Mike Beale, managing director de Global Creative Network en ITV Studios, revela la estrategia de formatos del brazo productor del broadcaster británico para este año, su expansión hacia contenidos de historia natural, su adhesión a la ola de reboots y de qué forma piensa enfrentar los desafíos económicos que se vienen.
¿Cuáles han sido los principales programas y momentos del último año para ITV Studios?
Algunos momentos importantes para nosotros fueron la adquisición de Pimsoll Productions, que representó un gran paso hacia el mundo de la historia natural. También el éxito recurrente de grandes marcas como ‘The Voice’, ‘Love Island’ y ‘I’m a Celebrity… Get Me Out of Here!’, que tuvieron resultados históricos. En cuanto a programas nuevos, tuvimos ‘My Mum Your Dad’, que terminó con excelentes números en Australia y del que tendremos múltiples adaptaciones en 2023.
¿Qué tendencias ves en cuanto al negocio de contenidos factual y formatos?
No sé si es un negocio que haya cambiado mucho en 2022. Creo que “evolución” es la mejor manera de describirlo. Estamos viendo más y más capas de posibilidades para el contenido y para cerrar acuerdos con shows específicos con servicios BVOD, AVOD, SVOD, TDT y FAST.
El surgimiento de todas estas diferentes plataformas es una gran posibilidad para distribuidores y productores, pero hace que cerrar acuerdos se vuelva complicado, porque hay que proyectar de uno a cinco años a futuro, a la vez que pensamos en qué otras buenas formas de distribuir contenidos podrían existir en ese momento. Así, probablemente lo que más cambió fue la manera de cerrar acuerdos y de repartir beneficios para cada parte.
Los broadcasters han tenido que adaptarse. En el proceso de lanzar sus propios servicios de streaming, como en el caso de ITV e ITVX, se han necesitado establecer términos diferentes, pero que a su vez no afecten el valor futuro de los contenidos, que suele ser la principal fuente de dinero para distribuidores y productores.
¿Qué cambios has notado en la industria durante esta última década, particularmente por la irrupción de los streamers?
El surgimiento de los streamers en la última década -y particularmente en estos tres últimos años, donde hemos observado un gran aumento en la cantidad de servicios de streaming globales-, ha sido bueno para el mercado en el sentido de generar competencia, especialmente en Estados Unidos. Esto nos ha permitido retener derechos en medio de las disputas entre TV terrestre y servicios de streaming, lo cual es genial para productores y distribuidores.
En cuanto al contenido en sí mismo, no veo que hayamos atravesado grandes cambios. Quizás todo comenzó a apuntar un poco más a estrategias de nicho. El storytelling ha cambiado un poquito. Editorialmente, se modifica la estructura del contenido para apuntar al consumo en modo maratón en lugar de los episodios semanales. Ciertamente, hemos visto la llegada de los streamers globales con muy buenos ojos, incluso considerando la modalidad de acuerdos que pretenden retener derechos globales. Eso no es nuevo: Discovery y A+E siempre han buscado derechos globales para alimentar sus canales.
¿Pero no crees que la venta territorio por territorio es un modelo más deseable que el de derechos globales?
Para nosotros, el mejor acuerdo depende específicamente de lo editorial. Los programas que los streamers vienen comprando no son los mismos que compran los broadcasters tradicionales, sino que son más de nicho, tienen precios distintos y escalas que no funcionarían para los broadcasters. Estamos apuntando a modelos que puedan incluir a dos o tres broadcasters juntos, lo cual lleva su tiempo y requiere que ejercitemos nuestra creatividad. Esto es algo en lo que estaremos trabajando en los próximos años.
En cuanto a cerrar un acuerdo por derechos globales, hay que considerar la escala de la producción y su consiguiente valor. Además, estas plataformas cada vez hacen más versiones, particularmente de los grandes formatos. En el futuro, podremos ver de cinco a diez versiones en este sentido. Eso es una oportunidad enorme. Cinco territorios es un buen número de ventas para cualquier formato, por lo cual, si podemos replicarlo en una plataforma global como productores globales, es negocio para nosotros. Creemos que es una modalidad aditiva, no negativa, con respecto a los otros negocios que se están llevando a cabo. Se trata de que puedan convivir en armonía.
¿Notas que hubo un impulso de los formatos de reality, quizás en detrimento de los programas de estudio?
El tipo de contenido que vemos que se produce y desarrolla, ya sea reality versus estudio, siempre es cíclico. Hemos visto muchos contenidos de estudio durante la pandemia porque permitía un control del entorno. Saliendo de esa situación, hubo un desplazamiento hacia los reality shows basados en locaciones y viajes. Tiene que ver con la audiencia. Los streamers apuntan a una audiencia joven y adepta a la tecnología que pueda encontrar los programas que quiere ver, por eso tienden a producir contenidos que puedan disfrutar, como formatos de citas tipo ‘Love Island’, ‘Too Hot To Handle’ o ‘Love is Blind’. Nuestro objetivo actual es tomar el interés en ese tipo de shows, el ritmo y estructura de esos formatos, y llevarlos a otras áreas.
En ese sentido, lanzamos ‘Loaded in Paradise’ para ITVX, que no es un dating show pero sí utiliza varios trucos del género: las relaciones, el tono aspiracional o una locación atractiva para la audiencia. O sea que sí, vemos un desplazamiento según de qué plataforma se trate. Pero si consideramos algo como ‘Strictly Come Dancing’, que aún genera enormes resultados para BBC, o ‘Masked Singer’ en ITV, por no hablar de los números globales de estos programas, no creo que el éxito de uno se produzca en detrimento del otro.
ITV es el último broadcaster del Reino Unido en relanzar el clásico formato ‘Big Brother’. ¿Dónde se posicionan en cuanto al reciente fenómeno de reboots?
Los broadcasters tradicionales tienen la necesidad de llegar a sus audiencias rápidamente y sus programas deben entenderse con facilidad. En un mundo repleto de contenidos, una de las formas de hacerlo es devolver a la pantalla algo que se recuerde gratamente, como ‘Big Brother’, ‘Gladiators’ o ‘Survivor’. Vemos ese proceso cuando hacemos el reboot de ‘The Voice’ en diferentes territorios.
Es necesario asegurarse de que el programa sea relevante en el momento actual y no una mera reproducción de lo que era hace 10 o 15 años. Tienes que atraer nuevas audiencias, no solamente a las personas que lo recuerdan bien. Y también se trata de mantenerlo, porque hasta cierto punto, vemos que los reboots solo duran dos o tres temporadas y luego el canal tiene que pasar a lo siguiente.
¿Cómo se hace para conseguir un show fresco y renovado sin que pierda el encanto que le gustaba a la audiencia?
En un momento con broadcasters dominados por la aversión al riesgo, nosotros sabemos cómo hacer esos programas. No podemos gastar demasiado y ellos saben cómo comercializarlo, por lo cual todos los puntos se van alineando rápidamente. Como dije antes, es cíclico. A comienzos de los 2000, la estrategia era recuperar muchos de los show estadounidenses de los ochenta y noventa. Todo será cíclico: ‘Masked Singer’ se retirará y dentro de cinco o seis años veremos cómo regresará a la pantalla.
¿Por qué decidieron adquirir la productora especializada en historia natural Plimsoll Productions?
Plimsoll fue una gran adquisición para nosotros el año pasado. Es una compañía que funciona realmente muy bien y ha crecido de una forma increíble a lo largo de su corta vida. Nos permite ingresar en un género donde ya teníamos presencia, pero que queríamos expandir. Es un tipo de producción más regional para nosotros. También aumentó nuestra presencia en las plataformas de SVOD y AVOD a nivel mundial. Son increíblemente exitosos en Apple TV+, Disney+ y Netflix, lo cual para nosotros es una garantía. Además, también están activos en el segmento de entretenimiento factual, con programas como ‘Handmade: Britain’s Best Woodworker’ para Channel 4.
¿Crees que el unscripted será una mejor opción para los broadcasters en tiempos de recesión y crisis económica?
El unscripted tendrá una presencia fuerte en 2023, pero no creo que le quite lugar a otros contenidos. Durante las recesiones, las personas tienden a volver a la televisión y al contenido, porque no tienen los ingresos disponibles para salir tanto fuera. Lo genial del unscripted es la velocidad de retorno: nos permite llenar espacios muy rápido en caso de que ocurran desfasajes. Además, dependiendo del nivel de creatividad, también puede resultar más barato. Puede ocupar un slot en la grilla o acudir cuando se lo necesite. Pero debe existir dentro de un ecosistema atractivo donde las personas vayan a ver una ficción y se lo encuentren en el camino, o viceversa.
¿Cuáles son los principales desafíos que tendrás que enfrentar este año?
Los desafíos de este año inevitablemente estarán relacionados a los costos. Creo que, aunque hemos superado lo peor de la pandemia, nadie sabe lo que sucederá con la guerra en Europa, por lo cual los costos serán uno de los principales temas. Hoy, debemos estar atentos a nuestras formas de producir contenidos: la tecnología, los costos tradicionales que ya no necesitamos, como los viajes, la posproducción basada en la nube, las diferentes tecnologías de las cámaras. También tenemos que enfocarnos en la creatividad y en cómo disminuir el riesgo para los compradores.
Por otra parte, tenemos que definir cómo producir los programas, cómo crearlos y llevarlos al mercado. Si abordamos a un comprador con expectativas demasiado altas, como sucedía hace dos años, no será posible llegar a buen puerto. No debemos perder la ambición de las ideas; solo tenemos que pensar más cuidadosamente en la forma de desarrollarlas.
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