RIO2C: Brasil busca ponerse al día en materia de incentivos fiscales con movimientos dentro del Gobierno para impulsar una film commission que funcione a nivel nacional y que unifique los incentivos en todo el país, se conoció este miércoles en Rio2C.
Hasta la fecha, diversos estados brasileños han creado sus propias film commissions y sus propios esquemas de incentivos.
La opción de un cash rebate nacional brasileño, no obstante, parece aún lejana, aunque el tema ha cobrado protagonismo con recientes movimientos por parte de algunas autoridades.
“Marcelo Freixo, presidente de Embratur [Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo], está impulsando una film commission nacional. Es una idea que implicaría un gran impulso a la presencia brasileña en la conversación internacional”, reveló a Cveintuno Luiz Francisco Vasco de Toledo, director de Inversiones y Alianzas Estratégicas de SP Cine, empresa estatal de promoción audiovisual del estado de San Pablo.
Juliana Funaro, socia y directora ejecutiva de Barry Company, agregó que si Brasil no instala un cash rebate nacional se va a quedar “fuera del escenario global de coproducciones”.
Funaro reveló durante una masterclass sobre estrategias de internacionalización de contenido original en Rio2C que entre 2009 y 2023 Brasil realizó 239 coproducciones internacionales que fueron exhibidas en los cines locales, de las cuales los principales socios fueron Argentina (39) y Portugal (36).
“Estamos luchando para conseguir este tipo de números con los organismos responsables, pero aún nos falta mucho. Aunque son indicadores que vienen aumentando, mi opinión es que si no instalamos un cash rebate nacional nos vamos a quedar fuera del escenario global de coproducciones”, expresó la ejecutiva, que también reveló que Barry Company posee 27 coproducciones finalizadas y exhibidas en su haber.
Dida Silva, VP y directora general de la productora propiedad de Sony Floresta, también reclamó una mejora con respecto a los incentivos dados los altos costes de producir en Brasil.
“Por el valor de nuestra moneda con respecto al dólar, deberíamos ser más competitivos económicamente. Somos atractivos a nivel de locaciones y diversidad, pero aún no a nivel de costos. Si no logramos mejorar nuestros incentivos, nos quedaremos afuera de la fiesta. Las capacidades de producción locales se han vuelto excelentes y espero que ‘Senna’ sea un éxito, porque va a incentivar mucho al país”, expresó la ejecutiva sobre la serie que Gullane prepara para Netflix y cuyo presupuesto asciende a US$ 47 millones.
“Hoy Brasil es el país más caro de América Latina para producir”, agregó al respecto Karen Castanho, fundadora de Biônica Filmes.
Mientras tanto, los productores brasileños continúan su exploración de modelos colaborativos de negocios para materializar producciones y encontrar socios internacionales.
En ese sentido, el productor argentino Axel Kuschevatzky, fundador y productor ejecutivo de Infinity Hill (‘Argentina 1985’), explicó que productoras como la suya buscan minimizar el riesgo a través de múltiples socios y la búsqueda de oportunidades de “soft money”.
Kuschevatzky puso como ejemplo su película ‘Puan’, estrenada en Amazon Prime Video en abril, que contó con seis socios coproductores, lo cual disminuyó considerablemente el riesgo para todas las partes involucradas.
“Como política de trabajo trato de prevender, porque nuestro trabajo exige minimizar riesgos y asegurar una red de contención financiera. Por eso, persigo el soft money y el cash rebate”, dijo.
En referencia a los altos costos, el productor argentino también marcó que la realidad tributaria en la región resulta muy poco amigable para tender puentes internacionales.
“Es muy difícil explicar a un socio internacional el sistema de impuestos que rigen en nuestros países, que son muy altos para el sector audiovisual. Los withholding taxes son uno de los grandes problemas del sector audiovisual latinoamericano”, comentó.