“La impresión que la gente tenía hace dos años en el Reino Unido era que el coordinador de intimidad era el policía divertido que llegaba y detenía las cosas”, señala. “Pero una vez que las personas lo experimentan y ven lo colaborativo que es, cómo permite obtener un producto realmente bueno y auténtico, además de mantener los límites de los actores donde deben estar, le ven el beneficio a esto”.
La gran oportunidad de Coffey llegó cuando, trabajando como profesora, se le acercaban exalumnos que sabían que ella tenía experiencia en derecho para pedirle si podía mirar la parte de sus contratos que describía los parámetros de desnudez o de sexo simulado.
“Nos sentábamos, hablábamos de ese tipo de cosas y a veces la gente decía: ‘Tengo una escena de sexo simulada. ¿Me puedes ayudar con la coreografía? ¿Cuáles son los límites? ¿Puedo hablar con alguien sobre esto?’”, recuerda Coffey.
Esto la llevó a acompañar a uno de sus antiguos alumnos en el set para asegurarse de que todo saliera como debía. “Así que en cierta manera entré en este trabajo por accidente, simplemente haciendo cosas para amigos o colegas”.
Un encuentro con el actor, productor, autor y empresario escocés Sam Heughan llevó a Coffey al set de ‘Outlander’, la serie de Starz que, según ella, ayudó especialmente a crear conciencia sobre la figura del coordinador de intimidad.
También lo hizo un sketch en ‘Saturday Night Live’ el año pasado, que presentó el papel de los coordinadores de intimidad interpretados por Pete Davidson y Mikey Day en el set de ‘Bridgerton’ de Netflix durante la pandemia.
“Realmente disfruté mucho ese sketch. Presentaron a la figura de una manera muy divertida, pero también dejaron claro que existe un proceso que implementamos para la seguridad y que, cuando lo hace la persona equivocada, ese es el resultado”, dice Coffey, quien también contribuyó a las directrices sobre intimidad en tiempos de Covid-19 de Directors UK.
Comprensiblemente, ‘Outlander’ de Starz y ‘Vikings: Valhalla’ de Netflix han mantenido a Coffey ocupada durante los últimos años, dada la carga sexual de estos dramas históricos.
“La gente se siente más cómoda escribiendo escenas cuando saben que contar con un coordinador de intimidad es una posibilidad, porque confían en que se tratará adecuadamente”, apunta Coffey.
Además, sostiene que el alcance de lo que se considera “íntimo” en el set se está expandiendo, y los actores ahora solicitan un coordinador para escenas que involucran recreaciones de tortura, por ejemplo, y otras escenas potencialmente traumáticas o emocionalmente sensibles.
“Estoy viendo aceptación de la figura del coordinador de intimidad, y un reconocimiento real. No se trata solo de límites, es también un tema de autenticidad y de lo que podemos hacer para ayudar a que las escenas se vean más bellas y auténticas”, termina.