Impulsor de las narcoseries y de las adaptaciones literarias en las telenovelas, Patricio Wills ha sabido conjugar durante su carrera innovación con éxitos de audiencias. ¿Su secreto? Ir “paso a paso”.
Arquitecto de formación, pero reconducido por la vida hacia la televisión. Así es cómo se describe a sí mismo el colombiano Patricio Wills, presidente de W Studios, uno de los productores con mayor influencia en la industria audiovisual latinoamericana.
Wills inició su carrera en la compañía RTI Televisión de Colombia, fundada por Fernando Gómez Agudelo, pionero de la industria audiovisual en el país. Lo que el joven arquitecto imaginó que sería una aventura laboral de corto plazo, terminó por convertirse en una experiencia de 20 años.
“Entré a la televisión y me pasó lo que le pasa a todos los que la tocan: ya después retirar el dedo es imposible”.
Durante esta etapa en su natal Colombia, Wills se dedicó principalmente a la creación de producciones con elementos para exportación, una especialidad que a inicios del 2001 lo llevaría a dar el salto al plano internacional de la mano de su amigo Jim McNamara, por aquel entonces presidente de Telemundo y uno de los pilares de la televisión hispana.
Juntos montaron los Telemundo Studios y por primera vez en Estados Unidos se comenzó a impulsar una estrategia definida para los contenidos de televisión latinos, lo que llevaría a la creación de uno de los géneros más novedosos y controvertidos de los últimos tiempos: las narcoseries.
“Inventamos un poco este camino de las series narco. Hicimos ‘Sin senos no hay paraíso’, y otra icónica que fue ‘La Reina del Sur’, donde yo fui el productor ejecutivo. Después llegó un momento en mi carrera en el que sentía que tenía que avanzar hacia una nueva dirección y fue cuando junto con Univision fundamos un nuevo joint venture, que se llama W Studios”.
Esta unión llevaría a Wills a trabajar en diferentes etapas tanto con Univision como con el gigante de medios mexicano Televisa, donde años más tarde se convertiría en el presidente de Televisa Estudios por invitación del dueño de la compañía, Emilio Azcárraga.
“Hicimos muchas cosas nuevas, muchas series, muchas novelas, incluso tenemos el honor de haber hecho la primera telenovela ‘no-Televisa’ en el horario prime time, que fue ‘La piloto’. Es la primera novela que se hacía afuera de los foros de Televisa San Ángel”.
La larga carrera del productor Patricio Wills ha llegado a una nueva etapa, regresando como presidente a la empresa que fundó años atrás, W Studios, ahora propiedad de TelevisaUnivision al 100%.
“Por primera vez en casi 40 años de trayectoria estoy en carácter de empleado”, bromea.
¿Cómo evalúas el panorama de la industria audiovisual actual?
La industria actual se encuentra en un cambio gigantesco. Estados Unidos ya cambió, el público ya está viendo entretenimiento de otra manera. Y en América Latina, aunque la sintonía de la TV abierta en países como México, Colombia o Perú sigue siendo muy alta y todavía hay una fidelidad histórica a los canales, el cambio también está llegando. Pero esto no quiere decir que se vayan a acabar las telenovelas, sino más bien al revés, se van a consolidar aún más los proyectos de más capítulos.
¿En qué se está trabajando actualmente en W Studios, y cómo ha sido el cambio creativo desde la adquisición de TelevisaUnivision?
Siempre he intentado dar pequeños pasos para hacer cosas en un tono diferente. Por fortuna la audiencia usualmente nos ha acompañado. Estamos grabando ‘Juana, la virgen’ para el canal Las Estrellas con una libertad creativa absoluta y un gran apoyo de Pierluigi Gazzolo, el CEO de ViX. También venimos de hacer ‘El gallo de oro’, otra apuesta completamente distinta y que está funcionando muy bien. Fue un riesgo para una plataforma tan joven como ViX el haber adaptado un libro de Juan Rulfo y haber hecho un producto más sofisticado, pero funcionó. De hecho, desde ViX nos revelaron que la serie tuvo más éxito en Estados Unidos que en México, algo que me parece muy llamativo y un poquito irónico.
Mencionas que intentas darles un toque diferente a tus series. ¿Qué se necesita para hacer contenidos diferentes?
Ahí hay un punto muy complejo de hasta dónde puedes introducir cambios que la audiencia pueda aceptar. Hace poco tenía una conversación con mi equipo sobre ‘Juana, la virgen’, que trata sobre una joven virgen que termina embarazada por un error médico a través de una inseminación artificial. Lo que yo les decía era que, sobre todo en las telenovelas para televisión abierta, debíamos tener cuidado de innovar, que no se nos fuera mucho la mano. Es decir, que el tamal sea el mismo, pero si al público se lo damos envuelto en plástico y no en hoja de plátano, de pronto va a decir: cuidado, esto está mal.
Tenemos que traer algo diferente, y en las series se puede más. En las telenovelas, si tú no enganchaste a la gente en la primera semana, después ya no da tiempo. Las series se ven después. Tienes el primer capítulo para enganchar al espectador, pero tienes también más oportunidades de que el público entre otra vez o más tarde, por eso ahí puedes ir con productos más arriesgados.
Has creado diversas series y telenovelas adaptando novelas latinoamericanas clásicas. ¿Qué te lleva a combinar la literatura con la televisión?
Yo siempre he pensado que la literatura y la televisión son un buen complemento y pienso que ahí puede haber una fuente de inspiración. De hecho, en Colombia hice la primera versión de ‘El gallo de oro’ de Juan Rulfo y también adapté ‘La tregua’ de Mario Benedetti, ‘La fiesta del chivo’ de Mario Vargas Llosa, y siempre me ha parecido que por ahí se pueden hacer cosas. La literatura y la televisión deben de ir de la mano.
¿Cómo trabajas el proceso creativo de una serie que puede llegar a más de un territorio?
Es muy difícil. Yo trabajé 12 años en Telemundo viendo el mercado americano y en Televisa el mercado mexicano. Estados Unidos hispano son muchos países, y la costa Este y la costa Oeste tienen pieles distintas. Hay que recordar que el 60% de los hispanos en los Estados Unidos son mexicanos, eso ya te da una tendencia de mercado. Cuando hemos tratado de hacer una telenovela más caribeña, que juega un poco más con Miami o Nueva York, no ha tenido el resultado que puede tener una historia que pegue en California, Texas y un poco Chicago. Ahí el juego es buscar que sea lo más internacional posible, pero sabiendo que el acento mexicano tiene que estar ahí.
Tags:
W Studios