El CEO de Megamedia detalla las principales oportunidades y desafíos para la TV abierta en América Latina, que debe comenzar a percibirse como una “fábrica de contenidos” capaz de competir local e internacionalmente y en todas las plataformas.
¿Qué tienen en común la población musulmana de Abu Dhabi, la Champions League y un ingeniero comercial chileno? La respuesta es un hilo invisible que va guiando la carrera de Javier Villanueva, actual CEO de Megamedia, por los misteriosos caminos de la industria de contenidos audiovisuales.
Ya pasaron casi 20 años desde que Villanueva entró a VTR, empresa chilena controlada por Liberty Global, como gerente de contenidos. Luego de un pasaje por Mega en 2013-2014, el ejecutivo dio un salto internacional que sería determinante para su presente: formar parte del grupo Mediapro.
“Mediapro es una empresa catalana con pisada en todo el mundo. Yo estaba a cargo del canal de la Fórmula 1 que llevaban y eso potenció la parte internacional del grupo. Tener que viajar a los 20 países donde se corren las distintas carreras te da un expertise de interactuar en distintos ámbitos: desde el mundo musulmán en Abu Dhabi hasta Latinoamérica, incluido Brasil, que es todo un continente distinto al resto. Nos basábamos mucho en los modelos de gestión de LaLiga y la Champions League. Eran licencias que el grupo manejaba y que tenían una propuesta de excelencia”, expresa Villanueva.
Tras cinco años en Mediapro, el ejecutivo tuvo la oportunidad de volver a su casa, pero con un expertise internacional a cuestas.
Y esto se vuelve fundamental para Megamedia, que en la última década ha pasado de ser un canal de TV abierta para convertirse en un holding de medios que posee dos canales de aire, tres de pago, seis radios y una distribuidora internacional de contenidos, además de un ecosistema digital de sitios web y redes sociales.
Sin embargo, la definición que más le gusta a Villanueva es “fábrica de contenidos”, que incluso ha comenzado a extender su alcance fuera de fronteras, con la producción de dos teleseries en Perú junto a Latina.
¿Qué lugar ocupa en la estrategia internacional de Mega la alianza con Latina en Perú?
Lo de Perú está más relacionado al plan de acción que a la estrategia. Si nosotros sabemos contar una buena historia aquí en Chile, esa misma historia puede volar hacia afuera. Y la ficción es solo la primera estaca que hay que colocar en términos de internacionalización. También están incluidos nuestros contenidos de entretenimiento, programas políticos y de influencia. Desarrollar IPs propias internamente es fundamental para nosotros.
La teleserie ‘Papá en apuros’ que hicimos en Perú, es la versión internacional del original chileno ‘Papá a la deriva’. Esta iniciativa ha sido exitosa, no solo a nivel de audiencias en Perú, sino desde la experiencia nuestra de ir a trabajar fuera de nuestras fronteras. Y este modelo se replica en el mismo Perú, pues estamos preparando una nueva producción allá, y también queremos hacerlo en Colombia, Paraguay, Nicaragua, Canadá, Estados Unidos. Tenemos los ingredientes de esta receta para poder hacerla donde sea.
¿Cuál es el modelo de producción en el caso de ‘Papá en apuros’ en Perú?
Es un modelo híbrido. El modelo tradicional se basa en la venta de una lata o, por el contrario, de un formato, donde tú haces la adaptación que quieras y me avisas para que yo ponga mis restricciones. Lo que Mega mueve más allá de fronteras es la producción ejecutiva, mientras que la producción propiamente dicha son recursos y talentos peruanos. Pero como la idea es nuestra, queremos que sigan teniendo el sello Megamedia cuando vaya viajando.
De esta forma, Mega conserva parte de la propiedad intelectual del producto terminado ‘Papá en apuros’ y quien distribuye el producto para el resto del mundo es nuestro distribuidor MGE. Para MGE es una lata nueva que distribuir, pero en Chile también lo vemos como un producto extranjero que adquirimos e integramos a nuestra parrilla.
Además de la ficción, ¿qué otros contenidos están impulsando internacionalmente?
Contenidos de entretenimiento. También nuestro departamento de prensa, además de ser un servicio de noticias y actualidad, produce programas de especialidad. Títulos como ‘La cabaña’, programa de entretenimiento que está siendo muy exitoso en Chile; ‘Elegidos’, que combina ficción, documental y actualidad, basado en los seis últimos presidentes de Chile; ‘Los 100 indecisos’, orientado a momentos de elecciones o plebiscitos con debate en vivo. Son formatos creados por nuestras áreas de entretenimiento y noticias que se encuentran disponibles para otros mercados.
¿Están abiertos a la coproducción internacional de conceptos nuevos?
Por definición, yo soy agnóstico en cuanto a modelos: a todos les digo que sí, mientras los pueda evaluar luego. No tenemos negativas en la entrada, y esto es muy de la modalidad europea adquirida en mi pasaje por Mediapro. La primera respuesta es siempre “sí”; empecemos a ver cuáles son los riesgos, el aporte de cada uno y dónde está finalmente el valor agregado del producto hacia la sociedad. Tenemos conversaciones de coproducción por propiedades nuestras, pero sucede que las inversiones de las coproducciones tienen otra magnitud, entonces hay que priorizar dónde colocar las balas para ir avanzando.
¿Cómo se adapta la TV abierta al dinamismo del mercado actual?
Estamos viviendo en un mundo donde nuestros competidores ya no son los canales de TV abierta de Chile. Competimos en la economía del uso del tiempo, con la atención de los dispositivos, con TikTok, con lo que sea. Y para enfrentar ese cambio hay que adaptarse internamente. Lo segundo es tener una propuesta de programación innovadora y desafiante, para luego adaptar tu modelo de negocio a un ámbito multiplataforma y digital.
¿Qué ejemplos puedes mencionar de iniciativas innovadoras en cuanto a programación en TV abierta?
Un ejemplo es el caso de los deportes, donde por un tiempo Mega no estuvo muy presente. Ahora adquirimos los derechos de los partidos de las eliminatorias de las selecciones de Brasil y Bolivia, que juegan de local, para el territorio chileno. Por eso, 2 de los 18 partidos que jugará Chile en las eliminatorias para el mundial 2026 estarán en exclusiva en Mega. Eso es una innovación.
Otra innovación es adaptarnos a los nuevos modelos de negocio basados en la publicidad. Por eso, estamos lanzando dos canales FAST, no solo en nuestras plataformas, sino con operadores de TV paga. Te puedo adelantar que uno de ellos es el canal de Meganoticias, que será 24 horas.
¿De qué manera piensan potenciar la plataforma Mega Go?
Como nuestra plataforma propia de distribución de contenidos digitales, Mega Go es uno de nuestros ejes estratégicos. Actualmente la tenemos con contenidos propios, pero también realizamos adquisiciones para Mega Go y consideramos la posibilidad de abrirlo a otros oferentes de contenido. Tenemos una base que crece todos los meses. Es un modelo híbrido: hay una parte gratuita con acceso a los canales lineales y algunos contenidos de librería gratuitos. Luego está la muralla del pago, tras la cual se encuentran nuestros productos premium, además de un gancho: el stacking que permite ver los contenidos 24 horas antes de su estreno en TV abierta. Por otra parte, también tenemos deportes exclusivos en Mega Go.
¿Qué desafíos ves en el futuro de Megamedia?
El desafío de Megamedia es consolidar un liderazgo que ya llevamos por más de una década en Chile. Eso tiene que ver con conocer y conectar con audiencias más allá de nuestra frontera, lo cual nos lleva a adaptarnos en cuanto a escala y eficiencia. Además, la inversión publicitaria va mutando: los clientes tradicionales ya no te compran un spot de 30 segundos, sino que implica una integración vertical en varios eslabones de la cadena del cliente. El desafío es que entramos al mundo B2C, y eso te exige saber hacer una boleta y atender al cliente directamente. La TV abierta no estaba acostumbrada a eso: ya no trabajamos solo con agencias de medios. Hay que poder integrarse con otras plataformas como los retail media, para trabajar de su mano y no quedarse sentados mirando cómo ellos pueden tener más ventajas que uno. Es una adaptación constante.