Facundo Ponce de León, presidente del directorio de la Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU), explica las particularidades del fondo de US$ 12 millones que posiciona hoy a Uruguay como un destacado hub audiovisual en América Latina.
En 2019, Uruguay se propuso atraer rodajes internacionales para impulsar su industria. Y el buen manejo que hizo de la pandemia y su relativa normalidad durante los casi dos años de la crisis del Covid consolidaron al país rioplatense como un destacado hub audiovisual en América Latina.
Dándole forma a este plan aparece la Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU), lanzada en 2023 en sustitución del el Instituto del Cine y el Audiovisual del Uruguay (INCAU) ante el aluvión de producciones extranjeras que eligieron el país para rodar.
Y la ACAU es además el principal interlocutor para el Programa Uruguay Audiovisual (PUA), un ambicioso cash rebate para producciones y coproducciones internacionales que deseen desembarcar en Uruguay y que ha permitido al país rioplatense triplicar la cantidad de horas de rodajes extranjeros en los últimos cuatro años.
Por año, unos 38 proyectos extranjeros aprovechan el cash rebate ofrecido por Uruguay, siendo 16 de ellos cine/televisión y 22 publicitarios, con títulos filmados en el país sudamericano como ‘Togo’ (Ska Films/Trailer Films, 2022), primera película uruguaya de Netflix dirigida por Israel Adrián Caetano; la segunda temporada de la serie de Amazon ‘El presidente’ (Armando Bo, 2021); o las aclamadas producciones locales ‘La noche de 12 años’ (Álvaro Brechner, 2018) y ‘Pepe, una vida suprema’ (Emir Kusturica, 2019).
También se destacan los servicios de producción brindados por Cimarrón Cine para las series de Amazon Prime Video ‘Dom’, ‘Iosi, el espía arrepentido’ y ‘Barrabrava’, además de la recientemente nominada al Oscar ‘La sociedad de la nieve’.
“Manejamos dos grandes líneas de incentivos: el Fondo de Fomento para producciones nacionales, con una asignación de $54 millones de pesos [US$ 1,42 millones]; y el PUA, para producciones extranjeras, que reparte US$ 12 millones”, comenta Facundo Ponce de León, presidente del directorio de la Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU).
Dentro de esos fondos hay en tanto subcategorías dedicadas al desarrollo de guiones, videojuegos y publicidad, además de fondos de coproducción en asociación con la Agencia Nacional de Cine de Brasil (Ancine) y con el Instituto de Cine de Portugal [ICA].
“También estamos detrás de un fondo con Argentina para el desarrollo de series”, agrega Ponce de León.
Además de exonerarles el IVA, el PUA establece que a las productoras extranjeras que gasten de US$ 300.000 a US$ 3.000.000 se les reembolse 25% de lo que inviertan en Uruguay (tope de US$ 750.000) y 20% a aquellas que gasten más de US$ 3.000.000 (tope de US$ 1 millón).
También hay condiciones específicas por género y fase de producción. Por ejemplo, si el proyecto es de animación, el monto mínimo de gasto podrá ser de US$ 100.000, mientras que para proyectos que postulen únicamente para etapas de posproducción, el reembolso es de 25% para inversiones entre US$50.000 y US$ 1 millón (tope de US$ 250.000), y de 20% para las que superen el millón (tope de US$ 400.000).
A su vez, el incentivo contempla un 5% extra para proyectos que contraten dirección o guionista uruguayo en al menos 50% de la producción.
“Queremos que la atracción de inversiones y servicios de producción internacional repercuta también en el desarrollo del talento local. Para eso, estamos ofreciendo un mayor cash rebate a los servicios de producción que contraten dirección o guionista uruguayo. Es una manera de también impulsar el talento local y no solo de atraer producciones a Uruguay porque tiene buenos sets o infraestructura. El talento, que en el fondo repercute en la creación de obras y propiedad intelectual, es algo que ACAU mira atentamente.”, dice Ponce de León.
Este contexto de histórica demanda para el sector audiovisual uruguayo también se debe a la rapidez con que el sector estableció protocolos de filmación para convertirse en uno de los pocos lugares habilitados para filmar en pandemia a partir del 2020.
“Más allá de la tragedia global que fue la pandemia, a nosotros nos permitió demostrar que estábamos preparados para crecer. Hoy, somos un sector mucho más fortalecido y capacitado porque tuvimos la rapidez de ser el primer país en abrir fronteras y protocolos de rodaje. Fue un antes y un después”, asegura Ponce de León.
El lanzamiento en 2023 del ACAU, agrega, tuvo además el objetivo de asegurar la institucionalidad de la agencia.
“Hoy podemos decir que en cualquier escenario político, la agencia va a seguir, porque el sector necesitaba generar esta institucionalidad pública, pero de gestión privada, que le da dinamismo para continuar un camino de crecimiento”, dice.
Además de incrementar los montos del cash rebate, ACAU logró integrar áreas de gestión que estaban dispersas por diversas dependencias del estado y también creó un Observatorio con datos de consumo y estreno de obras.
A su vez, se abrieron espacios de reunión mensual de la agencia con todos los actores del sector: productores, guionistas, distribuidores, exhibidores, actores y actrices, productores de animación, videojuegos, publicidad, mujeres del audiovisual, entre otros.
Hace solo unos días, por ejemplo, ACAU organizó el primer mercado audiovisual del Uruguay, que reunió a realizadores, productores, exhibidores, distribuidores, programadores y representantes de centro culturales de todo el país.
“El sector está asumiendo el crecimiento que está atravesando y todo el tiempo genera instancias para entender lo que le está sucediendo, para seguir desarrollándose y encontrando las mejores herramientas. Es un sector muy consciente del fenómeno que está viviendo, tanto a nivel de oportunidades como de advertencias, porque es un mundo cambiante. Uno se olvida, pero no hace tanto tiempo que se ha instalado la idea de consumir contenidos a través de plataformas”, comenta el jerarca.
La confiabilidad y estabilidad de Uruguay como país ahora se ve complementada por un profesionalismo comprobado en las pantallas más prestigiosas del mundo. Para continuar por este camino, Ponce de León señala algunos desafíos pendientes para los próximos años.
En primer lugar, el “gran objetivo” es “empezar a delinear” herramientas de financiación que “no dependan de un decreto”, como sucede actualmente con el PUA.
En palabras del directivo, “esto implica generar mecanismos público-privados y figuras financiero-jurídicas que den una continuidad a los fondos, algo que todavía no se ha logrado” y que cobra aún mayor relevancia en un año electoral como lo es el 2024 en Uruguay.
Por otra parte, a nivel local se denota aún una especie de “divorcio” entre las productoras, que han agregado a su tradición de cine independiente los servicios de producción a gran escala para streaming, y los canales de TV abierta, que incluyen pocos contenidos nacionales en sus pantallas más allá de los formatos de entretenimiento y periodísticos que producen in-house.
“La agencia tiene que lograr una articulación mucho más virtuosa entre las pantallas locales y los creadores de obra cinematográfica, ya que hoy están en andariveles demasiado separados. A diferencia del caso de los fondos, en este punto sucede que los canales ni siquiera se enteran de cuestiones que hacen al contenido nacional o los productores no contemplan el vínculo con los canales en sus estrategias. Y eso no solo se resuelve con una coacción legal, tiene que ser algo más institucional”, concluye Ponce de León.