Los guionistas estadounidenses podrían declararse en huelga si no se resuelven los problemas relacionados con los modelos de pago de la era del streaming. Pero el colectivo se encuentra en una situación precaria, ya que los estudios y las empresas de streaming nunca han tenido un acceso tan amplio a guionistas y socios coproductores internacionales.

De todos los nubarrones que se han cernido sobre el negocio de los contenidos en Estados Unidos en los últimos 12 meses, quizá el mayor sea el enfrentamiento que se avecina entre los guionistas de televisión y los estudios de Hollywood, que podría desembocar en la primera huelga de guionistas en 15 años.
Las tensiones entre el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA, por su sigla en inglés) y la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa a los grandes estudios, se fueron calmando a lo largo del año pasado.
Pero a medida que el calendario se acerca al 1 de mayo, día en que expira el Acuerdo Básico Mínimo del WGA con los estudios, se hace cada vez más evidente que los guionistas de televisión estadounidenses se preparan para alzarse contra los modelos económicos de la era del streaming que, según ellos, no les compensan de forma justa.
En la era anterior al streaming, los guionistas podían trabajar en proyectos de 22 episodios por temporada, contratados por los grandes canales, lo que les aseguraba ingresos anuales, además de una buena remuneración complementaria.
Sin embargo, en la era del streaming, en la que las temporadas cortas de seis a diez episodios se han convertido en la norma, un guionista a menudo tiene que conseguir dos o más trabajos al año para ganar un buen sueldo, y los complementos son una fracción de lo que eran en el modelo de los canales.
Aparte de los factores económicos, en los últimos 12 meses ha aumentado la desconfianza, especialmente con la reciente tendencia a la cancelación masiva de programas por parte de los canales y los estudios, que incluso han dado marcha atrás en proyectos ya confirmados.

Warner Bros Discovery (WBD), que se formó oficialmente en abril de 2022 tras la fusión de Discovery y WarnerMedia, marcó la pauta del año con recortes profundos y radicales que supusieron la cancelación de series y películas (sobre todo la película ‘Batgirl’), la eliminación de grillas enteras en desarrollo, la “no renovación” de proyectos y la retirada de títulos como la serie distópica de ciencia ficción ‘Westworld’ de su streamer, HBO Max.
Otras empresas han seguido su ejemplo, entre ellas AMC Networks, que ha eliminado series como ’61st Street’, protagonizada por Courtney B. Vance, y el título de ciencia ficción ‘Moonhaven’, como parte de una reducción valuada en 400 millones de dólares. Showtime, de Paramount Global, también descartó recientemente sus planes de emitir la serie ‘Three Women’, que ya había finalizado la producción de su primera temporada.
En medio de este caótico telón de fondo, los rumores sobre la primera huelga de guionistas desde 2007 han ido gradualmente en aumento.
La huelga anterior, que duró 100 días, alteró en muchos sentidos el curso de la historia de la televisión. Lo que está en juego no es menos importante en esta ocasión, aunque dada la naturaleza global del negocio actual de contenidos, el contexto para una disputa entre guionistas y estudios ha cambiado mucho.
Si a esto le agregamos que los respectivos contratos de Sindicato de Directores de Estados Unidos y el sindicato SAG-AFTRA con la AMPTP expiran el 30 de junio, el escenario está preparado para el caos en caso de que las negociaciones se bloqueen.

De hecho, cuando a finales de 2022 la presidenta de Warner Bros. Television, Channing Dungey, fue consultada en el evento Content London de C21 sobre los mayores retos del año que se avecinaba, su respuesta se centró en la posible huelga de guionistas.
“La huelga de guionistas es una amenaza real; es algo que tenemos en cuenta y para lo que intentamos estar preparados. Mi deseo es que pudiéramos evitar la huelga. Creo que hay algunos problemas muy reales que deben solucionarse, y si podemos encontrar una manera de resolverlos pacíficamente en lugar de llegar a un escenario de huelga, sería excelente”, dijo.
Entretanto, la WGA está preocupada tanto por los detalles como por el panorama general de esta ronda de negociaciones.
Por un lado, a la mayoría de sus miembros les urge que el modelo de pago de guionistas se adapte a las condiciones que presenta la era del streaming (cabe señalar que el modelo tradicional de los canales mantiene una buena compensación para los guionistas). Hay un puñado de guionistas que tienen acuerdos redituables con los estudios, pero son una minoría.
En un sentido más amplio, la WGA lleva años dando la voz de alarma sobre las consecuencias negativas de las fusiones de las grandes compañías de medios y pidiendo una aplicación más estricta de la legislación antimonopolio.
La fusión de WBD, que provocó la supresión de decenas de programas en los que participaban miembros de WGA, fue el último de una serie de grandes acuerdos que, en opinión del sindicato, han concentrado la cuota de mercado y el poder en manos de unas pocas empresas.
Movimientos como la retirada de series de HBO Max por parte de WBD para evitar los pagos complementarios y la marcha atrás de renovaciones por parte de las empresas han dejado un sabor amargo para muchos. Una fuente de WGA declaró a C21 que “es difícil sentirse bien con los nuevos proyectos” en un entorno en el que se eliminan series de forma tan despiadada.

Muchos guionistas de televisión también creen que los estudios promueven la falsa idea de que las huelgas son inútiles y que solo traen perjuicios al sector. Como señala una fuente, algunas de las garantías contractuales que más preocupan a los miembros de WGA, como pensiones, beneficios en salud y partidas complementarias, se consiguieron gracias a las huelgas.
“Las huelgas no se producen porque la gente sea imprudente, sino porque se siente acorralada. Muchas veces no se habla de ese aspecto en los medios”, dice la fuente.
Pero los guionistas no son los únicos que sufren. Tras un año brutal de desplome de las acciones de los medios de comunicación, muchos estudios y empresas de streaming se encuentran en una situación económica precaria, por lo que es probable que estén dispuestos a jugar duro cuando comiencen las negociaciones entre la WGA y la AMPTP.
Una faceta clave de esta ronda de negociaciones que no existía hace 15 años es que todos los grandes estudios tienen ahora relaciones con guionistas internacionales de primer nivel.
Uno de los principales agentes de talento de Estados Unidos explica a C21 que un paro laboral supondría la pérdida de oportunidades y de dinero para los guionistas estadounidenses, en un momento en el que las productoras tienen una reserva de guiones disponibles y más contactos con guionistas internacionales que nunca.
“Habiendo visto la huelga de 2007, puedo decirte que los estudios se las ingeniaron para sustituir a la gente. Es verdad que quieren que escriban los grandes guionistas, porque nadie es mejor que los estadounidenses para crear programas de televisión. Pero adivina lo que ha pasado en los últimos 15 años: hay muchos extranjeros que ahora son igual de buenos haciendo series”, dice el agente.
“Los guionistas británicos son tan buenos como los estadounidenses. Yo diría que los canadienses también, hasta cierto punto, pero no hay tantos. Incluso me atrevería a decir que los showrunners franceses, españoles y surcoreanos de habla inglesa son igualmente capaces de presentar una serie”.

“Estas empresas están preparadas para escuchar propuestas y comprar proyectos extranjeros. Netflix está preparada, Apple también. Ya lo están haciendo. Están en perfectas condiciones para levantar el teléfono y comprar esos programas. En 2007 era un problema porque era un escenario diferente, no existían streamers prolíficos. Pero ahora pueden hacer lo que quieran”.
La situación en Estados Unidos se observa con atención en el extranjero, y los productores europeos prevén que, en caso de huelga, se generará un negocio adicional. “Podría representar un enorme potencial para los productores europeos, y ya están llevándose a cabo conversaciones entre socios para prepararse”, afirma Richard Tulk-Hart, codirector general de Buccaneer Media, con sede en Londres.
La huelga de guionistas de 2007 fue un acontecimiento fundamental en la historia de la televisión moderna, entre otras cosas porque ayudó a impulsar el sector unscripted, ya que los estudios y canales buscaban formas de llenar sus grillas ante la ausencia de contenidos guionados.
Un productor de contenido unscripted explica a C21 que las cadenas estadounidenses se están preparando para cualquier eventualidad. “No están diciendo directamente que se vaya a producir una huelga de guionistas, pero tengo la impresión de que ciertos canales y plataformas que trabajan tanto con scripted como unscripted están tratando de cubrirse un poco”, afirma el productor.
Aunque la huelga es una posibilidad muy real, la mayoría coincide en que tendría un impacto perjudicial.

Frank Spotnitz, director ejecutivo de Big Light Productions, productora de ‘The Man in the High Castle’, afirma que “todo el mundo pierde” si los guionistas se declaran en huelga. “Espero y rezo para que no haya huelga de guionistas, ya que es una forma brutal y perjudicial de resolver conflictos”, afirma. “Obviamente apoyaré cualquier decisión que tome el Sindicato de Guionistas, pero espero de verdad que la huelga no ocurra”.
Aún hay que esperar para ver qué pasa. Desde C21 entendemos que la WGA empezará a negociar más cerca de la fecha límite del 1 de mayo para maximizar su influencia. Esta estrategia no es del agrado de algunos sectores de la industria, que opinan que no es el abordaje más constructivo para salir de esta situación.
Si bien es cierto que las relaciones actuales entre los guionistas y los estudios están enrarecidas, la sensación general es que el ambiente era peor antes de la huelga de 2007, lo que podría representar una esperanza para propiciar conversaciones más constructivas que habiliten la generación de un acuerdo antes de que llegue mayo.
Sin embargo, esto podría ser una ilusión, sugiere el agente de talentos, que está convencido de que habrá huelga. “Apostaría dinero a que habrá huelga. Es más, la mayoría de la gente con la que hablo, en ambos bandos, piensan lo mismo”.