CONTENT LONDON: La empresa de inteligencia artificial (IA) Runway busca proyectar una imagen más amigable con los creadores de contenido en Hollywood con su acuerdo con Lionsgate, que según Dave Davis, cofundador y CEO de Calliope Networks, es un simple lavado de imagen para intentar “limpiar” su historial respecto al uso de contenido protegido por derechos de autor.
Es que Runway ha sido acusada, junto con otras empresas de IA, de utilizar contenido con copyright sin autorización para entrenar sus modelos de video.
Sin embargo, meses atrás se convirtió en la primera empresa de IA en firmar públicamente una alianza con un estudio de Hollywood.
El acuerdo con Lionsgate le permite a Runway acceder a títulos seleccionados del catálogo del estudio para entrenar un modelo exclusivo diseñado para el uso de Lionsgate. Runway no puede en cambio usar la propiedad intelectual del estudio para entrenar sus propios modelos ni con otros fines.
“Runway ha sido ampliamente acusada de prácticas evidentes de extracción de contenido y hay mucha evidencia al respecto. Creo que este acuerdo busca mejorar su imagen en Hollywood y mostrarse como más amigables con los creadores”, comentó Davis durante un panel sobre licencias de IA en Content London la semana pasada.
“Pero no significa que de repente hayan dejado de usar contenidos con copyright, al menos no por lo que yo veo”, añadió.
Mientras las demandas contra empresas de IA se acumulan, el negocio de las licencias de contenido para entrenar modelos está ganando impulso.
La compañía canadiense Underknown, dueña de canales de YouTube como Animalogic y What If, ha creado una nueva división llamada Krill, enfocada en recopilar contenido que pueda licenciarse a empresas de IA.
Recientemente, Underknown y la firma de licencias Troveo completaron un pedido de alrededor de 80.000 horas de contenido.
El tema también ha captado la atención de actores tradicionales de la industria, como All3media, que busca garantizar un valor justo para sus productores.
“Desde nuestra perspectiva debería haber un valor justo para nuestros productores, que crearon esta propiedad intelectual que ahora se está convirtiendo en datos para alimentar las máquinas de IA”, comentó Gary Woolf, vicepresidente sénior de digital y desarrollo comercial en All3Media International.
“Alguien está beneficiándose de eso, por lo que nuestros productores también deberían beneficiarse. Esa es mi razón para comenzar a explorar este espacio”, añadió.
Por otro lado, los estudios de Hollywood han permanecido mayormente en silencio respecto a la protección de su contenido frente a estas prácticas. Mientras varios medios de comunicación en Estados Unidos y Canadá han demandado a OpenAI por miles de millones de dólares en daños, los estudios no han tomado una posición pública ni han iniciado litigios.
Cuando se le preguntó por qué podría ser esto, Rupam Davé, abogado especializado en tecnología y datos de Harbottle & Lewis en Londres, sugirió que los estudios podrían estar evitando litigios públicos para no comprometerse permanentemente.
“Iniciar una demanda es costoso y define una postura que podría preferirse negociar en privado. Muchas veces, las advertencias legales llevan a discusiones de licencias, y solo cuando estas fracasan se pasa a litigios serios”, explicó.
Davé también señaló que, tras bambalinas, ya se están negociando acuerdos en los que se intercambia dinero y se establecen licencias que cubren retrospectivamente usos no autorizados.