Coproducción Latam-Europa, aún una flor en el desierto 

A pesar de que en los últimos años se han intensificado los esfuerzos, las herramientas y las ganas, las series coproducidas por players de ambos lados del Atlántico son todavía una criatura incipiente y escasa. ¿Por qué? Cveintiuno explora las respuestas. 

‘Dignidad’, coproducción entre Chile y Alemania

Que una serie de televisión fuese producida por una productora de América Latina y otra de Europa era algo impensable hace apenas unos años. Con el cambio de paradigma que impulsaron las plataformas de streaming y que todos conocemos, la posibilidad –y la necesidad- comenzó a sonar. 

Tanto, que en 2017 nació Conecta Fiction como un punto de encuentro para fomentar el diálogo, facilitar los recursos y unir las partes. El evento hizo de catalizador y de formalizador, y en estos años la coproducción internacional pasó de ser un tema novedoso a recurrente al hablar de ficción televisiva de cierta escala. Y América y Europa se alzaron como regiones naturales para estas alianzas. Compartimos historia, cultura y unos cuantos modos de hacer. Nada puede salir mal.  

Sin embargo, las series que han logrado materializarse se cuentan con los dedos de las manos, y para los proyectos anunciados que siguen en un cajón se necesitan unas cuantas manos más.

La pandemia explica varios de esos estancamientos, pero no es la culpable de todo. ¿Dónde falla el proceso? ¿Son las historias? ¿La financiación? ¿La dificultad de trabajar con socios tan lejanos geográficamente? ¿Es que al final tampoco somos tan parecidos? ¿O resulta que el mercado ya no las recibe como antes?  

A fuego lento 

“La primera razón es que hay mucha competencia”, responde a Cveintiuno Géraldine Gonard, directora de Conecta Fiction. “Hace seis años, cuando empezamos con Conecta, las coproducciones eran pocas y las cadenas hacían sus contenidos casi solas para su prime time. Las plataformas no eran lo que son ahora”.  

Géraldine Gonard

Luego, los presupuestos. “Están altísimos y cada vez es más difícil coproducir con costes tan hinchados. Ya no estamos hablando de medio millón de euros por episodio, estamos hablando de 800, de 1 millón, de 1,2 millones. Esto lo hace aún más complicado”, agrega. “Y en financiación estamos en otros niveles. Ya no son dos cadenas que se juntan. Son dos cadenas, una ventana de plataforma, un tax rebate, un inversor privado… la financiación es muy compleja. Para montar una coproducción hoy necesitas muchísima inversión”.

Gonard pone como ejemplo el caso de Portugal, un país con una industria audiovisual comparable en tamaño a la de un país de Latinoamérica. “Las cadenas pueden aportar unos 150.000 euros, y se quejan de que es injusto porque para ellas es un gran aporte y, sin embargo, con este nivel de costes los hace socios minoritarios y sin capacidad de opinar”. 

Y, por supuesto, el Covid. “Este es un sector de cerebro y de sentimientos. Somos seres humanos contando historias. Por Zoom no se puede hacer una coproducción, no se puede cerrar un acuerdo de 10 millones”.  

Otro obstáculo importante está en las propias dificultades que surgen en el camino. Quienes han logrado llegar a buen puerto y vieron sus proyectos en pantalla coinciden en que la coproducción es una carrera de resistencia, no de velocidad.  

“La coproducción es un bicho muy grande”, sentencia Fidela Navarro, CEO de Dopamine. “Se tarda mucho, necesitas mucho dinero y mucho equipo para operarlo, y requiere de procesos de operación legal, financiera, administrativa y comercial”.  

Fidela Navarro

Una idea que es apoyada por Consuelo Silva, subgerente de Programación de Chilevisión. “Hay que tener paciencia, es un proceso lento y largo. Con ‘Inés del alma mía’ partimos del 2015 y estrenamos en Chile en 2021. ‘Héroes invisibles’ llevó en total unos cuatro años. Ojalá fuera menos. Pero estos proyectos que se cuecen a fuego lento también dan resultados más maduros, más potentes. A veces esos tiempos tienen sentido”. 

Por otro lado, la transformación del ecosistema televisivo que estamos viviendo -con las fusiones de grandes grupos y el direct-to-consumer en el centro de sus estrategias- deja un escenario cuando menos complejo para la coproducción internacional.  

Es que las pantallas se han reducido, y en muchas ocasiones las cadenas que antes estaban abiertas a coproducir ya forman parte de estos gigantes. Es lo que sucede, por ejemplo, con Telefe y Chilevisión, ahora dentro del paraguas Paramount. “Hoy estamos buscando otro tipo de sinergias que tienen más que ver con las plataformas del grupo, buscamos hacer algo con Paramount+ o con Pluto TV”, revela Consuelo Silva. Con lo cual, un proyecto como ‘Inés del alma mía’ hoy ha dejado de estar entre las prioridades del canal chileno.

A su vez, las plataformas de streaming apuestan en muchos casos por Originals, la alternativa a la coproducción en un mundo de series de grandes presupuestos.  

Todos estos factores explican que en los últimos cinco años hayamos visto tantos anuncios sobre proyectos en coproducción Latinoamérica-Europa que, a pesar de tener detrás a productoras consolidadas -como Kapow, Plano a Plano, Caracol, 360 Powwow, Onceloops, Warner Bros. ITVP España, Pampa Films, Gato Grande Productions, BTF Media o Somos Productions-, continúan sumergidos en ese lento y arduo viaje.  

Alfonso Blanco

“Con ‘Hierro’ estuve cuatro años, con América Latina vamos por el tercero. En el medio estuvo el Covid, pero lo hemos retomado ahora y yo confío en que va a tocar. Con TelevisaUnivision y ViX las herramientas empiezan a estar ahí. Ahora es encontrar el contenido y el socio”, comenta a Cveintiuno Alfonso Blanco, quien, después de sacar adelante siete coproducciones con su productora Portocabo, es toda una referencia en coproducción internacional para el mundo hispanohablante. 

El brutal éxito de crítica y público de su serie ‘Hierro’ –original de Movistar+ en España y coproducida con Atlantique y ARTE de Francia- comprobó su tesis y lo convirtió en una especie de gurú defensor y predicador del modelo. De hecho, parece mentira que todavía no haya logrado concretar un proyecto con Latinoamérica. “Estamos cerca”, confiesa. “Hierro se ha vendido a Estados Unidos y está funcionando muy en HBO Max en América Latina. Eso nos abre puertas. Tenemos varios proyectos en conversaciones, algunas muy avanzadas. Espero el año que viene estar rodando algo con América Latina. Es dar con la tecla”. 

Los que pudieron con los obstáculos 

Si hablamos de coproducciones entre las Américas y Europa, debe haber al menos un productor de cada región y ambos deben tener propiedad en la serie. No cuenta la contratación de servicios de producción locales ni los acuerdos con distribuidores de otro país en forma de preventa. Así que los casos de éxito son muy pocos. De hecho, no llegan a diez series.  

Al observar este puñado de títulos, Chile emerge como un mercado pionero en tender puentes con Europa.  

‘Inés del alma mía’, coproducción entre Chile y España

En 2020 se estrenaron cuatro series premium impulsadas por productoras chilenas y socios del viejo continente: ‘Héroes invisibles’, producida por Parox y Kahio de Finlandia, y emitida por Chilevisión y por Yle TV1 y Yle Areena; ‘Dignidad’, de Invercine y Wood y Storyhouse Pictures de Alemania, que pudo verse por Mega, Prime Video y por la OTT alemana Joyn; ‘Inés del alma mía’, de Chilevisión junto con las españolas Boomerang TV y RTVE, emitida por Prime Video, La 1 y Chilevisión (ya en 2021); y ‘El presidente’, original de Amazon Prime Video, producida por Fabula de Chile y Gaumont de Francia, además de Kapow de Argentina.  

¿Cómo se explica esto? Según la ejecutiva de Chilevisión, hay una respuesta: la necesidad. “Chile tiene harto talento, pero es pobre en el sentido de la industria publicitaria y de la inversión en el medio audiovisual. Tenemos apoyos públicos, pero no alcanzan para financiar una serie de alto presupuesto. Entonces hubo que salir a buscar apoyo afuera. Esa necesidad de capital es lo que llevó a la industria chilena a buscar con mucha fuerza coproductores y que se pudieran concretar varios de esos proyectos. Era el único camino”. 

Consuelo Silva

Sin embargo, Consuelo Silva defiende que esa ecuación solo funciona si detrás hay talento para soportar el proceso. “Efectivamente somos una industria talentosa. Tenemos una generación súper creativa y con la fuerza necesaria para sacar adelante proyectos ambiciosos”.  

Otro player destacado en este juego es Dopamine, el estudio de Grupo Salinas de México, que desde su nacimiento en 2017 tuvo la coproducción internacional como bandera. “Desde la creación de Dopamine dijimos que buscaríamos diversidad y nuevos modelos. Nos consideramos un estudio de México para el mundo con una visión global. Y lo podemos hacer porque formamos parte de un grupo con capacidad financiera para poder jugar”, explica Fidela Navarro. “Pero somos el único estudio mexicano independiente que hace esto. A nivel Latinoamérica no hay otro que se haya animado. No al menos en otros idiomas y con otros territorios”.  

Los proyectos de Dopamine demuestran que se puede ser creativo al buscar el modelo de coproducción adecuado. “Nosotros llevamos nueve coproducciones y cada una de ellas ha tenido un modelo diferente”, asegura la CEO. 

Así, por ejemplo, para la serie ‘Hernán’ contaron con la española Onza Entertainment como coproductor y cerraron acuerdos de ventana con un streamer (Prime Video), un canal de TV paga (History) y uno de TV abierta (Azteca 7). Y en el caso deClose to Me’, fue una coproducción con NENT Studios del Reino Unido emitida en 2021 por Channel 4 y por Viaplay en los Países Nórdicos, donde el estudio mexicano no llevó el liderazgo creativo ni de producción.  

‘Hernán’, coproducción entre México y España

“’Close to Me’ fue una coproducción en inversión, lo que nos dio voz y voto en distintas partes del proceso: aunque no lo escribimos, leímos el guion y dimos feedback, participamos en la elección del casting, decidimos juntos puntos importantes del presupuesto, y acordamos cómo iba a ser la distribución y comunicación”, detalla. “Fue un reto y nos aportó un gran aprendizaje para todo el equipo”.  

Por último, el resto de las series premium transatlánticas que llegaron a la TV se agrupan en otro player clave: Telemundo International Studios.

Bajo el mando de Marcos Santana –que este año dejó la compañía-, el grupo sacó adelante tres proyectos con socios españoles. ‘No te puedes esconder’, con Isla Audiovisual y que pudo verse por Telemundo y por Netflix; ‘Dime quién soy’, con DLO Producciones para Movistar+; y ‘El inmortal’, también con DLO, que espera su pronto estreno también por Movistar+.  

Y ahora, el siguiente paso para Telemundo en la coproducción internacional tiene clave turca. El grupo hispano recientemente firmó un acuerdo con Inter Medya para codesarrollar y coproducir series turcas que se transmitirán exclusivamente por Telemundo en Estados Unidos.  

Pina Mezzera 22-06-2022 ©cveintiuno

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