La huelga de guionistas en Estados Unidos probablemente haga crecer de la demanda de las peculiares producciones documentales que se encasillan en el género “stranger-than-fiction”. Pero ¿qué hace que este tipo de producción funcione y cómo evitar que el género se vacíe en su proceso de crecimiento?
Los programas de Netflix que han generado mayor repercusión muchas veces no corresponden a las ficciones originales de grandes presupuestos, sino a un género no guionado que perezosamente se podrían catalogar como “más extraño que la ficción” (“stranger than fiction”), con ejemplos como como ‘No te metas con los gatos’, ‘El estafador de Tinder’ o ‘Tiger King’.
Esta tendencia de series puntuales y documentales que cuentan historias reales demasiado increíbles como para ser ciertas es la última vuelta de tuerca en el engranaje del true crime.
El género nació en 2004 con ‘The Staircase’, de Canal+, y cobró impulso en 2015 gracias a Netflix y ‘Making a Murderer’.
Y más recientemente, Netflix volvió a innovar al cambiar el foco del true crime de las investigaciones regulares de mujeres asesinadas por hombres al reino de las historias extraordinarias, no necesariamente basadas en casos de violencia.
Algunos de los mejores ejemplos de este tipo de programación incluyen los mencionados ‘No te metas con los gatos’, ‘El estafador de Tinder’ y el último lanzamiento de Netflix, ‘MH370: El avión que desapareció’, todas producidas por la compañía londinense Raw TV.
Esto convierte a su fundador y director ejecutivo, Dimitri Doganis, en una voz autorizada para revelar las claves de estos éxitos “stranger-than-fiction”.
“Vemos un montón de historias diferentes y una de las cosas que más faltan son giros y golpes de efecto. Las veces que nos hemos equivocado en un desarrollo es cuando tenemos que contar algo extraordinario pero solo tenemos un tiro, una oportunidad. Lo primero que nos planteamos es: ‘¿Hay suficiente acción aquí? ¿Hay suficiente impacto? ¿Es realmente sorprendente?'”, asegura Doganis.
Según el productor, “lo peor del trabajo” es preguntarse “¿cómo vamos a terminar esta historia?” cuando la historia no alcanza para un tercer acto.
“Hay formas de crearlo, pero también hay que pensarlo bien desde el principio. No puedes pensarlo cuando ya está grabado o durante la edición y esperar que el resultado sea excelente. En ‘The Imposter’ no resolvemos el acertijo, pero fue una decisión consciente desde el principio, por eso no se siente como un defecto, sino como algo misterioso. La historia solo es la mitad de la batalla. ‘¿De quién es esta historia?’ es una pregunta que debe ser formulada en el desarrollo. Aquí sucedió un acontecimiento muy loco, un misterio, un engaño, una estafa, un asesinato… pero ¿de quién es la historia? Definir eso es lo que diferencia una narrativa premium de la versión más cotidiana, menos extraordinaria y menos exitosa”, expresa.
Esta visión fue crucial para que recientemente Discovery+ adquiriera ‘King of the Con’, sobre el estafador Barry Minkow y producida por la californiana The Content Group, parte del grupo Asylum Entertainment.
“Algo que solemos buscar y que tenía este caso son voces disponibles para contar la historia. Si no hay suficiente archivo, podemos crearlo, pero si no tienes suficientes voces para contar la historia y diferentes puntos de vista disponibles, no podrás hacerlo. Por eso, en el unscripted, a diferencia del scripted, es fundamental disponer de voces que cuenten esa historia”, comenta Jodi Flynn, directora ejecutiva de The Content Group.
Flynn asegura que, aparte de ir más allá de las historias de asesinatos, muchas veces de mujeres, el género también se ha apartado de historias que tengan que resolver el crimen al final del episodio o de la serie.
Breaklight Pictures, también propiedad de Asylum, produjo ‘Hillsong: A Megachurch Exposed’ para Discovery+, que tiene un final abierto y ha logrado agregar nuevos episodios a medida que la historia se fue desarrollando.
“Lo interesante es que hemos evolucionado hacia no tener que arribar a una conclusión terminante. En el pasado, era muy difícil comercializar contenidos que no presentaran una resolución. Ahora la conclusión ya no es tan importante, pues buscamos historias que sean interesantes. El final tiene que traer la satisfacción de haber contado una historia completa, pero esa historia puede no estar concluida. Ahora es posible contar la historia de una forma diferente”, dice.
Lo mismo piensa Ari Mark, cofundador de la productora independiente estadounidense Ample Entertainment. Su compañía recientemente produjo el documental ‘The Invisible Pilot’ para HBO, sobre un granjero de pueblo que terminó involucrado en una operación de narcotráfico de alto perfil durante el mandato de Ronald Reagan.
“No es por despreciar el género true crime en general, pero ha habido una tendencia de contar estas historias en blanco sobre negro, los buenos contra los malos. Justamente, lo que estamos tratando de hacer con nuestros nuevos programas es llevar la historia a una zona gris en la que el límite entre héroes y villanos se vuelve un poco nebuloso. ‘El estafador de Tinder’ tocó una fibra porque todos podemos identificarnos con las personas y la tecnología, pero también presenta algo nebuloso en torno a quién es quién. En cambio, ‘The Invisible Pilot’ es una historia bizarra. Pero ¿es suficiente? Muchas veces un caso se vuelve demasiado oscuro porque no aborda ningún aspecto familiar para las audiencias, aunque en este caso sucede en la presidencia de Reagan. Si no estuviera ese elemento, ¿sería una historia relevante o solo tendríamos a un tipo de pueblo haciendo algo realmente jodido? Sabemos que con estas historias realmente hay que dar en la tecla”, comenta Mark.
Sin embargo, por su propia naturaleza, estas son historias extrañas. A medida que el género crece, cada vez más broadcasters buscan sus propias versiones. Así las cosas, ¿cómo evitar un vaciamiento del género? La producción de Netflix ‘Crime Scene: The Vanishing at the Cecil Hotel’ fue bastante golpeada por los críticos, las audiencias y la industria por intentar convertir la muerte de una niña con problemas de salud mental en una mezcla de historia detectivesca de internet con una narrativa de casa embrujada.
“Compórtate como un ser humano. No seas un imbécil. No vale la pena”, dice Doganis. “Si alguna vez te sorprendes pensando: ‘Bueno, no hay otra forma de hacerlo’, estás en el camino equivocado. Piensa siempre que lo que hagas será visto por personas íntimamente ligadas a la historia. Si sabes que tendrás que sentarte a conversar con la familia y las personas afectadas antes de estrenar, les debes honestidad, porque tendrás que mirarles a los ojos y explicar tus decisiones”.
Además, el productor afirma que “es muy difícil y estresante” producir estas historias y que hacerlo de manera limpia ” es un proceso más saludable”.
“Pueden surgir muchas cosas desagradables en el proceso de desarrollo, producción y lanzamiento. Es mucho mejor si te sientes bien contigo mismo. Produjimos ‘Three Identical Strangers’ con trillizos separados al nacer y nos llevó tres años convencerlos de trabajar con nosotros, pues los medios los habían asustado y hostilizado al punto de generarles mucha resistencia y escepticismo. Atravesar el proceso con ellos, cumplir con nuestra palabra y ser honestos hizo que la experiencia fuera disfrutable e increíble, tanto para ellos como para nosotros. Al día de hoy, cuando queramos convencer a alguien de trabajar con nosotros, tendremos varias referencias que pueden recomendar nuestro trabajo”, expresa Doganis.
La huelga de guionistas de Estados Unidos nos sugiere que 2023 puede ser una gran oportunidad para el unscripted y su producción más rápida y a menor costo. ¿Será este el momento de las narrativas “más extrañas que la ficción”, como sucedió con el reality en 2007? ¿Habrá un desplazamiento en masa de los productores de ficción al segmento factual?
Flynn lo duda mucho. “No creo que desplazarse de la ficción al unscripted sea tan fácil. Es un mundo muy diferente, con distintos cronogramas, presupuestos y sensibilidades. Nuestro trabajo suele destacarse en momentos de crisis debido a la forma y la naturaleza de lo que hacemos, pero es más difícil de lo que muchos piensan”, asegura.