La autora de ‘El tiempo entre costuras’ repasa el camino que la llevó de su trabajo como profesora universitaria a convertirse en una de las firmas más reclamadas por productoras y plataformas y a firmar un first-look deal con ViX.
La historia de una profesora universitaria de lengua que publica su primer libro y se vuelve un éxito global bien podría ser la historia de un personaje de ficción de una serie del streaming. Pero no: es la vida real de María Dueñas, la filóloga y escritora que todas las plataformas mueren por tener en sus pantallas.
“Yo he formado a gente para que aprenda a manejar la lengua, que la explore, la manipule, la entienda, la analice… Por eso, trabajar con el lenguaje me resulta fácil y cómodo porque es lo que he hecho siempre. Ponerme a escribir una larga historia no me daba ningún miedo. Pero claro, necesitas una historia”, afirma Dueñas, en referencia a su ópera prima, ‘El tiempo entre costuras’, publicada en 2009.
La fiebre fue tal que al éxito literario le precedió una rápida adaptación audiovisual, producida por Boomerang para Antena 3 en 2013.
Y, aunque todos le pedían una secuela, esta no llegaría hasta el 2021 (‘Sira’) y luego de haber publicado tres novelas (‘Misión Olvido’, ‘La templanza’ y ‘Las hijas del Capitán’).
En el medio, su tercera novela (‘La templanza’) también tuvo una adaptación audiovisual. Y, tras publicada, Buendía Estudios se quedó con los derechos de adaptación de ‘Sira’.
Con tanto acercamiento al mundo audiovisual no es de extrañar que en 2021 la autora firmara un first-look con la plataforma ViX a través de cual desarrolla ideas originales para la plataforma.
“Es muy agradable, porque una escritora tiene el tiempo limitado y cada proyecto son dos o tres años de su vida. Y tenemos ideas que nos pasan por la cabeza pero que no podemos detenernos en ellas. Entonces, esta es una forma magnifica para canalizar ideas que no tienes que desarrollar tanto, que no te exigen tanto trabajo. Es una especie de ‘depósito’”, explica la escritora, cuyo primer proyecto directamente para televisión fue ‘Los artistas: primeros trazos’ (360 Powwow e Isla Audiovisual).
‘El tiempo entre costuras’ fue tu primera novela. ¿Cómo has manejado el éxito tan repentino que generó?
La historia se vincula al norte de Marruecos, territorio que tiene que ver con mi familia, pero todo lo demás es ficción con un entramado histórico detrás. Para esa labor de documentación y estructuración me sirvió mucho mi bagaje académico. Escribí la novela en menos de un año, mientras seguía en la universidad y tenía a mis hijos adolescentes. Lo disfruté mucho, pero no era consciente de qué iba a pasar con ella. No creas que tenía ninguna ambición más allá de llegar al final.
La novela se lanzó a contracorriente cuando triunfaban las novelas negras violentísimas, en un mundo donde no había luz ni color. De pronto yo llegaba con una novela protagonizada por una modista ingenua en un mundo muy luminoso, con una trama de espionaje mezclada con la costura. Buscábamos una sofisticación que no había sido tratada en novelas de este estilo. Ahí dejé la universidad, porque me di cuenta de que no podía llevar las dos cosas a la vez. Yo tenía una vida muy plena y estaba muy a gusto en el mundo académico, pero no podía aguantar. Fue un período muy loco pero inolvidable.
¿Qué sensaciones te deja el recorrido de la serie?
Fue un proceso gradual; no es como ahora, que con las plataformas todo es global inmediatamente. ‘El tiempo entre costuras’ primero se estrenó en España y funcionó muy bien. Entonces Atresmedia empezó a venderla en América Latina. Es verdad que el libro ya era conocido, pero sumó a mucha más gente y tuvo una segunda vida en canales de distintos países. Pero es que luego vino Netflix y se quedó con la serie para toda América Latina, con lo cual todo se amplió aún más a una triple vida. Ahora está en Amazon Prime Video y todavía me la encuentro por ahí de vez en cuando.
¿Qué tan involucrada estás en la adaptación audiovisual de ‘Sira’?
Estas cosas llevan sus tiempos. Desde antes de publicarse la novela ya había contactos, pero yo preferí esperar: creo que los libros tienen su recorrido. Son lo que son, obras literarias, entonces la intención siempre es que lo disfruten primero los lectores y que el paso al audiovisual sea una etapa distinta.
En ‘Sira’ retomas la historia de la protagonista de ‘El tiempo entre costuras’ ¿Qué desafíos tuviste en el proceso?
Yo nunca había previsto escribir ‘Sira’, ni hacer una serie, ni recuperar el personaje. Claro que con el éxito de ‘El tiempo entre costuras’ me lo pidieron. Pero yo sentía que Sira y yo necesitábamos un tiempo. Creo que no hubiese podido escribir una buena segunda parte si no dejaba pasar el tiempo. No me podía levantar y acostar con la modista cinco años de mi vida seguidos. Entonces decidí que iba a cortar radicalmente. Vinieron otras novelas y todo el mundo lo entendió perfectamente. En esta década no he recibido ninguna presión.
Yo viajo mucho a Marruecos y siempre que estoy ahí y vuelvo a España, me dan ganas de volver a escribir algo centrado en ese territorio. Entonces empecé a pensar los tiempos posteriores a la II Guerra Mundial, el mundo convulso y decidí que me apetecía mucho volver. Pero tuve claro que, si retornaba al territorio, tenía que ser de la mano de Sira. Porque los lectores y espectadores no me iban a perdonar volver a ese territorio sin ella.
‘Los artistas: primeros trazos’ (ViX original) es tu primera experiencia escribiendo directamente para televisión. ¿Cómo te sentiste?
Ha sido una aventura muy distinta y entretenida. De hecho, vamos a repetir. Es muy diferente a lo que yo había hecho hasta ahora, porque con las adaptaciones me implico, superviso guiones, pero al final tenemos la base del libro. Aquí no: partimos de cero. Ha sido muy interesante el trabajar en equipo y he tenido una suerte inmensa con mis parejas de baile: ViX e Isla Audiovisual, una productora estupenda con la que hemos tenido una relación muy cálida.
Hoy se escribe ya pensando en la adaptación audiovisual. ¿Crees que se pierde la gracia de la literatura ‘real’ que se queda en el papel?
Vivimos en un tiempo en el que todos, y me incluyo, queremos todo y lo queremos rápido. Aunque también hay que tener la cabeza fría como para saber hasta dónde podemos llegar. La gente joven, acostumbrada a que todo sea inmediato, quiere que las historias fluyan rápido y tener miles de seguidores rápidamente. Pero luego soñar, pensar, imaginar, es gratis.
También se agradece mucho el trabajo sopesado, la dedicación, la atención a lo que tú dices, al lenguaje literario. Pero es verdad que yo vivo muy alejada de las redes sociales, de TikTok, y las cosas para ese circuito se mueven de una manera muy distinta.
¿Cómo te has sentido como escritora literaria que pasa a actuar en el ámbito audiovisual?
Es reconfortante ver cómo la industria audiovisual ha cambiado bastante, o un poco, su postura respecto hacia los escritores. Antes querían que los escritores generáramos la idea, quedarse con los derechos los productores y que desapareciésemos. Recuerdo a gente muy leída y muy vendida que me decía: ‘No intentes intervenir en nada. Olvídate, no te metas, lo único que vas a conseguir son disgustos’.
Ahora, cada vez se considera más nuestro aporte. No nos vamos a meter donde no nos interesa pero sí que podemos estar implicados en el proceso con un seguimiento más cercano. Está claro que remamos juntos, entendemos que es un lenguaje distinto y tenemos la flexibilidad para intentar adaptarnos a él sin plantar tantos requerimientos. Creo que estamos en un punto de gran entendimiento y fluidez en nuestra relación y eso es positivo para todos.