A la cabeza de Latam, Colombia busca ahora atraer súper producciones

Iñigo Alexander 23-09-2024 ©cveintiuno

Aprobados hasta el 2032, los incentivos colombianos se han traducido en un impulso importante para la economía y la industria local, con la creación de más productoras, estudios de grabación, empresas de postproducción y servicios técnicos especializados. El país ahora trabaja en cómo atraer producciones del tamaño de ‘Game of Thrones’.

‘Cien años de soledad’

En los últimos años Colombia, con sus paisajes vibrantes y su riqueza cultural, se ha convertido en uno de los nuevos platós favoritos de Hollywood y otras grandes industrias audiovisuales del mundo.

Lo que antes era un destino exótico ahora es una parada cada vez más seductora para productoras internacionales, atraídas no solo por la diversidad de sus escenarios, sino también por los jugosos incentivos económicos que el país ofrece.

El motor de esta transformación ha sido la implementación de un conjunto de incentivos financieros, desde descuentos fiscales hasta cash rebates, que hacen que producir en Colombia sea no solo rentable, sino también más flexible y accesible que en otros países de la región.

Ana Barreto

Con el Fondo Fílmico Colombia (FFC) y el Certificado de Inversión Audiovisual (CINA), el país ha logrado atraer megaproducciones de Netflix, Amazon y más, posicionándose como una potencia emergente en el cine y la televisión global.

“Los incentivos que tiene Colombia hoy día realmente son revolucionarios en la región y compiten muy de cerca con otros a nivel global, pero eso no se dio de un día para otro”, asegura Ana Barreto, CEO de la productora colombiana CMO Producciones.

El FFC se introdujo inicialmente en el 2012 y estaba destinado exclusivamente a proyectos de cine. El programa ofrece a las productoras un reembolso de hasta el 60% de los gastos que realicen en el país. De este porcentaje, 40% se destina a cubrir costos directamente relacionados con la producción, como contratación de técnicos, actores y alquiler de equipos, mientras que el 20% restante cubre gastos logísticos como transporte y alojamiento.

El FFC tiene un tope de US$ 550.000 por proyecto, y un presupuesto anual de US$ 2,3 millones.

Este fondo aplica a películas, dramas de televisión, otros formatos televisivos y producciones diversas. Sin embargo, las producciones deben cumplir con un gasto mínimo de aproximadamente US$ 510.000 para películas y series, o US$ 170.000 por episodio en otros casos (excluyendo animación).

Por otro lado, el CINA, creado en 2020, proporciona un 35% de descuento fiscal a las productoras que inviertan en el país, con la posibilidad de transferir este beneficio a otras empresas colombianas. Es decir, si una productora no necesita el descuento, puede venderlo a otras compañías, generando una flexibilidad que pocas veces se ve en otros países de la región.

A diferencia del FFC, los incentivos del CINA ampliaron el abanico para abarcar una diversidad de proyectos audiovisuales: series, documentales, realities, comerciales, videoclips, y hasta videojuegos. Además, financia la postproducción de proyectos rodados en el extranjero.

Silvia Echeverri

“Lo que hemos logrado es volvernos una alternativa real. Se cambió la visión que tienen los productores extranjeros respecto a producir en Colombia precisamente con esos incentivos. Les pusimos un pedazo de queso para que ellos vinieran y vieran que sí es posible hacer eso en Colombia”, dice Silvia Echeverri, directora de la Comisión Fílmica de Colombia.

Los incentivos han sido clave para atraer grandes producciones al país, no solo por la reducción de costos, sino también por la diversidad de locaciones. El CINA cuenta con un presupuesto anual de US$ 76 millones y no tiene un tope por proyecto, lo que lo hace atractivo para las megaproducciones.

Para series que gasten US$ 3,4 millones o más en Colombia, el gasto mínimo puede distribuirse en varios episodios.

Ambos programas están aprobados hasta el 2032, ofreciendo una ventana a largo plazo para beneficiarse de ellos. Desde su creación, varias producciones han aprovechado estas oportunidades. Entre ellas, series como ‘Pálpito’, ‘Cien años de soledad’, ‘Secuestro del vuelo 601’ o ‘La primera vez’.

El CINA ha demostrado ser el más atractivo para las grandes producciones internacionales, con 22 proyectos aprobados en lo que va del año y un total de US$ 29,9 millones en certificados otorgados.

Hasta la fecha, se han aprobado 126 proyectos bajo este incentivo, asignando un total de US$ 190,4 millones desde su implementación.

Por su parte, el FFC, aunque más limitado en presupuesto, sigue siendo una herramienta crucial para proyectos de menor escala.

‘Secuestro del vuelo 601′

En 2024, solo se ha aprobado un proyecto bajo este fondo, con una contraprestación de US$ 785.500. Desde su creación en 2012, el FFC ha aprobado 52 proyectos, con US$ 22,9 millones invertidos en la industria audiovisual del país.

Ambos programas operan de manera continua, sin plazos de solicitud, lo que permite a las productoras presentar sus proyectos en cualquier momento, bajo un esquema de asignación en función de la disponibilidad presupuestaria y el orden de llegada.

Los programas se han establecido como pilares en el desarrollo de la industria audiovisual colombiana, generando una solidez que Echeverri asegura estar adaptada a cambios gubernamentales.

“En las cuentas nacionales la balanza del sector audiovisual se volvió de positiva, a negativa. Colombia antes importaba más audiovisual del que exportaba y a raíz de los incentivos exportamos más audiovisual de lo que lo importamos. Logramos demostrar que este es un incentivo que está impactando la economía colombiana. Entonces así es que hemos logrado defender ese sistema” explica Echeverri.

La llegada de productoras extranjeras ha significado un impulso importante para la economía y la industria local, y Echeverri asegura que ha fomentado un boom en varios sectores de la industria audiovisual colombiana.

Samuel Duque

Se han creado más estudios de grabación, empresas de postproducción y servicios técnicos especializados. Este auge no solo beneficia a las producciones internacionales, sino que también ha permitido que la industria audiovisual colombiana crezca en credibilidad, calidad y alcance.

“Esa generación permanente de empleo y de proyectos ha llevado a un crecimiento del sector que hace que la rueda siga girando automáticamente. La oportunidad de nuestros equipos técnicos y artísticos de poder trabajar en esas grandes producciones también generó una exposición internacional y un aprendizaje muy importante”, agrega Echeverri.

Tal ha sido el éxito de los incentivos, que Echeverri admite que existe un “problema feliz” en la industria doméstica, ya que “a veces no tenemos suficiente personal para atender todas las producciones que llegan al país”.

A pesar de emerger como un destino atractivo y clave en la región, la industria audiovisual colombiana sigue, en cierto modo, eclipsada por las tradicionales potencias de la región – competidores como México, Argentina o Brasil – que cuentan con mejor infraestructura y mayores fondos, además de tener más tradición e historia a nivel productivo.

“A nivel de tamaño y población Colombia tiene un tamaño representativo, pero no está al tamaño de México o Brasil. Entonces Colombia, per se, no traería o no tendría el volumen de producción tan grande si no existiera este incentivo”, dice Samuel Duque, presidente de la colombiana TIS Productions.

“En Colombia, las plataformas están apostando, pero nunca al mismo volumen y a la misma cantidad de contenido original que apuestan para México o Brasil. Entonces, Colombia, como industria en general, ha crecido muchísimo alrededor de los incentivos”, agrega.

Sin embargo, el país andino y los actores domésticos conocen bien las ventajas que tienen y el atractivo financiero, productivo, y escénico que poseen.

En primer lugar, cómo siempre, está el billete. Los costos de producción en Colombia son, en promedio, más bajos que en otros países de la región. Además, la flexibilidad que brinda el CINA permite a las productoras vender sus certificados fiscales, hecho que ofrece una ventaja competitiva que pocos países pueden igualar.

“Sí hay competencia importante en la región, pero Colombia tiene unas ventajas competitivas muy importantes. Geográficamente estamos muy bien ubicados, con un clima estable todo el año. Sin hablar de las locaciones que son absolutamente espectaculares y poco conocidas”, dice Barreto.

En un solo país, las productoras pueden encontrar selvas, montañas, playas y ciudades coloniales, lo que les permite recrear múltiples escenarios sin tener que desplazarse largas distancias. Esto no solo ahorra costos de transporte, sino que también reduce tiempos de producción.

“Por otro lado, tenemos una economía que – a pesar de estar en una región donde todo se mueve todo el tiempo – se ha mantenido muy estable y tiene unas instituciones muy sólidas. Eso da también una noción de tranquilidad para que los negocios sigan llegando”, agrega Barrreto.

Rodaje de ‘Pálpito’

Finalmente, Colombia ha sabido construir un apoyo institucional robusto a través de entidades estatales como Proimágenes Colombia con su Comisión Fílmica de Colombia. Estas instituciones no solo facilitan el acceso a los incentivos, sino que también han trabajado para simplificar los trámites burocráticos, algo que es un dolor de cabeza en otros países de la región.

Sin embargo, Colombia todavía enfrenta desafíos importantes si quiere consolidarse como un destino de producción de clase mundial.

“Esto es un tema de inversión a largo plazo, si estamos soñando en Colombia con que un ‘Game Of Thrones’ venga a producir a este país, nos falta mucho para poder ofrecer lo que una producción de esa categoría necesita”, admite Barreto.

Aunque se ha invertido en infraestructura, el país todavía carece de ciertos servicios técnicos avanzados que otras regiones sí ofrecen. Aún es complicado trasladar a un crew de 200 personas a destinos atractivos pero remotos, complicando así la viabilidad de producciones a gran escala.

El horizonte parece alentador. El reto para Colombia será garantizar la continuidad de estas políticas, independientemente de los cambios en el panorama político. Los incentivos han demostrado ser una herramienta eficaz para atraer inversión extranjera y generar empleo, por lo que su estabilidad es clave para el crecimiento sostenido de la industria audiovisual en el país.

A medida que Colombia continúa consolidándose como un destino de producción audiovisual, el país tendrá que seguir invirtiendo en infraestructura, capacitación y apoyo institucional para mantenerse competitivo en un mercado global cada vez más exigente. El futuro audiovisual en Colombia es prometedor, siempre que se mantengan y se desarrollen las políticas que han sido clave para su éxito hasta ahora.

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