
El estudio de animación independiente australiano Flying Bark Productions está ampliando sus operaciones internacionales al invertir en un nuevo estudio en Madrid, para el que está buscando personal.
Para poner en marcha la nueva operación, Flying Bark ha fichado como supervisor al español Ramón Giráldez (‘Love, Death & Robots’), y actualmente está reclutando “varios puestos” con Laila Sleiman Sanz como reclutadora senior.
La expansión a España se da luego de la apertura de un estudio en Los Ángeles en 2020 que respaldan la sede original del estudio en Sídney. El nuevo estudio europeo elevará la plantilla de Flying Bark a 600 profesionales creativos, técnicos y de producción en todo el mundo.
Barbara Stephen, CEO de Flying Bark, dijo a C21Media que España había ofrecido “grandes incentivos” para ampliar su presencia allí, pero también ofrecía enormes oportunidades de talento.
“Esta es una excelente oportunidad para trabajar con creadores y narradores españoles. Contrataremos al mejor talento en España y traeremos a miembros del equipo australiano a Europa para crear una cultura empresarial global”, sostuvo Stephen.
Como productora establecida de películas y series animadas en CGI premium y 2D tradicional, Flying Bark se ha expandido desde la producción independiente hasta la prestación de servicios a estudios y plataformas internacionales, entre ellos Disney, Marvel, Netflix y Paramount.
Actualmente trabaja con Netflix y los hermanos Duffer en la adaptación animada de su exitosa serie ‘Stranger Things’ y prepara el estreno de la coproducción australiano-española ‘200% Wolf’, secuela de ‘100% Wolf’, que se estrenará en cines en la segunda mitad de 2024 en casi todo el mundo.
Stephen dijo que inicialmente la prioridad para España será contratar talentos de CG, pero el plan también abarca formar un grupo de talentos de 2D tradicional en un futuro cercano, y participar en el desarrollo y producción de un slate de contenido original con atractivo internacional.
El traslado a Madrid fue estratégico y pragmático para la productora, que está experimentando una gran demanda a nivel mundial pero enfrenta una desaceleración en el mercado australiano, también aquejado de gran inestabilidad debido a los “prolongados problemas de regulación” en torno a las cuotas de contenido, según explicó Stephen.
“Tenemos que ser pragmáticos, y es una pena que Australia no haya tenido un marco político que realmente apoye o fomente la inversión en contenido familiar”, dijo.
“Estamos en medio de este proceso muy prolongado en el que no sabemos si habrá o no una regulación del contenido en Australia. No obstante ha habido un deseo muy fuerte dentro de nuestro estudio, nuestro grupo global, de producir IP. Así que realmente queríamos mudarnos a algún lugar donde eso se valore, y sentimos que en Europa, en general, es valioso tener contenido cultural en el sector independiente”.
El equipo de Flying Bark estará reclutando activamente durante el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy esta semana.